La dictadura de los likes
Las redes sociales han llegado para quedarse. Esta nueva forma de comunicación ha revolucionado por completo la manera en la que entendemos el mundo. De hecho, en algunos aspectos, hemos obtenido grandes ventajas respecto a épocas pasadas. Sin embargo, para algunas personas esto ha tenido un gran precio: el comienzo de la dictadura de los likes.
Y es que hoy en día, estamos más pendientes que nunca de que los demás nos hagan caso. Con el auge de redes sociales como Instagram o Facebook, parece que si no tenemos cientos de seguidores es que nadie nos valora. Esto genera un gran malestar emocional en buena parte de la población.
Por ello, en este artículo hablaremos sobre los efectos negativos de esta dictadura de los likes. Sin embargo, antes tenemos que comprender por qué las redes sociales son capaces de generar tanta adicción.
Por qué las redes sociales son tan adictivas
Los seres humanos somos animales completamente sociales. Uno de nuestros instintos básicos es la búsqueda de aceptación. Según la psicología evolucionista, nuestros antepasados necesitaban a su grupo para sobrevivir. Por eso, aquellos que no prestaban atención al efecto que causaban en los demás morían sin dejar descendencia.
Debido a ello, nosotros venimos de los otros: de los que estaban pendientes constantemente de lo que el resto pensaba de ellos. Así, hemos heredado el instinto de tratar de agradar a los demás. En épocas pasadas, esto se traducía en tener buena relación con los vecinos o los amigos cercanos. Sin embargo, hoy en día, las redes sociales han cambiado el paradigma por completo.
Ahora, se ha instaurado una especie de competición por ver quién es más popular en Facebook o Instagram. La dictadura de los likes que estas plataformas han generado nos hace obsesionarnos con parecer mejores que los demás. Así, nos comparamos con el resto, sintiéndonos fatal si la vida de otros parece más atractiva.
Algunos estudios muestran que gran parte de la población joven es adicta a las redes sociales. En parte, esto se debe a que recibir un like en una foto activa los mismos mecanismos de recompensa cerebral que darnos un beso con alguien que nos importa o escuchar un piropo por parte de otro.
La dictadura de los likes genera nuevos trastornos
Debido a esta similitud entre la atención online y la real, nuestro cerebro no es capaz de diferenciarlas en algunos aspectos. Sin embargo, el mayor problema con la adicción a la validación procedente de Internet es que todo el mundo parece ser más atractivo que nosotros.
Por su propia naturaleza, la red nos permite ver a las personas más llamativas del mundo. Puede tratarse de las más atractivas, las más distintas, las más populares… Pero en general, cuando alguien alcanza una gran fama en Internet, es porque se trata de una persona excepcional en algún sentido.
El problema es que, al observar nuestro perfil de Facebook o Instagram, nos estamos comparando con esas personas que están muy por encima de la media. Nuestra vida, por contraste, parece gris y aburrida. Tenemos la sensación de que necesitamos vivir experiencias increíbles cada dos por tres para estar a la altura.
Así, surgen gran cantidad de adicciones y problemas. Por ejemplo, muchas personas sufren el famoso fear of missing out. Esta distorsión cognitiva nos lleva a pensar que todos los demás tienen vidas más interesantes que la nuestra.
Otros, en cambio, se obsesionan con demostrarle al mundo que son los mejores. Así, están constantemente preocupados por subir fotos de su último viaje, una quedada espectacular con los amigos o esa nueva afición tan divertida que están practicando. Todo ello, sin ser capaces de disfrutar realmente de estas situaciones.
¿Cómo superamos estos problemas?
Por desgracia, un gran número de personas ha caído en las garras de la dictadura de los likes. Sin embargo, esta tendencia tan dañina se puede revertir. Para ello, tan solo tienes que seguir estos pasos:
- Acepta que la vida de los demás no es realmente como aparece en sus redes sociales. Todos tratamos de poner nuestra mejor cara en Internet. Sin embargo, lo cierto es que la mayoría del tiempo se invierte en tareas cotidianas, iguales para todo el mundo.
- Desconecta de las redes. Pasar demasiado tiempo navegando puede empeorar los síntomas de adicción. Por eso, reserva un espacio cada día en el que estés lejos de móviles, ordenador y demás dispositivos electrónicos.
- Busca fuentes de validación interna. En muchas ocasiones, queremos que los demás nos digan lo “guays” que somos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos. Por ello, si consigues mejorar tu autoestima, muchos de los problemas de la dictadura de los likes simplemente desaparecerán.
Por supuesto, el camino para ser independientes de las redes sociales es largo y estará lleno de desafíos. Sin embargo, recuperar tu autoconfianza es una de las mejores acciones que puedes emprender por ti mismo.