Hanns Sachs y la obra de arte en psicoanálisis
Hanns Sachs fue uno de esos psicoanalistas que no correspondían con el molde tradicional de la primera generación de esta corriente. Aunque su nombre no es tan conocido, realizó importantes aportes a la doctrina de Freud. En particular, fue un excelente formador de psicoanalistas y además aplicó la teoría psicoanalítica a la obra de arte.
A diferencia de otros de sus pares, Hanns Sachs tenía básicamente una actitud desenfadada hacia la vida. Esto le permitió adaptarse con gracia a diversas situaciones y le generó simpatías, pero también llegó a suscitar un fuerte comentario de Freud al respecto. Tenía gran debilidad por la seducción amorosa y era amante del buen vino y de la buena mesa. Así mismo, un apasionado de la literatura.
“Amigo, la verdadera obra del poeta es escribir e interpretar sueños. Cree que la ilusión más segura vive en el sueño de los seres humanos. El arte de versear y poetizar es decir la verdad del soñar”.
-Hanns Sachs-
A Hanns Sachs también se le considera uno de los más excelsos biógrafos de Sigmund Freud . Al respecto publicó unas memorias en 1945, en las que quedó consignado su gran afecto y admiración por el padre del psicoanálisis. Ese texto fue referencia obligada para quienes luego escribieron la historia de esta corriente humanística.
Hanns Sachs, un abogado que fue psicoanalista
Hanns Sachs, como la mayoría de los psicoanalistas de primera generación, provenía de una familia judía. Su padre era un jurista muy prestante, que gozaba de una sólida posición económica. Sachs nació en Viena (Austria), el 10 de enero de 1881, estudió leyes en la Universidad de Viena y se doctoró en 1904.
Ejercía su profesión sin problema, pero al leer La interpretación de los sueños , de Sigmund Freud, sintió una pasión creciente por el psicoanálisis. Fue tanto el impacto que le causó, que quiso profundizar en la doctrina. Por eso, comenzó a asistir regularmente a las conferencias de Freud. Un día, decidió visitarlo y le llevó como obsequio una traducción de las Baladas de cuartel, de Rudyard Kipling.
Así se inició una amistad que perduró siempre. Hanns Sachs quedó fascinado con Sigmund Freud. Comenzó a frecuentarlo y en 1909 entró a formar parte de la famosa Sociedad psicológica de los miércoles. Allí se convirtió en un seguidor ortodoxo de las tesis de Freud, hasta el fin de sus días.
Psicoanálisis, pedagogía y arte
Hanns Sachs también comenzó a formar parte del llamado “Comité secreto”. Era, sin duda alguna, uno de los discípulos más cercanos a Freud. Junto con Otto Rank fundó la revista Imago y se convirtió en su editor desde 1912. Esta revista, emblemática del psicoanálisis, buscaba extender las tesis de Freud a todos los campos de las ciencias sociales.
En 1920, Sachs se instaló en Berlín. Allí comenzó a realizar actividades como formador de nuevos psicoanalistas. Por sus manos pasaron infinidad de aspirantes que veían en él a un gran pedagogo. De hecho, Erich Fromm hizo su psicoanálisis didáctico con Hanns Sachs. En aquel entonces la reglamentación de esta labor era muy laxa. Por eso no era raro que Sachs se fuera de vacaciones con sus pacientes y con los pacientes de estos.
Sentía tanta admiración por Freud, que mandó poner un busto suyo en su consultorio, frente al diván en el que atendía a sus pacientes. En 1925 asesoró, junto con Karl Abraham, la escritura de un guión para cine mudo. El resultado fue la película Los misterios del alma, a la cual se considera el primer film inspirado en los postulados freudianos.
Un discípulo fiel
Hanns Sachs fue invitado por la Sociedad Psicoanalítica de Boston para impartir algunas conferencias, en 1932. Él aprovechó la coyuntura para instalarse en los Estados Unidos, ya que presentía las atrocidades del paulatino ascenso de los nazis. Sabía también que los psicoanalistas norteamericanos eran recelosos con quienes ejercían el análisis sin ser médicos. Así que exigió que se le garantizaran ocho sesiones por día.
Aunque no dejó de tener roces con los psicoanalistas ortodoxos, Hanns Sachs fue uno de los psicoanalistas emigrantes que mejor se adaptó a la vida en los Estados Unidos. Logró consolidar una vida cómoda y con lujos. Por eso Freud, en una de sus cartas, se refiere a él en duros términos, señalando: “el lado vulgar que siempre había estado presente en él se ha vuelto aún más nítido. Un verdadero nuevo rico, gordo, pagado de sí, pretencioso, esnob, embelesado por América o seducido por los grandes éxitos que ha logrado”.
Pese a ello, la amorosa biografía que Hanns Sachs escribió sobre Freud, muestra que siempre quiso y admiró a su gran maestro. Así mismo, fue citado directamente por Freud en la obra Psicología de las masas y en otra oportunidad lo llamo “el único amigo que tengo en Estados Unidos”. Sachs murió el 10 de enero de 1947 en Boston.
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- Sachs, H. (1947). Observaciones en los análisis didácticos. Revista de psicoanálisis, 5(2), 501-512.