Las bondades de sacar el niño que llevamos dentro
Los adultos deberíamos aprender a sacar el niño que llevamos dentro. Pues esto, nos puede aportar multitud de beneficios y estar más cerca de la felicidad.
Si algo tenemos que admirar de los niños, es su infinita imaginación. Dale un pedazo de madera a un pequeño y en cuestión de minutos lo habrá convertido en un divertido juguete. El trozo de madera no habrá cambiado, según tu percepción de adulto, pero para el pequeño será un coche, la mercancía de una tienda, una casa, un teléfono, un borrador, la palanca de velocidades de un vehículo, etc.
“Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido.”
–Ursula K. Le Guin-
Las virtudes de la infancia
Los pequeños son seres en desarrollo, por eso exploran constantemente su entorno y todas sus posibilidades. Esto les lleva a soñar, a crear, preguntar, imaginar, inventar…
Son creatividad. Cuéntale una historia a un niño y podrá imaginarla en su mente como si estuviera visualizando una película. Su inmensa imaginación lo llevará a crear sin problemas el ambiente en el que se lleva a cabo la historia, cada uno de los personajes, el escenario, los sonidos, los colores, los olores, etc.
Son simpatía. Llévalo con un grupo de desconocidos de su misma edad y a los pocos minutos estará divirtiéndose con sus nuevos amigos como si los conociera desde hace tiempo.
Cómo destruimos a nuestro niño interno
Apenas empezamos a crecer, nos vamos olvidando poco a poco de las maravillas que disfrutábamos en la infancia:
- Dejamos de hacer preguntas, porque somos adultos y “deberíamos saber de todo”.
- Dejamos de soñar, porque “los adultos deben vivir con los pies en la tierra”.
- Nos formamos nuestros propios juicios de las personas, por eso “elegimos con cuidado a nuestras amistades”.
- Crecemos en desconfianza y rechazo. Si una idea no concuerda con nuestros pensamientos, entonces la consideramos errónea. No importa cuán buena pueda parecer, si no está dentro de nuestros parámetros, simplemente la vemos como inaceptable.
“Dejamos de jugar, de hacer travesuras, de soñar. Olvidamos nuestra infancia, nuestra franqueza, nuestras locuras, porque nos hicimos mayores o por perder las ilusiones que nos impulsaban en nuestra niñez? Crece, madura y no perdamos nunca la fe y la frescura del niño que llevamos dentro.”
-Francis Aragón-
Las bondades sacar el niño que llevamos dentro
Sacar el niño que llevas dentro no significa ser inmaduro, simplemente significa darte la oportunidad de apreciar la vida desde una perspectiva más abierta.
Prueba a hacerlo la próxima vez que conozcas a alguien con pensamientos distintos a los tuyos. Más de una vez te sorprenderás de que esa persona que parece tan diferente a ti te pueda transmitir mensajes y enseñanzas muy positivas, las cuales te pueden hacer reflexionar sobre tu propia existencia y forma de ser.
Conoce nuevos lugares y aprécialos, tal como en tu infancia, cuando tus padres te llevaban a pasear a lugares que encontrabas fascinantes. O incluso fíjate en los detalles de los lugares por donde pasas a diario. Te darás cuenta de que siempre puedes encontrar un nuevo atractivo cada vez que lo visitas.
Despierta a tu niño interior y vuelve a esas sensaciones de espontaneidad, felicidad y plenitud de la que nunca deberíamos olvidarnos al llegar a la adultez.