La leyenda "Esto también pasará" que salvó al rey

El rey de esta leyenda aprende una valiosa lección vital de su anciano sirviente. Descubre aquí cuál es.
La leyenda "Esto también pasará" que salvó al rey
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 febrero, 2022

Pensar y aprender de la antigua leyenda “Esto también pasarápuede sernos muy útil. Sabemos que nuestra actitud ante los problemas, fracasos o situaciones del día a día condiciona lo que nos sucede. Así, la percepción de que todo pasa es más sana que quedarse anclados emocionalmente en una situación.

Por muy grande y complicado que nos parezca algo, todo pasa. Enfrentarnos a la situación, gestionar las emociones que nos genera o cambiar los pensamientos sabiendo que la situación pasará son estrategias que podemos utilizar para convivir con el sufrimiento mientras estamos condenados a aguantarlo como compañero de viaje.

“Considera los problemas como una parte inevitable de la vida y repite las palabras más estimulantes que hay: esto también pasará”.

Veamos la leyenda y pensemos en ella.

La leyenda popular “Esto también pasará” para algunos puede ser una forma fácil de ver los problemas; sin embargo, por sencilla no deja de ser útil. Todo puede cambiar, y de cualquier situación o persona podemos obtener un aprendizaje.

Cuenta la leyenda, que un rey pidió a los sabios de su corte un anillo especial:

–Quiero que fabriquéis un anillo precioso y para ocultar en él un mensaje que pueda ayudarme en momentos de deses­peración. Ese mensaje ha de ser muy breve para poder inscribirlo.

Aquellos eruditos habían escrito grandes tratados, pero no sabían cómo darle un mensaje de dos o tres palabras que pudiera ayudar al rey en esos momentos en los que consideraba que esa ayuda podría marcar la diferencia.

Anillo "esto también pasará"

El monarca tenía un anciano sirviente al que consideraba como de su propia familia, así que también le consultó. Este, sorprendentemente, le dijo:

–No soy un sabio ni un erudito, pero conozco el mensaje que buscas porque un sabio lo compartió conmigo hace tiempo.

El anciano escribió tres palabras en un pequeño papel, lo dobló y se lo entregó al rey con la advertencia:

-No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo solo cuando sientas que todo ha fracasado y no encuentres salida a tu situación.

Cuando hayas fracasado, esto también pasará

El momento llegó muy pronto: el país fue invadido por la nación adyacente y el rey tuvo que huir a caballo para salvar la vida mientras sus enemigos le perseguían. Llegó a un lugar donde el camino se acababa al borde de un precipicioEstaba en una encrucijada donde la muerte le esperaba al final de todas sus decisiones. La desesperación invadió al rey.

Y entonces se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró el siguiente mensaje: “Esto también pasará”.

Mientras leía aquella frase, los enemigos que le perseguían se perdieron en el bosque al errar el camino, y pronto dejó de oír el trote de los caballos. Tras aquel sobresalto, el rey logró reunir a su ejército y reconquistar el reino.

Cuando estés de celebración: esto también pasará

A su vuelta, en la capital hubo una gran celebración que se prolongó durante varios días. El monarca, rememorando aquella desesperante situación en el precipicio y la posterior victoria, se sintió orgulloso de sí mismo y así se lo mostró a todos sus invitados a través de sus historias y brindis.

El monarca llegó hasta su anciano sirviente, a quien agradeció aquella providencial perla de sabiduría. Le contó cómo aquellas palabras le habían ayudado a no descubrir su posición o a no tirarse por aquel precipicio cuando todo parecía perdido. Creía haber encontrado la clave para su estrategia en el mensaje de su anillo.

Sin embargo, el anciano, a pesar de que compartía la alegría de su rey, tan solo le dijo:

–Ahora vuelve a mirar el mensaje.

El rey parpadeó, perplejo. No entendía por qué debía mirar el mismo mensaje que ya había cumplido su propósito. Al notar esta confusión, el anciano matizó:

-No es solo para situaciones desesperadas, sino también para las placenteras. No es únicamente para cuando estás derrotado, también sirve cuando te sientes victorioso. No es solo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero.

Hombre con papiros

 

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”. Entonces, y solo entonces, comprendió la profundidad de aquellas palabras.

–Recuerda que todo lo circunstancial pasa, ya sea porque se queda atrás o porque te habitúas –le recordó el viejo sirviente–. Solo quedas tú, que permaneces por siempre.

“Todo en esta vida es temporal, así que, si las cosas van bien, disfrútalas porque no durarán para siempre. Y si las cosas van mal, no te preocupes, no van a durar para siempre tampoco”.

-Anónimo-

¿Cuántas veces creemos que no hay salida? ¿O que una situación negativa durará para siempre? La leyenda de “Esto también pasará” nos enseña a relativizar nuestros problemas para no aferrarnos a lo que, seamos conscientes o no, no durará mucho. Tanto en la derrota como en el orgullo, lo más importante es ser conscientes que la vida solo se queda en los recuerdos.


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