Josef Breuer, precursor del psicoanálisis

Josef Breuer era un investigador riguroso, que realizó importantes aportes a la medicina y a la fisiología. También fue maestro y amigo de Sigmund Freud y el encargado de abrir los primeros horizontes para el psicoanálisis freudiano.
Josef Breuer, precursor del psicoanálisis
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 26 julio, 2022

Josef Breuer fue un destacado médico y fisiólogo que tuvo una importancia decisiva en la génesis del psicoanálisis. Conoció y entabló amistad con Sigmund Freud, quien, de uno u otro modo, lo vio como una figura paterna y entrañable, por lo que siempre le tuvo gran afecto y respeto. La admiración y la amistad era mutua.

Breuer redactó con Freud parte de la primera edición de Estudios sobre la histeria, la obra fundacional del psicoanálisis. También fue el primero en atender a la famosísima Anna O., que se convertiría en la primera paciente tratada con el método psicoanalítico, luego de que Josef Breuer la derivara a la consulta de Freud.

“¡Por el amor de Dios, pare! ¡Pare de pensar! ¡Abra los ojos y mire! Deje al mundo entrar”.

-Josef Breuer-

Este fantástico médico austriaco también fue quien descubrió la relación entre la respiración y la temperatura corporal. Además de la relación existente entre el oído y el equilibrio. Se le considera el creador del método catártico, precursor del método de asociación libre empleado en el psicoanálisis. Pero vayamos por partes, comencemos con un breve repaso a su vida hasta comprender el alcance de sus descubrimientos.

Anna O, paciente de Josef Breuer
Anna O.

La primera etapa en la vida de Josef Breuer

Josef Breuer nació en Viena (Austria), el 15 de enero de 1842. Su padre era una importante figura del judaísmo, religión que Breuer nunca profesó decididamente, pero de la que tampoco se alejó jamás.

La madre murió cuando Josef Breuer tenía tan solo 4 años. Desde entonces quedó al cuidado de su padre y de su abuela materna. En 1859, a la edad de 19 años, comenzó sus estudios de Medicina en la Universidad de Viena. Allí, fue alumno de grandes científicos de la época, como Karl Rokitansky y Josef Skoda.

También estudió bajo la tutela de Johann Ritter von Oppolzer, un célebre médico clínico internista de Viena. Este lo tomó como su asistente en el Hospital General de Viena. Más adelante, se vinculó al laboratorio de fisiología de Ewald Hering, que desarrollaba estudios acerca de la percepción .

En el laboratorio, descubrió la función que cumple el nervio neumogástrico en la regulación térmica corporal por medio de la respiración. Este descubrimiento le otorgó a Breuer un gran reconocimiento en el ámbito médico. Posteriormente, siguió investigando y logró establecer la relación existente entre el oído y el equilibrio.

El encuentro con Sigmund Freud

En 1871, Josef Breuer decide dedicarse a la práctica privada de la medicina. Tuvo prestigiosos pacientes como Franz Bentano y Johannes Brahms. Alternaba su práctica con la investigación y la enseñanza en el Instituto de Fisiología de la Universidad de Viena, lugar en el que entabló una gran amistad con uno de sus alumnos, Sigmund Freud, en 1877.

Desde finales de 1870, Josef Breuer se había sentido atraído por la psicología. Mostraba gran interés en la hipnosis, que estaba muy en boga en aquellos años. Sus pacientes eran, en su gran mayoría, mujeres adineradas que tenían síntomas histéricos. Esto fue lo que probablemente despertó su interés en los fenómenos psíquicos.

Freud compartía estas mismas inquietudes y, quizás, a raíz de estos intereses comunes se convirtieron en grandes amigos. Breuer le prestó una cuantiosa suma de dinero para que el padre del psicoanálisis pudiera instalar su consultorio privado. También lo orientó para que iniciara su carrera médica. Sin darse cuenta, cada uno de ellos, a su modo, comenzó a convertirse en especialista en trastornos psíquicos.

Rostro de Freud

Anna O y la histeria

Josef Breuer comenzó a atender a la paciente que pasó a la historia con el nombre de Anna O. (seudónimo dado por Josef Breuer a Bertha Pappenheim para proteger su identidad).

Ann O.  fue una joven de 21 años con cuadros de anorexia, parálisis, una grave perturbación del lenguaje y otros síntomas que aparecen luego de la muerte de su padre, y por los cuales es diagnosticada como histérica.

Breuer recurrió a la hipnosis para tratar la histeria de Anna, técnica que le proporcionó varios avances en su cura.

El tratamiento  -al que Anna O. solía llamar “cura por la palabra” o “deshollinación”, y que Josef Breuer denominó método “catártico”,- consistía en inducir a la paciente a un estado hipnótico y persuadirla a que recordara las circunstancias previas a la primera aparición de cada uno de los síntomas. De esta forma, al salir del trance hipnótico, dichos síntomas histéricos iban desapareciendo uno a uno.

Sin embargo, la paciente desarrolló un afecto especial hacia Breuer durante casi los dos años que duró la atención. En este caso, Anna O. fue elaborando una transferencia afectiva con Breuer que provocaba fluctuaciones en sus estados de mejoría y empeoramiento de acuerdo a si el doctor estaba presente o no.

En 1882, los celos de la esposa de Breuer y la desaparición eventual de todos los síntomas histéricos de la paciente, motivan a Breuer a culminar el tratamiento de Anna. Sin embargo, el mismo día que termina el tratamiento, Anna O. aseguró, de forma delirante, estar dando a luz al hijo del doctor Breuer. 

Fue entonces cuando Breuer le derivó el caso a Freud; hecho que sería decisivo para el desarrollo teórico y práctico del psicoanálisis.

Breuer, Freud y el psicoanálisis

Posteriormente, el caso de Anna O. trajo resultados positivos que Breuer y Freud aprovecharon. Breuer descubrió que los pacientes histéricos no tenían dolencias físicas sino que, en realidad, sus síntomas eran el resultado de la acción permanente de ciertas experiencias traumáticas del pasado que, por su inadmisibilidad, se habían reprimido.

De esta forma, al liberar dichas experiencias reprimidas, exteriorizándolas y aceptándolas de manera consciente, los síntomas desaparecían.

Breuer no hace público sus descubrimientos con relación al tratamiento de Anna O., pero sí le ofrece a Freud utilizar el método catártico en sus pacientes. Freud, basándose en dicho método, opta por dejar de lado la hipnosis y en su lugar establece el procedimiento de “asociación libre”.

De esta manera, ambos van desarrollando una novedosa forma de psicoterapia que deriva, en la publicación de dos obras importantes, a saber: La comunicación preliminar (1893); en la cual Freud y Breuer abordan el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos; y posteriormente, en 1895, publican la famosa obra titulada Estudios sobre la histeria.

Sin embrago, a partir de 1891, la relación entre Breuer y Freud había comenzado a decaer debido a varias discrepancias en la forma de comprender y abordar los fenómenos psíquicos, las cuales se fueron intensificando con el pasar del tiempo.

De hecho, la amistad de ambos médicos se terminó de forma definitiva en 1895, cuando se publicó Estudios sobre la Histeria.

Entre tanto, Breuer le cobró a Freud el dinero que le debía. Este último mostró su disgusto que, sumado a los desacuerdos teóricos que ya tenía con su mentor, provocaría un enorme enfriamiento y distanciamiento en su relación. Aunque cabe destacar que Breuer jamás dejó de seguirle el rastro a su brillante alumno.

Cuando Breuer murió, en 1925, Freud envió un mensaje de condolencia a su hijo. Este le respondió comentándole sobre el interés que su padre siempre mantuvo en torno a los avances del psicoanálisis. Freud, a su vez, le respondió: “Lo que usted ha dicho de la relación de su padre con mis trabajos más tardíos fue nuevo para mí, y obró como un bálsamo sobre una herida dolorosa que nunca se cerró”.

Así, con un sabor agridulce, concluyó una de las relaciones más fructíferas de la época. La admiración nunca se desvaneció, pero las diferencias fueron más fuertes y se mantuvieron distanciados. En la actualidad, ambos nombres son estudiados y reconocidos, aunque quizás el de Freud resuene más en entornos más comunes. Sin embargo, no debemos olvidar que Josef Breuer fue una figura decisiva para el psicoanálisis. 


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  • Bedó, T., & Rocco, I. M. (1976). A propósito de la contribución de Josef Breuer a los Estudios sobre la histeria. México: Siglo Veintiuno Editores.

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