Leer novelas policíacas: un estímulo para tu cerebro

El género policíaco atrapa porque nos permite profundizar en el lado más oscuro del ser humano. Además, nos permite desarrollar habilidades reflexivas y deductivas.
Leer novelas policíacas: un estímulo para tu cerebro
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 agosto, 2022

Leer novelas policíacas es una pasión que define a millones de lectores en todo el mundo. Cuando la trama es lo bastante acertada, sofisticada, desafiante y hasta truculenta, la mente queda adherida a esa historia durante días. Cavilamos, reflexionamos, aguzamos el ingenio y la intuición, aventuramos sospechosos y hasta posibles resoluciones en nuestro intento por atar todos los cabos.

Las grandes editoriales son conocedoras de esta predilección por los lectores. Porque, en realidad, es un fenómeno que se mantiene desde hace más de un siglo. De hecho, y aunque ahora mismo tengamos en mente a figuras como Camilla Läckberg, J.D Barker, Donna Leon, Dolores Redondo o Juan Gómez-Jurado, el precursor de este género fue Edgar Allan Poe.

Su personaje, Auguste Dupin, fue el primero que nos sumergió en el fascinante mundo de la investigación y el crimen en el clásico relato Los asesinatos de la calle Morgue. Más tarde llegaría la querida Agatha Christie, así como Raymond Chandler, Dashiel Hammett o Patricia Highsmith. Ahora bien, ¿qué tiene la novela negra para alzarse como toda una “adicción” para nuestro cerebro?

Las novelas policíacas son catárticas: nos permiten explorar el lado más oscuro de la humanidad y de nuestras sociedades.

La novela negra sirve muchas veces como “exorcismo”. Permite hablar sobre las injusticias de nuestra sociedad.

Leer novelas policíacas, una atracción fatal muy beneficiosa

Decía Henning Mankell en Perros de Riga que no hay asesinos, sino personas que cometen asesinatos. Esa es, probablemente, una de las razones por las que nos gusta leer novelas policíacas. Este género nos permite profundizar en el área más oscura del ser humano. Una que evidencia que, bajo determinadas condiciones, todos podríamos llegar a matar.

Jonathan Gottschall, erudito literario y autor del interesante libro The Storytelling Animal, nos explica que las personas no podemos resistir la tentación de gravitar por mundos alternativos al nuestro. Desde un punto de vista neurológico y hasta evolutivo, es algo que nos ha definido siempre. Adoramos -necesitamos, incluso- que nos cuenten y leer historias para escapar puntualmente de la realidad.

La novela negra nos adentra en universos truculentos y dramáticos que son creíbles y que pueden suceder. Mientras el género fantástico sobrenatural juega con lo imposible, el género policíaco habla de lo posible inscrito en muchas de las injusticias que acontecen en nuestra actualidad…

Los ganchos de las tramas asesinas: emociones a flor de piel

En la vida real evitamos ciertas situaciones porque sabemos que son peligrosas. Sin embargo, en los libros, el autor nos lleva de la mano por los escenarios más escabrosos; esos donde a nosotros nunca nos sucederá nada. También nos adentramos en ciudades de lo más familiares; las mismas que, de pronto, se convierten en el contexto del desastre, el drama, la escena dantesca (y sangrienta).

Leer novelas policíacas nos permite experimentar todo un cóctel de emociones altamente adictivas. Hay sorpresa, tensión, espanto, morbo, contradicción, miedo y hasta satisfacción. Uno puede hasta sentir placer con la venganza cuando acompañamos, por ejemplo, al personaje de Lisbeth Salander en el universo que Stieg Larsson creó para ella.

El cerebro libera dopamina en cada trama, así como serotonina y hasta endorfinas. Nos volvemos adictos a estas tramas, pero es una dependencia inocua y saludable que siempre podemos satisfacer con un nuevo libro.

En las novelas policíacas el miedo o la angustia nunca son molestas o paralizantes. Al contrario, resultan emocionantes.

Indagamos en las motivaciones más profundas de las acciones humanas

Si hay algo que le agrada a la mayoría de lectores de este género es explorar la maldad humana. El interés por la criminología y los asesinatos es un fenómeno muy asentado en nuestra cultura. Tal y como explica J.D Barker, autor de numerosos thrillers psicológicos, los monstruos más perversos, como los asesinos en serie, suelen llevar una vida anodina y familiar. Son, en apariencia, como cualquiera de nosotros.

Y esa imagen, nos aterra y al mismo tiempo nos despierta un furtivo interés. Es más, leer novela policíaca puede hacer en algunos casos que el malvado de la trama se convierta en nuestro personaje favorito. Pensemos en Hannibal Lecter. Sin embargo, la lectura crea en nosotros una red de seguridad cognitiva: podemos admirar al malvado sin dañar nuestra propia imagen.

Mujer leyendo en el campo
Algo que buscamos en las novelas de asesinatos es comprender las motivaciones de los criminales.

Leer novelas policíacas nos permite indagar en la sociedad actual

El género del thriller o novela negra no solo es un canal para indagar en la maldad humana. También es un escenario idóneo para profundizar en las injusticias sociales y la corrupción. Fue a lo largo de los años 60 y 70 cuando muchos periodistas saltaron al mundo editorial con el fin de denunciar y sacar a la luz hechos reales que acontecían en las sombras de la sociedad.

Mafias, prostitución, pederastia, corrupción política… Muchas de estas novelas orbitan en problemas que son de plena actualidad y que interesan a los lectores. Es más, estudios como el realizado en la Universidad Washington y Lee nos recuerdan que leer libros potencia la empatía y la conducta prosocial. Optar por la novela negra puede reforzar incluso el sentido de la justicia.

Muchos de esas lecturas que están dentro del canon del género policíaco son auténticos trabajos de investigación por parte de sus autores. Esto genera una gran expectación en nosotros. Sobre todo, porque siempre se nos queda esa sensación, la de que cualquier parecido con la realidad, es real.

Nos permite desarrollar una mente crítica y reflexiva

¿Cómo negarlo? Cuando uno lleva décadas coleccionando títulos del género policíaco, al final, desarrolla la perspicacia de un Hércules Poirot y el olfato de un Kurt Wallander. La estimulación mental que propicia estas lecturas es inmensa, facilitando incluso mejorar nuestra capacidad reflexiva, el sentido crítico, el análisis de los pequeños detalles y hasta las dotes deductivas y la imaginación.

Para concluir, más allá de si somos o no auténticos amantes de esta temática, lo más importante es tener siempre un libro cerca. Porque leer nos salva y construye refugios placenteros de los que siempre salimos ilesos e increíblemente enriquecidos.


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  • Johnson, Dan. (2012). Transportation into a story increases empathy, prosocial behavior, and perceptual bias toward fearful expressions. Personality and Individual Differences -Doi. 52. 10.1016/j.paid.2011.10.005.
  • Gottschall, Jonathan (2012) The Storytelling Animal: How Stories Make Us Human. Mariner Books

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