La leyenda del hilo rojo

Hay personas que están destinadas a compartir sus vidas y no existe nada que pueda impedirlo, así lo sugiere la leyenda del hilo rojo. Si quieres saber más sobre ella, ¡sigue leyendo!
La leyenda del hilo rojo
Raquel Aldana

Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.

Última actualización: 21 diciembre, 2023

Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, tampoco el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito, pero nunca se romperá. Su dueño es el destino.  

«El viaje termina cuando los amantes se encuentran».

~ William Shakespeare ~

¿Qué es la leyenda del hilo rojo del destino?

Es una creencia popular oriental que asume que entre las personas existe una conexión predestinada. Básicamente, sostiene que hay quienes están conectados por un hilo invisible que el tiempo ni nadie puede romper. Las personas unidas por este lazo están destinadas a estar juntas.

La leyenda del hilo rojo es la representación de la predestinación en las relaciones humanas, sobre todo, de las amorosas. Con frecuencia, se emplea para respaldar la idea de una pareja que estaba «destinada a ser» o a «estar juntas», a pesar de los obstáculos. No hay nada que se interponga en el destino, pues el amor es un viaje en compañía.

Esta creencia no tiene un autor específico. Solo se sabe que surgió en Asia Oriental y que ha sido una leyenda que se ha transmitido de generación en generación a través del arte, la literatura y la oralidad. A pesar de que su origen es oriental, ha tomado fuerza en Occidente gracias a su divulgación artística (cine, música, novelas, cuentos).



¿Cómo es la leyenda del hilo rojo del destino?

Este hilo invisible une a las personas desde su nacimiento y los acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda la vida. Según se dice, el Abuelo de la Luna cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo de color rojo a su dedo. Un hilo que decidirá su futuro y sus encuentros, un hilo que guiará a estas almas para encontrar al amor verdadero. La leyenda dice así:

«Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.

Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos.

Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: “Aquí termina tu hilo”, pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja. Este empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente. Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente».

¿Por qué el hilo va atado al meñique?

La elección de este dedo tiene sus raíces en las creencias asiáticas. En la medicina tradicional, se considera que hay un meridiano que atraviesa el meñique y lo une con el corazón. Esta conexión refuerza la idea de que hay un vínculo espiritual entre ambas partes del cuerpo.

También se ha tomado como referente el hecho de que la arteria cubital o ulnar conecta el meñique con el corazón. De acuerdo con la tradición oriental, este conducto sanguíneo se extendería hasta vincularse al corazón de otra persona.

Un hilo rojo directo al corazón

Esta leyenda está tan arraigada en la sabiduría oriental que millones de personas llevan unidas a ellas un lazo verdadero. Aunque no hay claridad sobre si el origen es chino o japonés. Se dice que la leyenda comenzó al conocer que la arteria ulnar conecta el dedo meñique (otras fuentes hablan del anular, lo que tiene más tradición en nuestra cultura) con el corazón, fuente de vida y eternamente concebido como el hogar del amor.

Un hilo al que no podremos imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, y que no podremos romper ni deshilachar. Un hilo directo al corazón, que conecta a los amores eternos, a los profundos, esos que simbolizan el antes y por los que no hay después.

El amor de una madre, un padre, un hermano, un niño, un amigo, un hombre o una mujer. Un hilo que simboliza el amor y el interés común; la magia del corazón. Por otro lado, también se asocia con reencontrarse con un amor perdido. Esto es, avivar historias que se pensaba ya escrito su final.

La leyenda del hilo rojo va más allá del amor romántico

Para la cultura occidental, esta leyenda suele interpretarse dentro del esquema de amor romántico y del «alma gemela». No obstante, en otros lugares, esta también abarca el amor genuino que pueden sentir dos personas sin enamorarse.

Por ejemplo, los japoneses que desean adoptar a un niño utilizan esta leyenda como metáfora recursiva en su proceso de adopción. Se supone que el hijo adoptado y los futuros padres ya comparten alguna vinculación de antemano, gracias a este hilo. Esto favorece la fortaleza en la larga espera que deben realizar, en la mayoría de los casos.

Es por ello que, en las comunidades de padres y madres adoptantes, es normal la utilización de frases como «estamos tirando fuerte del hilo rojo» o «tendiendo puentes con hilos rojos».



Una profunda conexión

Sea como sea, lo cierto es que hay algunas personas con las que la conexión es mágica y se crea un vínculo muy especial y diferente al resto. Se percibe en las miradas, en la forma de vivir los silencios junto a ellas.

Es difícil explicarlo, pero quien lo experimenta lo sabe, conoce esa sensación de saber que es esa persona y no otra con la que está destinado a encontrarse. Esa con la que se comparte un hilo rojo, según cuenta la leyenda.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.