Grupos de autoayuda: ¿cuál es su utilidad?
Los grupos de autoayuda, también conocidos como grupos de ayuda mutua, son redes de apoyo que se conforman para superar un problema común a sus miembros. Actualmente los hay de muchos tipos y funcionan en prácticamente todo el mundo.
La primera referencia que se tiene de los grupos de autoayuda data de 1905 en el Hospital General de Massachussets, ubicado Boston (USA). Su creador, el doctor J. H. Pratt, los llamó Grupos didácticos. Su objetivo era informar detalladamente a los pacientes tuberculosos sobre la mejor manera de lidiar con su enfermedad.
Más adelante apareció Alcohólicos Anónimos , quizás el grupo de autoayuda más famoso en todo el mundo. En este, más que información, lo que se pretendió fue crear un espacio de apoyo mutuo para quienes eran adictos al alcohol. De hecho, sigue siendo uno de los métodos más eficaces en ese propósito.
“Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia”.
-Oración de la serenidad, AA-
Los principios básicos de los grupos de autoayuda
Como hemos dicho, los grupos de autoayuda son un sistema de apoyo para sus integrantes. Contribuyen a que sus miembros enfrenten las situaciones difíciles, estresantes o de enfermedad. Dan lugar a comunidades unidas por el mismo sufrimiento o problemática y el mismo deseo de apoyar y ser apoyados.
Los principios básicos de estos grupos son:
- Reciprocidad.
- Todos los miembros comparten una experiencia común.
- Cada integrante tiene un propósito de cambio y está dispuesto a apoyar a otros para que también lo hagan.
- El grupo de autoayuda se gestiona autónomamente. Son los integrantes quienes deciden su manejo.
- El grupo ejerce control social sobre sus integrantes para facilitar y promover el cambio.
- El cambio debe verse reflejado dentro y fuera de las sesiones de grupo.
- Ofrecen información, guía y orientación para abordar el problema común.
Lo que se pretende con los grupos de autoayuda es construir un espacio que acoja, motive y retroalimente a quienes desean superar una dificultad. Este abordaje se complementa con terapias individuales en muchas ocasiones.
En qué radica la eficacia de los grupos de autoayuda
Los grupos de autoayuda incorporan una serie de mecanismos que han probado ser muy eficaces. El primero de ellos es, por supuesto, la esencia del grupo mismo: el apoyo mutuo. Este factor es decisivo en muchos casos. La persona se siente más fuerte cuando cuenta con el respaldo de todo un grupo. Esto facilita su cambio.
Otros elementos que contribuyen a que estos grupos tengan eficacia son:
- La verbalización del malestar. Al hablar acerca de lo que aqueja o duele se producen al menos dos efectos. El primero, que la persona tiene la oportunidad de hacer más conscientes sus sentimientos e ideas, ya que debe organizarlas para comunicárselas a los demás. El segundo, que se libera de buena parte del peso que implica silenciar lo que le preocupa. Es lo que se llama catarsis
- Efecto de identificación. La identificación permite crear enlaces afectivos con los demás seres humanos. Al reconocer al otro como un semejante se da un gran paso en la recomposición del mundo afectivo y social. Los grupos de autoayuda promueven esa identificación
- Aprendizaje interpersonal. A través de los grupos de autoayuda unos aprenden de la experiencia de otros. Tienen en común un mismo problema. La forma como lo han vivido y lo han abordado aporta información y conocimientos para los demás
El grupo también se convierte en un factor de control para sus miembros. Esto es muy importante, por ejemplo, en las adicciones. En este caso, la comunidad ayuda a entender el deseo compulsivo y a canalizarlo en otra dirección.
Los beneficios de estos grupos
Muchas dificultades como las adicciones o determinados problemas emocionales y psicológicos llevan a la segregación. Esto ocurre incluso dentro de la misma familia. El problema es tan desconocido o tan difícil de abordar para quienes rodean a la persona con dificultades, que finalmente deciden dejarla a un lado.
En principio, los grupos de autoayuda proveen un entorno de aceptación y acogida. Sirven como transición entre un estado de distanciamiento y el proceso de reintegración. Así mismo, la experiencia de estar con personas que tienen problemas similares puede incidir positivamente en la autoestima. En esos espacios nadie es “raro”. Esto fortalece la identidad.
De la misma manera, los logros de los demás se convierten en una motivación para seguir adelante. Muchos encuentran allí a personas que están en peores condiciones que las suyas y, aún así, superan sus problemas. También encuentra un marco de referencia para saber cómo actuar y despejan sus dudas y temores. Los grupos de autoayuda son altamente eficaces para muchas personas.