¿Existe la adicción a Internet?

¿Existe la adicción a Internet?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

Hace unos días leí un chiste que decía; No hay película de terror, que supere la sensación de tocar el bolsillo y sentir que no está el teléfono móvil… Hay algo de cierto en estas palabras. Actualmente, el comunicarnos y acceder a información de forma instantánea, ya es un aspecto de nuestra vida que asumimos con naturalidad. Pero, ¿qué sucede cuando utilizar Internet deviene una necesidad imperiosa que lleva a pasar conectados hasta 10 horas al día? ¿Existe la adicción a Internet? ¿Cuáles son sus características? ¿Por qué es tan polémica?

La adicción a Internet o ciberadicción

La adicción a Internet (IAD) o ciberadicción, refiere a un uso excesivo, problemático y patológico en algunos casos, de la red. Para ello, suelen utilizarse distintos dispositivos además del ordenador, que permiten conectarse a Internet, como teléfonos móviles, tabletas, entre otros. Quienes sostienen la existencia de dicha adicción, señalan a los sujetos con dificultades para relacionarse fuera del ciberespacio, como el mayor grupo de riesgo, diferenciando dos perfiles:

1) Personas que pasan horas participando en chats, foros e intercambiando correos electrónicos, intentando integrarse a una atmósfera social que les estimule y a la que sientan que pertenecen.

2) Sujetos muy interesados en las distintas posibilidades que ofrece Internet, y los que permiten la conexión. De ahí que inviertan horas jugando, descargando programas, buscando información, etc., pero no contactándose con otros usuarios. La interacción social, especialmente con varias personas a la vez, les resulta caótica, prefiriendo ambientes relativamente previsibles y controlables.

Quienes adhieren a esta teoría además, reportan que sus pacientes mencionan:

* Sentirse fuera de control al conectarse.
* Sentirse más desinhibidos, protegidos y confiados.
* Experimentar subjetivamente que el tiempo se detiene.
* Percibir una sensación de cercanía, de intimidad, cuando se conectan.

La velocidad e intensidad de los intercambios o información a la que se accede, y la accesibilidad a la red en sí, son características de Internet que potenciarían su adicción.

Además de disminuir el tiempo dedicado a áreas importantes, como la familiar, la laboral y la social, quienes sufrirían adicción a Internet, también podrían presentar dificultad para dormir (con sus repercusiones en el rendimiento), problemas en la alimentación (con consecuencias en el peso), disminución o abandono de la higiene personal, pensamientos obsesivos acerca de Internet y lo que se está haciendo últimamente en ella (conllevando bastante ansiedad).

¿Adicción o uso excesivo?

Sin embargo, ésto último podría responder a otras patologías. Quienes se oponen a esta teoría, afirman que no debe adjudicarse a una supuesta “adicción a Internet”, todos los problemas psicológicos que presente un sujeto que la emplee excesivamente. Argumentan, que una adicción propiamente dicha, implica un componente químico. De ahí que oficialmente se hable de “uso excesivo”, originado en otras causas como dificultades en los vínculos sociales, por ejemplo, pero no en Internet en sí misma. De hecho, hay quienes afirman que el término “adicción a Internet” habría surgido en una broma difundida por correo electrónico.

La adicción a Internet, no se encuentra en los manuales DSM de la Asociación Americana de Psiquiatría, referentes para el diagnóstico de desórdenes mentales.

Lo cierto es, que casos donde exista una práctica desmedida que afecte significativamente distintos ámbitos de la rutina, ameritan ser atendidos con seriedad en el consultorio psicológico. ¿Existe la adicción a Internet? Una verdadera respuesta a esta pregunta, lleva a un camino de trabajo y descubrimiento personal.

 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.