Inside Out, una película maestra en el manejo de las emociones

A medida que envejecemos, nuestras emociones se vuelven mucho más complejas. Los alegres recuerdos de la infancia se tiñen de nostalgia y nos hacen aún más conscientes de que la vida tiene un horizonte más cercano de lo que pensamos, tal y como se muestra en películas como Inside Out.

Y es que, Pixar, el estudio de animación propiedad de Disney, es muy popular por crear películas dirigidas a los niños – y no tan niños- que logran capturar esa compleja mezcla de sentimientos encontrados.

En Up, por ejemplo, hay una escena bastante emotiva en la que un ya viejo Carl, recuerda en tan solo un minuto y a través de un álbum de fotos, la aventura de su vida con Ellie, su amada mujer. O la excepcional y conmovedora escena de Coco con el tema Recuérdame, una canción con un significado profundo, que nos hace reflexionar sobre el intenso miedo que nos puede producir la posibilidad de que nos olviden después de nuestra muerte. Pero, ¿qué pasa con Inside Out?

Del revés ha conseguido mucho más que capturar estas emociones, ya que su trama gira completamente en torno a ellas. Los personajes principales de la película son las emociones en el cerebro de una niña pequeña, y la historia se centra en cómo recuperar la alegría después de un recuerdo traumático, y sobre cómo podemos convivir al mismo tiempo con emociones aparentemente tan contradictorias como la alegría y la tristeza, sobre cómo una impulsa a la otra y viceversa.

Te invitamos a ahondar en el tema.

En la vida, la tristeza y la alegría bailan un vals eterno

Una de las principales virtudes de Inside Out es su retrato de los estados emocionales complejos. La película se centra en una niña de 11 años llamada Riley, cuya vida pasa por grandes cambios cuando su familia se muda de Minnesota a San Francisco.

Del revés o Intensamente (Inside out) se encuentra dentro de la mente de Riley, donde cinco emociones fundamentales como la ira, disgusto, alegría, miedo y tristeza, cada una imaginada como un personaje y controladas por Joy (alegría), aparecen desde el ‘centro de control’ del cerebro.

La infancia de Riley ha sido feliz. La mayoría de sus recuerdos han sido alegres, y se representan como esferas de color dorado. Por su parte, Joy, está al mando de la sala de control del cerebro, pero con el estrés de la mudanza, las emociones y los recuerdos de Riley comienzan a cambiar de manera imprevista. Algunos de sus alegres y dorados recuerdos poco a poco se tiñen de azul tristeza, a medida que experimenta la experiencia de la pérdida y recuerda su vida feliz en Minnesota.

Así, la película imagina el cerebro como una máquina de bolas de colores en la que se crean recuerdos, representados como bolas de luz de colores brillantes, disparados lejos en la distancia para ser almacenados en la memoria a largo plazo, y a veces llamados a la sala de control para que sean contemplados por Riley.

Inside Out: crecer es positivo, y está bien estar triste al respecto

La película puede no dar con la representación más precisa de la mecánica del cerebro, pero tal y como han argumentado algunos científicos , hace una buena descripción de nuestro desarrollo emocional.

A partir de los 3 años de edad, los niños pueden comenzar a recordar sus experiencias de la infancia. Cuando se entremezclan las emociones felices con las tristes sobre el pasado dando paso a eso que llamamos nostalgia. Riley la experimenta cuando deja atrás la infancia que ama en Minnesota, momento en el que sus felices recuerdos se tiñen de tristeza.

Y es que experimentamos emociones encontradas cuando vivimos el presente y pensamos en el futuro, o cuando rememoramos historias del pasado. En un estudio de la psicóloga de la Universidad de Stanford, Laura Carstensen, esta se refiere a la confluencia de estos sentimientos como algo conmovedor, por la tristeza que acompaña a una experiencia alegre, cuando sabes que el momento feliz va a terminar.

El trabajo de Carstensen demuestra que las personas mayores son mucho más propensas a experimentar estos sentimientos de conmoción. Al parecer, las personas mayores experimentan más emociones mixtas, como la felicidad y la tristeza más que los jóvenes, y que esta mezcolanza de emociones positivas y negativas se vuelve más frecuente con la edad.

El cóctel de emociones encontradas en las que vivimos

Existen muchas investigaciones acerca de los sentimientos encontrados de tristeza y alegría que experimentamos. Sobre todo, cuando somos conscientes de un cambio brusco en nuestra vida, o bien, cuando nos enfrentamos a enfermedades más o menos graves. Inside Out explica de manera muy gráfica los cambios emocionales que siguen al cambio que se puede producir en nuestras circunstancias.

Otro estudio muy interesante publicado en el 2001 por los Nationals Institutes Of Health (NIH), los investigadores inculcaron a los participantes sentimientos de alegría y tristeza utilizando la película de 1997 “La vida es bella”, una historia tan bella como trágica, en la que un padre trata de hacerle creer a su hijo que en el campo de exterminio en el que se encuentran es tan solo un juego.

Así, las películas de Pixar gozan ya de una enorme popularidad, ya no solo entre público infantil, sino también en muchos adultos, por adentrarse de forma directa o indirecta en una gran variedad de estados emocionales que al final tiran de nuestras válvulas cardíacas y nos llevan a entender mejor el complejo universo de las emociones.