La psicología del regalo: dime qué regalas y te diré quién eres

Nuestra personalidad impregna todo lo que somos y hacemos. Por ello, en el acto de regalar revelamos mucha información acerca de nosotros mismos.
La psicología del regalo: dime qué regalas y te diré quién eres
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Elena Sanz

Última actualización: 07 abril, 2024

La psicología del regalo evidencia una relación existente entre nuestra personalidad y el tipo de obsequios que ofrecemos. No solo el contenido tiene relevancia, también la presentación y los costes de toda índole juegan un papel importante.

¿Planeas los regalos con antelación o vas sobre la marcha? ¿Intentas aportar un toque personal o priorizas el valor monetario? Todos los aspectos implicados en el proceso de regalar pueden ayudarnos a hacer una radiografía interior de la persona que regala. Veámoslo con más detenimiento.

¿Qué es mejor, dar o recibir regalos?

El acto de regalar o que nos regalen algo es especial para ambas partes. El que entrega el obsequio obtiene la satisfacción de ver que el otro disfruta, y al mismo tiempo, el que recibe el regalo experimenta el cariño del otro.

De hecho, dar regalos fortalece los lazos de la relación, así como la confianza. Según un estudio publicado en Social cognitive and affective neuroscience, el intercambio de regalos, antes de la realización de una tarea, mejora el rendimiento cognitivo y las conductas de cooperación.

A nivel cerebral, se detectó un aumento en la irrigación de la corteza prefrontal dorsolateral: el área más relacionada con la planificación motora, la organización y la regulación de la conducta.

Por eso, tanto dar regalos como recibirlos es beneficioso. El hecho de que algunas personas prefieran uno u otro, se explica por las diferencias individuales en la forma de relacionarse con los demás.

Qué dicen los regalos de nosotros

Ofrecer un regalo puede decir muchas cosas de quien lo ofrece Por un lado, puede revelar el carácter detallista de la persona y su inclinación a tener en cuenta o recordar los gustos e intereses de los demás. Por otro lado, puede significar que el sujeto es generoso y que le gusta ofrecerle cosas buenas a los otros, sin esperar nada a cambio. No es alguien que actúa esperando una recompensa, sino que obra solo para brindar una ayuda desinteresada y generar un poco de felicidad a su alrededor.

Dar regalos también denota que el individuo es atento y considerado. Le gusta cuidar a los demás y se preocupa por darles sorpresas en momentos únicos. Es especial y sensible. Dependiendo del tipo de regalo, su decoración y del esfuerzo invertido, se puede observar también si es creativo, pragmático, innovador, etc. Un regalo, según el contexto, el contenido y la forma, puede brindar una imagen parcial de la forma de ser de alguien.

¿Qué pasa en tu cerebro cuando das un regalo?

En un artículo publicado por la American Psychological Association se destaca que el acto de gastar dinero en alguien promueve la felicidad. Los expertos señalan que esto es así, debido a que, al ser generosos, las regiones del cerebro vinculadas al placer y al procesamiento de la información social interactúan con mayor intensidad.

A nivel cortical, un estudio de Nature Communications encontró que los participantes que invirtieron dinero en otros sujetos, mostraban una mayor activación de la unión temporoparietal. Además, observaron que el comportamiento generoso era capaz de modular la conectividad entre dicha unión y el cuerpo estriado. En general, se observó que los generosos eran más felices.

Beneficios de hacer regalos

Dar un obsequio tiene enormes beneficios psicológicos y relacionales. Es una práctica que vale la pena realizar, no solo por la alegría de quien recibe un regalo sorpresa, sino también por el bienestar propio. Veamos algunos de sus efectos positivos.

  • Produce felicidad: un regalo hace que la otra persona se sienta amada y reconocida, lo cual es una fuente inestimable de felicidad para cualquiera. De igual modo, genera alegría en quien entrega el obsequio.
  • Manifiesta aprecio o gratitud: el regalo es un gesto mediante el cual la persona puede expresar lo que siente por el otro. Es una ruta autoexpresiva que, si es bien intencionada, denota mucho cariño. Además, permite reflejar gratitud.
  • Ayuda a crear vínculos: cuando un regalo produce buenas sensaciones en el otro, es capaz de fomentar el vínculo afectivo. A la mayoría de las personas les gusta estar con quienes las hacen sentirse bien, amadas y pensadas.
  • Promueve la autoestima: los regalos podrían tener el efecto de mejorar la autoestima de una persona. En especial, si es receptora de un detalle que le ha tomado tiempo y esfuerzo al otro.
  • Fomenta recuerdos positivos: quien recibe el regalo, siempre tendrá un buen recuerdo. Además, guardará en su mente ese momento en el que alguien especial le ofreció un obsequio valioso.
  • Reduce el estrés: ser receptor de un gesto de generosidad podría reducir un poco el estrés al fomentar la interacción social y potenciar la gratitud.

¿Por qué a algunas personas les incomoda recibir regalos?

Para algunos es incómodo recibir detalles, debido a que no están acostumbrados a este tipo de generosidad. Es posible que estos sujetos, desde pequeños, se hayan acostumbrado a trabajar por lo que desean, por ende, no están familiarizados con la idea de recibir cosas sin esfuerzo.

De igual modo, hay personas que se molestan, porque se sienten obligadas o presionadas a ser recíprocas. Este sentimiento de estar endeuda no es muy grato, por eso, este tipo de individuos prefieren no recibir regalos. Además, es posible también que no tengan los medios para corresponder con otro presente, lo cual agrava más el malestar.

Para otros, quienes se presentan como sujetos con baja autoestima, recibir un regalo puede ser desagradable, pues suelen pensar que no son dignos de recibir muestras de cariño. Además, se perciben que no están a la altura de ser receptores de tanta generosidad.



Psicología del regalo: el obsequio y los rasgos de la personalidad

Hacer regalos puede ser visto como un contrato social o como un acto de aprecio mutuo. En cualquier caso, existen cuatro componentes clave que determinan nuestra forma de regalar y, por ende, nuestra personalidad. 

  • Costes financieros o el valor monetario del regalo que elegimos.
  • Tiempo empleado en adquirir o elaborar el obsequio.
  • Energía mental invertida en planificar y escoger un regalo adecuado al destinatario.
  • Costes físicos necesarios para conseguir el presente.

A la hora de recibir un regalo, por lo general, las personas valoran más la inversión de tiempo, energía mental y física. El valor monetario parece ser el aspecto menos importante. Sin embargo, todo depende de la situación y las personas involucradas.

En cualquier caso, la mayor o menor implicación de cada individuo en estas áreas, nos ayuda a realizar un perfil de su personalidad. Quien prioriza el dinero invertido en el regalo será, con seguridad, diferente en muchos aspectos a quien opta por dedicar su tiempo a lograr el presente perfecto. Quien prevé con meses de antelación qué va a regalar, diferirá de aquella persona que prefiere ser más espontánea, pero más creativa y emplear toda su energía física en la consecución del presente.

Rasgos narcisistas

Las personas con rasgos narcisistas se consideran a sí mismas como superiores al resto y merecedoras de todo lo bueno de la vida. Esto se refleja también en su forma de regalar, pues intentan que su obsequio sea tan único como ellos se sienten. Nunca optarán por artículos sencillos o convencionales, prefieren algo exclusivo e inolvidable.

De manera general, escogen regalos caros, grandes u ostentosos. Pensarán con detenimiento qué regalar para dejar una huella positiva y duradera en el receptor. Por ello, también es común que dediquen tiempo a cuidar el envoltorio y la presentación del regalo, para que sean igual de impresionantes.

Gran corazón

Para este tipo de personas, lo más importante es el componente emocional del regalo, con él buscan demostrar su afecto hacia el destinatario. Debido a esto, dedican un gran esfuerzo en encontrar algo que de verdad emocione a la otra persona y se adecue a sus gustos e intereses. No repararán en el precio, puesto que el valor sentimental es su máxima prioridad.

Es muy frecuente también que entreguen regalos hechos por sus propias manos o personalizados de algún modo. Son el tipo de personas que disfrutan envolviendo ellos mismos los regalos y agregando tarjetas y dedicatorias.

Falta de empatía

Las personas poco empáticas enfocan el acto de regalar casi como un compromiso social. No se preocupan en analizar los gustos del destinatario y suelen comprar algo fácil, rápido e impersonal. Además, tienden a dejar todo para el último momento y, la mayoría de las veces, no cuidan de la presentación ni de los detalles.

Perfeccionismo

Las personas perfeccionistas aspiran a la excelencia y no toleran los fallos. Por ende, pondrán especial cuidado en que el regalo se encuentre en perfecto estado y la presentación sea impecable. Una imperfección en el embalaje será motivo suficiente para cambiarlo por otro. Para alcanzar estos exigentes estándares, comenzarán a planear el regalo con bastante antelación. De tal forma que se aseguran de contar con el tiempo suficiente para tener todo bajo control y solucionar cualquier imprevisto.



La psicología del regalo perfila, pero no sentencia

A partir de todos estos elementos, podemos hacernos una idea del perfil de personalidad de quien nos hace un regalo. Sin embargo, es necesario tener en cuenta muchos otros aspectos de su conducta en otras áreas de su vida para catalogar a alguien como muy o poco empático, narcisista o humilde. 

Disfrutemos de los obsequios que otros nos hagan y tratemos de poner lo mejor de nosotros en la situación inversa. Al fin y al cabo, regalar constituye una excelente forma de estrechar lazos sociales. 


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