Las características de una pareja violenta
Celos, control excesivo y manipulación son algunas de las características de una pareja violenta. Es importante conocer estas características para mantenernos alertas y evitar caer en una situación de violencia en la pareja. Al inicio de la relación de pareja puede parecer que estas actitudes surgen de una preocupación sana por la otra persona, pero se deben imponer ciertos límites para evitar situaciones negativas en el futuro.
A pesar de que al inicio de la relación puedan confundirse algunas acciones con preocupación, hemos de tener claro ciertos conceptos. No toda preocupación es amor. Y no debemos pasar por alto ciertas actitudes y comportamientos que con el tiempo -seguramente- irán a más. Entrar en una relación violenta es fácil. Se trata de una espiral en la que nos adentramos poco a poco sin darnos cuenta. Y cuando somos conscientes, estamos sumidos en un pozo lleno de violencia y amargura. Es por ello tan importante no pasar por alto ciertos comportamientos de nuestra pareja.
Celos
Es común que en algún momento nuestra pareja demuestre un poco de celos, pero si estos llegan al límite de afectar tu relación con amigos, compañeros de trabajo o familia, el problema es grave. Los síntomas de esta situación son: constantes cuestionamientos sobre tu paradero, las personas con las que estás o lo que haces. En el peor de los casos, si tu pareja es violenta puede llegar a prohibirte, cuestionarte o limitarte en tus relaciones o salidas.
Superioridad
¿Te has dado cuenta que tu pareja siempre parece tener la razón? ¿Toma todas las decisiones argumentando que tú no puedes? Bueno, pues estos son síntomas de abuso verbal y tú eres la víctima. Por lo regular las personas que ejercen violencia sobre su pareja son bastante inseguras y necesitan demostrar superioridad frente a otros para retomar algo de la seguridad que requieren.
Control
Una pareja abusiva o violenta hará alarde del control que mantiene sobre ti. Puede ser que demande toda tu atención y que poco a poco te aleje del resto de tus conocidos. Además, el control también puede abarcar tus finanzas, acceso al auto, actividades recreativas y, en general, cualquier situación que limite tu independencia y fortaleza personal. Si te das cuenta que estás en esta situación, es importante que retomes el control pronto. Recuerda que siempre puedes acudir al psicólogo.
Manipulación
¿Alguna vez has sentido que has hecho algo que realmente no deseabas? ¿Esto se debió a que tu pareja te llevó a ello de manera indirecta? En este caso estamos hablando de la manipulación, un arte que las parejas violentas manejan muy bien. Es común que estas personas usen lenguaje hiriente para conseguir sus objetivos y justificar sus acciones.
Muchas promesas, cero acciones
Finalmente, una pareja abusiva te hará muchas promesas que generalmente no cumplirá. Esta actitud se complementa en gran medida con la manipulación, ya que siempre tratará de hacerte creer que está haciendo lo posible por cambiar. Si te es difícil alejarte de este tipo de personas pregúntate esto: ¿cuántas veces te ha prometido cambiar y cuántas veces ha cumplido?
Aléjate de la pareja violenta
Si te das cuenta que tu pareja presenta algunas o todas estas características sería recomendable que te alejes o divorcies. Muchas personas que entran en una situación de violencia lo hacen creyendo que podrán cambiar a la otra persona. Sin embargo, esto suele ser totalmente falso y lo único que logran es convertirse en víctimas. Recuerda que no puedes hacer que nadie cambie, para ello es necesario que la otra persona realmente lo desee.
Consecuencias sobre los hijos de una pareja violenta
No hemos de olvidar que en una pareja pueden haber hijos y que éstos también sufren las consecuencias de la violencia de la pareja. En una investigación llevada a cabo por Vargas Murga (2017) nos arroja luz sobre estas consencuencias:
- Consecuencias físicas: retraso en el crecimiento, alteraciones neuropsicológicas, alteraciones del sueño y alimentación, retraso en desarrollo motor.
- Alteraciones emocionales: depresión, ansiedad, baja autoestima, trastorno de estrés postraumático.
- Problemas cognitivos: retraso en el lenguaje, ausentismo escolar, fracaso escolar, deficiencias en la atención y concentración, dificultades de integración escolar.
- Problemas de conducta: falta de habilidades sociales, agresividad, inmadurez, delincuencia, adicciones a sustancias psicoactivas.
Así pues, vemos como la violencia en una pareja no se daña solamente a los dos implicados, sino que también repercute a los hijos en el caso de haberlos. Es por ello tan importante erradicar de raíz todo este tipo de comportamientos a través de una educación en respeto e igualdad.