La historia de Enkaz, la gata rescatada en el terremoto de Turquía
Cuando las grandes fatalidades colapsan la actualidad, son las pequeñas historias que destilan una pincelada de esperanza las que nos alivian. Es como si, por un momento, le encontráramos algo de lucidez al sinsentido, algo de luz en medio de la oscuridad. El pasado 6 de febrero nos levantamos con la noticia de que un terremoto de gran magnitud había asolado varias regiones de Siria y Turquía.
Lo cierto es que, desde esa fecha, los temblores no han cesado y los heridos y fallecidos no dejan de aumentar. Las últimas cifras nos dicen que las pérdidas humanas pueden superar las 47 000 -y que serán más-. Desde ese momento en que supimos del desastre, nuestra mirada no ha dejado de atender a esas personas que, en situaciones casi milagrosas, han logrado salvar su vida.
Imposible olvidar a todos esos niños y bebés sacados in extremis de los escombros, de esos cúmulos inmensos de polvo, hierros, paredes derrumbadas y restos de lo que, no hace mucho, fue un bloque de edificios, una casa, un hogar… Escucharles llorar o reír en brazos de los rescatistas era una bocanada de alegría.
Sin embargo, entre todos esos relatos de luz, hay otros casi tan extraordinarios. Son muchos los animales que también han logrado ser rescatados y, entre todos ellos, destaca uno muy especial que ha sido viral durante estos días.
Cuando buena parte de las imágenes que hemos visto del desastre de Turquía y Siria nos hacían un retrato descarnado del desastre acaecido, la fotografía de un animal en los hombros de su rescatador nos ha traído la esperanza.
La gata rescatada en el terremoto de Turquía
Una de las provincias más afectadas por el desastre en Turquía es Nurdagi, en Gaziantep, justo en el sur de este país. En este mismo lugar colaboraba en las labores de rescate el bombero Ali Cankas. Este joven perteneciente al equipo nacional de ciclismo, formó parte del equipo que participó en la búsqueda de supervivientes en un bloque de edificios 129 horas después del terremoto.
Fue allí donde encontró una bolita sucia y de ojos luminosos que aguardaba a que alguien la extrajera de aquel amasijo de ruinas, polvo y desesperada soledad. Alí sacó del edificio a una gata mayor, blanca y negra, a la que dio agua y alimento de inmediato. Era cariñosa y perteneciente a ese tipo de felinos de los que necesitan cercanía, de los que una vez se sienten atraídos por un humano, ya no se apartan de él.
El equipo de bomberos decidió llamar a la gata rescatada del terremoto de Turquía, Enkaz, que en turco significa escombros. La dejaron en un lugar seguro mientras continuaban con las labores de rescate. Sin embargo, el animal se negó a quedarse solo y para sorpresa de todos, decidió subirse a lomos de su salvador… Aquella imagen no tardó en dar la vuelta al mundo.
Enkaz, la gata de mirada triste que ya tiene un hogar
Enkaz no fue el único animal que Ali Cakas rescató. También logró extraer del desastre a otros gatos y a un perro grande. Sin embargo, por alguna razón, aquella gata se negaba a apartarse de su lado. Durante unos días fue la mascota de ese grupo de bomberos. La cuidaron, le dieron mimos y palabras amables. Todo en un intento casi inconsciente por ofrecer algo de cariño a un ser que parecía tener la tristeza impresa en su mirada.
Era evidente que Enkaz debía haber formado parte de una familia en la que era querida. Era probable, también, que quienes habían formado de la vida de esa gata, yacían sepultados sin vida bajo los restos de ese edificio. La suya, era sin duda una historia más marcada por el drama que se contenía bajo todas esas toneladas de hormigón y restos de hogares desintegrados.
Las imágenes de Ali Cakas y Enkaz han dado la vuelta al mundo en pocos días. Desde entonces, este joven bombero publica en su cuenta de Instagram actualizaciones sobre la vida de ambos. Ahora mismo, esta gata blanca y negra de ojos tristes vive con Ali en su casa de Mardin, al sur de Turquía. Si no aparecen sus dueños, ella estará en brazos de quien la salvó.
«Si le haces daño un gato, tendrás que construir una mezquita para que Dios te perdone».
-Refrán turco-
Turquía y el amor por los gatos
La historia de la gata rescatada en el terremoto de Turquía es una muestra más de algo conocido en todo el mundo. La metrópolis turca de Estambul, por ejemplo, venera a los gatos casi tanto como lo hacían los faraones del antiguo Egipto. Están por todos lados, dominan el paisaje y son esa nota singular de la antigua capital del Imperio Otomano.
Los gatos forman parte de la cultura turca y son como esa alfombra multicolor y de infinitos pelajes que habita en cada esquina. Hay quien dice que gracias a ellos se evita la presencia de los ratones, otros señalan que los felinos son signo de fortuna y buena suerte. También se recuerda que eran los animales preferidos de Mahoma y que solía dar protección a todos los gatos que se encontraba.
Sea como sea, Turquía tiene en alta estima a los gatos e incluso destina una parte del presupuesto a la alimentación y construcción de albergues para ellos. Deducimos que al igual que Enkaz, la mayoría de gatos rescatados del terremoto, encontrarán nuevas familias donde ser acogidos. Una nota amable que, sin duda, nos trae algo de luz en medio de ese desastre del que costará recuperarse.
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- Knack, J. M., Chen, Z., Williams, K. D., & Jensen‐Campbell, L. A. (2006). Opportunities and challenges for studying disaster survivors. Analyses of social issues and public policy, 6(1), 175-189.