¿Es efectivo el ambiente laboral competitivo?

Un entorno laboral competitivo solo es eficaz en circunstancias muy concretas y exclusivas; esas que una organización debe cuidar y promover. Las compartimos en el siguiente artículo.
¿Es efectivo el ambiente laboral competitivo?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 11 junio, 2023

¿Es eficaz el ambiente laboral competitivo? Gerentes y expertos en el campo de la psicología organizacional dirán que sí; pero añadirán importantes matices. Este es un campo de juego que hay que saber nivelar y promover, pues en caso de hacerlo de forma inadecuada, los resultados son desastrosos para las empresas y el capital humano.

Unas pinceladas de competitividad en el trabajo resultan estimulantes; no así una cultura con base exclusiva en este principio. Debemos tener en cuenta que algunos trabajadores, por su personalidad, no se ajustan a esta dinámica. También, que esta estrategia es a menudo origen de conflictos, estrés y productividad deficiente. Analicemos, por tanto, los pros y los contras.

En los escenarios laborales competitivos los compañeros se convierten en rivales.

¿Qué es un ambiente laboral competitivo?

Un entorno de trabajo competitivo es aquel que orienta a los empleados para que se sientan motivados y desafiados, con el fin de superar la labor de sus compañeros y destacar. No obstante, en muchas empresas esta misma dinámica permanece subyacente. La mayoría competimos para lograr reconocimiento, bonificaciones o ascensos.

Tal y como nos explica Daniel Goleman en su libro Focus: Desarrollar la atención para alcanzar la excelencia (2013), todo empleado está obligado a competir en algún momento.

En un mundo cada vez más complejo, dinámico y cambiante, individuos, grupos sociales y organizaciones terminan rivalizando entre ellos para obtener una posición o las metas que se proponen. Las siguientes son algunas características de este tipo de escenarios:

  • Competencia y rivalidad constante entre los trabajadores.
  • Entornos laborales muy exigentes y dominados por la presión.
  • Se otorgan recompensas a quienes demuestran un mayor logro de objetivos.
  • Se aplican mecanismos constantes para evaluar el rendimiento de los empleados.


¿Es efectivo el ambiente laboral competitivo?

Existe una idea general en el campo de las organizaciones que defiende la idoneidad de propiciar tal tipo de entornos. Este principio se justifica por la necesidad de impulsar la productividad, la innovación y mejorar el desempeño corporativo. Ahora bien, la pregunta es la siguiente: ¿es efectivo el ambiente laboral competitivo?

La respuesta rápida es: solo en determinadas circunstancias. No todos los entornos de trabajo ni las propias personas se benefician de una política organizacional competitiva. Tal y como nos indican en un artículo de la Universidad de Beijing, para saber si esas dinámicas desafiantes son útiles, deben contemplarse tanto la personalidad de los empleados como el clima de los propios equipos.

Y la competencia en los seres humanos es una de las variables más complejas que existen. Detallemos a continuación en qué circunstancias será beneficiosa y en cuáles actuará como un obstáculo.

Muchos entornos de trabajo se vuelven «tóxicos» debido a una cultura laboral extrema y con base en reconocimientos y penalizaciones.

Aspectos positivos de la competitividad laboral y cómo lograr que sea beneficiosa

En escenarios particulares el ambiente de trabajo competitivo resulta efectivo. Sabemos por indagaciones publicadas en Personality and Individual Differences, que un trabajador con estos rasgos trae innovación a la empresa. Esa motivación interna se correlaciona con el compromiso y el deseo de superación; también con la sintonía entre los propios objetivos de la organización.

Son, sin duda, características de alto valor, pero que no todos los individuos presentan. Es más, en ocasiones, una persona puede ser competitiva, pero si la cultura del entorno laboral no es propicia, se sentirá frustrada, poco recompensada y denostada. Los aspectos positivos que aporta esta dimensión serían los listados enseguida:

  • Mayor rendimiento.
  • Promueve la innovación y la creatividad.
  • Los trabajadores son recompensados por los logros.
  • Favorece que los empleados asienten nuevas habilidades y competencias.
  • Los individuos pueden sentirse inspirados por la labor de sus compañeros.
  • Conduce a la empresa hacia una posición de mayor relevancia en el mercado.
  • La competitividad puede fomentar al empleado una dosis de impulso y motivación.

Cómo lograr que sea efectivo el ambiente laboral competitivo

Hay un estudio muy interesante publicado en el Journal of Experimental Social Psychology que nos invita a una reflexión. Muchas veces, para tener éxito, debemos superar a quienes nos ayudaron en su momento; a esos compañeros que facilitaron nuestras competencias y desarrollo. Son experiencias comunes que acontecen casi cada día.

Para que estas dinámicas se produzcan sin conflictividad, es necesario que una empresa cuide los mecanismos de ascenso y competitividad. Las compañías son las responsables de crear un clima donde los empleados puedan competir en las mejores circunstancias. Veamos cuáles son las claves:

  • Valorar a los empleados.
  • Recompensar sus esfuerzos.
  • Ofrecer estrategias para manejar el estrés.
  • No infravalorar a quien no evidencia una mayor competitividad.
  • Combinar objetivos basados en la cooperación con la competitividad.
  • Dar los mecanismos adecuados para que los empleados puedan progresar.
  • Informar a los empleados de las políticas y cultura competitiva de la empresa.
  • Fomentar una cultura de grupo y no solo una competitividad individual.

¿Cuándo no es efectivo el ambiente laboral competitivo?

El ambiente laboral competitivo no funciona en esas organizaciones sustentadas en una cultura despiadada orientada solo al logro de objetivos. Cuando se prioriza la productividad y se pasan por alto las condiciones y bienestar del empleado, surge el problema. Como bien sabemos, esta es una dinámica que aparece en buena parte de nuestro tejido laboral.

Algunos ejemplos de en qué circunstancias no es apto este enfoque, son los que procedemos a listar:

  • Cuando el clima laboral es estresante y muy demandante.
  • No todo el mundo se siente cómodo en escenarios competitivos.
  • Carecen de mecanismos de trabajo claros y una buena organización.
  • Se percibe al empleado como una pieza sin valor y sustituible para la organización.
  • La competitividad no es eficaz si los trabajadores se perciben entre sí como rivales.
  • Tampoco es efectiva cuando se compite solo por mantener el puesto de trabajo, sin ninguna recompensa más.
  • Si se prioriza el logro de objetivos por encima de la salud mental del empleado, tampoco es útil.

¿Cuáles son los efectos de un entorno laboral muy competitivo?

Uno de los principales efectos de un medio ambiente organizacional altamente competitivo es la conflictividad interrelacional. El Instituto Nacional de Salud Ocupacional de Oslo publicó un análisis muy esclarecedor sobre el tema. Esos problemas ocasionados entre compañeros de trabajo a causa de la competitividad, cursan con frecuencia con bajas laborales. Además, son posibles las siguientes consecuencias:

  • Aparece el estrés y la ansiedad.
  • Quizás haya conductas deshonestas o poco éticas.
  • Pueden surgir dinámicas de acoso laboral entre compañeros.
  • La alta competitividad tal vez reduzca la productividad y la innovación.
  • En ocasiones, la competitividad se traduce en conformismo. Son muchos los que, por su personalidad, evitan estas dinámicas y prefieren omitir este tipo de desafíos «haciendo lo justo y necesario».

Hay personas que compiten consigo mismas, que necesitan superarse cada día y demostrarse hasta dónde pueden llegar.



La clave del empleado guiado por la competitividad interna

Llegados a este punto, sabemos ya que no siempre es efectivo el clima laboral competitivo. Entendemos que las organizaciones son las que deben orquestar y cuidar los mecanismos para que esta dimensión sea la idónea y se logren buenos resultados. Asimismo, nadie niega que, en un contexto social tan desafiante, las empresas deban adaptarse a esos oleajes imprevistos de la mejor manera.

En este orden, cabe destacar una dinámica psicológica relevante. Hay empleados que demuestran una gran competitividad personal no motivada por factores externos. Existen personas cuya labor está impulsada por la superación interna, por asumir retos constantes y conquistarlos; de ese modo construyen su autoconcepto.

Este factor de personalidad es una pieza de gran relevancia para los escenarios laborales, siempre y cuando las propias empresas cuiden las condiciones para valorar y promover estas conductas. Las compañías disfuncionales abundan y son aquellas que no aprecian el componente humano y priorizan en exclusiva la productividad.


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