Karen Horney y su interpretación del psicoanálisis
El de Karen Horney es uno de los pocos nombres femeninos que aparecen en la historia del psicoanálisis y la psiquiatría , durante la primera mitad del siglo XX. Fue, sin duda alguna, una mujer admirable. No temió confrontar al padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, proponiendo su propia teoría.
Esta psicoanalista no compartía la visión de Freud sobre lo determinante del sexo en la conformación de la estructura psíquica. Karen Horney pensaba que, más allá de la biología, la cultura influenciaba decisivamente la formación de la personalidad. Sus teorías alcanzaron un impacto importante y por eso brilló con luz propia.
La teoría que creó lleva su nombre. Sufrió el rechazo de muchos de los psicoanalistas de su tiempo. Pese a ello, fue la fundadora de la Asociación para el Avance del Psicoanálisis en Estados Unidos. Esta organización era frecuentada por figuras de la talla de Erich Fromm, Harry Sullivan y Margaret Mead, entre otros.
“Afortunadamente análisis no es la única manera de resolver los conflictos interiores. La vida en sí sigue siendo un terapeuta muy eficaz”.
-Karen Horney-
Los inicios de Karen Horney
Karen Horney nació en Hamburgo (Alemania), el 16 de septiembre de 1885. Fue la hija de una pareja muy conservadora, formada por su padre, que era capitán de la marina, su madre, un ama de casa, y cinco hermanos. Cuatro de ellos eran hijos del primer matrimonio de su padre.
La madre de Karen no amaba a su esposo. Esto parece haber impactado mucho a Horney de niña. El desprecio de la madre hacia el matrimonio hizo que educara a su hija para que estuviera por encima del clásico destino de las mujeres en ese entonces. La alentó para que estudiara medicina y la apoyó para que lo lograra, haciendo grandes sacrificios.
Pese a todo, Karen se casó con Oskar Horney y luego concluyó sus estudios. Se vinculó a la clínica neuropsiquiátrica de la Universidad de Berlín y allí conoció a uno de los más brillantes psicoanalistas de su tiempo: Karl Abraham . Se psicoanalizó con él y, al mismo tiempo, comenzó a formarse como psicoanalista.
Un giro conceptual
Karen Horney tenía algunos problemas emocionales. No lograba tener una vida sexual plena y también padecía de episodios depresivos. Durante su psicoanálisis, Abraham aseguró que esto se debía a un deseo incestuoso hacia su padre. Karen rechazó esa interpretación y desde entonces tuvo una posición crítica hacia el psicoanálisis clásico.
El matrimonio de Karen Horney comenzó a naufragar cuando su esposo tuvo una quiebra económica y se enfermó de meningitis. Más tarde, por la llegada de la Segunda Guerra Mundial, Karen decidió establecerse en los Estados Unidos. Allí desarrollaría la mayor parte de su obra.
Los aportes de Karen Horney
Karen Horney rechazó decisivamente el concepto de “envidia del pene” propuesto por Freud. Argumentó que los sentimientos de inferioridad y las inhibiciones sexuales presentes en muchas mujeres no se debían a determinaciones anatómicas. Más bien eran el resultado de una educación restrictiva, que negaba y rebajaba lo femenino.
Aunque Karen Horney mantuvo el postulado psicoanalítico según el cual la infancia es la etapa decisiva en la conformación de la neurosis, también dio su propia interpretación a esto. Según ella, no son los conflictos sexuales los que terminan generando angustia y neurosis. Más bien es el afecto o el desafecto de los padres el que determina la salud mental.
Para Horney, si los padres no llenan las necesidades afectivas de sus hijos, dan lugar a sentimientos de hostilidad, frustración e inhibición. Y si se restringe la expresión de esa hostilidad, aparecen en la persona fantasías autodestructivas y dificultades en las relaciones sociales. Todo esto lleva a la angustia.
Del psicoanálisis al humanismo
Karen Horney se relacionó afectivamente con Erich Fromm y el pensamiento humanista de este tuvo un gran impacto en ella. Su unión fue intelectualmente muy productiva. Sin embargo, también aparecieron los celos profesionales y los conflictos de pareja. Esto hizo que rompieran la relación y, al mismo tiempo, deshicieran la Asociación para el Avance del Psicoanálisis, de la que ambos formaban parte.
Se considera que Karen Horney fue la primera en darle un lugar absolutamente decisivo al afecto durante la infancia. Toda su teoría sostiene que el sentimiento de desamparo durante los primeros años marca por completo la mente humana.
Las obras más destacadas de Horney fueron La personalidad neurótica de nuestro tiempo y Neurosis y madurez . Solo hasta diez años después de su muerte se le otorgó un lugar verdaderamente destacado en la historia de las ciencias de la mente. Hoy por hoy se le considera una de las fundadoras de la corriente humanista.