Cómo gestionar conflictos con humor
Quitarle hierro al asunto es una forma eficaz de afrontar un conflicto sin que ello signifique tomarse las cosas a guasa. Gestionar conflictos tomándose la cosas con humor no solo permite resolver desacuerdos, sino que también fortalece las relaciones.
De hecho, diferentes estudios demuestran que se puede superar la adversidad si se consigue mantener la alegría. La gestión de conflictos no es menos, ya que el humor juega un papel similar a la hora de enfrentarse a un conflicto.
Se pueden evitar muchos enfrentamientos y resolver discusiones y desacuerdos con buen humor, ya que el humor puede ayudar a decir cosas que de otra manera podrían ser difíciles de expresar sin ofender a alguien. Sin embargo, es importante reírse con la otra persona, no de ella.
Cuando el humor y el juego se utilizan para reducir la tensión y la ira, al replantear los problemas y poner la situación en perspectiva, el conflicto puede llegar a ser una oportunidad para una mayor conexión e intimidad.
El humor es una herramienta eficaz en la gestión de conflictos
La risa es la mejor medicina, ya que alivia el estrés, eleva el estado de ánimo, mejora la creatividad y nos hace más resistentes. Pero no es solo buena para la salud emocional y física, sino que también es buena para las relaciones. La risa acerca a las personas y crea intimidad. La risa es una herramienta especialmente potente para la gestión de conflictos y la reducción de la tensión cuando las emociones están a flor de piel.
En general, el humor juega un papel importante en todo tipo de relaciones. En las nuevas relaciones, el humor puede ser una herramienta eficaz no solo para atraer a otra persona, sino también para superar cualquier incomodidad o vergüenza que surja al conocerse. En las relaciones ya establecidas, el humor puede mantener la emoción y la frescura, además de ayudar a no acumular ira o desazón por problemas no resueltos satisfactoriamente.
Compartir el placer del humor crea una sensación de intimidad y de conexión entre dos personas, cualidades que definen las relaciones sólidas y exitosas. Al reírse con el otro se crea un vínculo positivo entre ambos. Esta unión actúa como un amortiguador contra el estrés, los desacuerdos, las decepciones y los problemas que se van acumulando con el paso del tiempo.
El poder del humor en la relaciones
El conflicto es una parte inevitable de cualquier tipo de relación. Además, todo conflicto puede agravarse, incluso por pequeño que sea al principio, simplemente por reaccionar dejándose llevar por las emociones o por la acumulación de malos recuerdos por malas gestiones de conflictos anteriores.
Cuando el conflicto surge, el humor y el juego pueden ayudar a aclarar las cosas y a restaurar la conexión. Si se utiliza con habilidad y respeto, un poco de humor puede convertir conflicto y tensión en una oportunidad para la diversión compartida y la intimidad. Además, esto hace posible manejar la situación, expresar la propia opinión e incluso formular una solución sin herir los sentimientos del otro.
Aunque el humor no es una cura milagrosa para los conflictos, sí puede ser una herramienta importante para ayudar a superar los momentos difíciles que afectan a todas las relaciones de vez en cuando. Por una parte, el humor interrumpe la lucha por el poder a la que se suele llegar en los conflictos, ya que casi al instante elimina tensiones, lo que permite volver a conectar y recuperar la perspectiva.
Además, la risa y el juego compartido ayudan a liberarse de formas rígidas de pensamiento y de comportamiento. Esto permite ver el problema de una manera nueva y encontrar una solución creativa. Por otra parte, el humor libera de inhibiciones, lo que nos libera para expresar lo que realmente sentimos, dejando aflorar nuestra emociones más genuinas.
Cómo usar el humor para suavizar y gestionar conflictos
Para gestionar los conflictos con humor no basta con reírse de todos, empezando por uno mismo. No todo el mundo tiene el mismo sentido del humor o no son capaces de ponerse en “modo broma” a la misma velocidad. Además, cabe la posibilidad de que tu forma de humor no sea entendida por todos.
Estas son solo algunas cuestiones que hay que tener en cuenta. Para que esta estrategia sea eficaz es importante tener en cuenta lo siguiente:
1 -Asegúrate de que todos estáis de broma y de que todos entienden tu humor
Hacer comentarios hirientes, sarcásticos o criticar a la otra persona por no ser capaz de aceptar una broma va a crear aún más problemas e incluso puede dañar una relación. El humor solo puede ayudar a superar el conflicto cuando ambas partes están de broma y conectan con el mismo sentido del humor.
Es importante ser sensible a la otra persona. Cuando la broma es unilateral en lugar de mutua solo consigue socavar la confianza y la buena voluntad del otro. Por eso, el humor debe ser igual de divertido y agradable para todos los involucrados.
2 – No uses el humor para encubrir otras emociones
El humor ayuda a mantenernos resistentes frente a los desafíos de la vida. Pero hay momentos en que no es una buena idea recurrir al humor, por ejemplo, cuando se usa para encubrir o evitar otras emociones en lugar de hacer frente a ellas. La risa puede ser un disfraz para los sentimientos de dolor, el miedo, la ira y la decepción cuando quieres evitarlas o cuando no sabes cómo expresarlas.
Aunque el humor siempre nos da una oportunidad para divertirnos, la realidad es que encubrir la verdad no tiene nada de gracioso. Cuando se utiliza el humor y el juego como un disfraz para otras emociones, estamos generando confusión y desconfianza en las relaciones.
3- Desarrolla un sentido del humor más inteligente
Para algunas personas es más fácil que para otras utilizar el humor, especialmente en situaciones de tensión. Eso hace que sea necesario desarrollar un sentido del humor que sepa adaptarse a las circunstancias. Una de estas habilidades consiste en aprender a descubrir las señales en el otro que indican que aprecia tus esfuerzos por quitarle tensión al asunto y que valora el humor como forma de afrontarlo.
También es importante usar un humor sin sarcasmo. El sarcasmo solo busca herir al otro o usa recursos que pueden herir a los demás, aun cuando no sea tu intención. De hecho, es mucho más eficaz empezar riéndose de uno mismo.