Leo y sus audífonos: explicando las deficiencias auditivas a los niños
“Leo y sus audífonos” es un cuento entrañable, dirigido principalmente a niños, para que puedan comprender qué es y qué implican las deficiencias auditivas. De forma más específica, ayuda a los niños a comprender qué les ocurre y cómo se le pueden colocar audífonos para poder escuchar. De esta manera, se intenta que los niños se enfrenten a ello con el menor grado de ansiedad posible a esta situación.
Además, se convierte en una herramienta estupenda para que los profesores puedan usarla en el aula. Así, los amiguitos de estos niños podrán conocer qué es lo que le ocurre a su compañero y lo normalicen como una característica más, igual que puede ser el color de pelo o la altura.
¿Qué le ocurre a Leo?
El cuento narra de manera divertida la historia de Leo, un cachorro león muy juguetón que, al igual que el resto de sus compañeros, quiere pasárselo bien, aprender en el cole, hacer deporte y jugar en los cumpleaños. En definitiva, Leo quiere ser un niño como los demás.
¿Qué ocurre? Que por el momento no es posible porque parece estar “desconectado” de lo que le rodea. Leo está triste porque no entiende lo que cantan sus amigos para pasárselo bien. Tampoco comprende las explicaciones de la profesora.
Para colmo, a la hora del recreo prefiere quedarse solo porque, cuando intenta jugar con los demás, no entiende muy bien lo que dicen. A Leo le gusta mucho ver la televisión pero solo puede hacerlo si la pone a todo volumen, algo que resulta muy molesto a sus hermanos.
¿Cómo se detecta la sordera de Leo?
Su profesora se da cuenta de que algo pasa con Leo, por lo que avisa a su madre para ponerla al tanto de la situación. Sin pensárselo, la madre decide comentárselo al médico de familia. El Dr. Young, muy sabiamente, le aconseja que acuda al especialista de los oídos.
En esta visita, Leo juega al “juego auditivo” dentro de una cabina muy bonita con una audióloga de lo más simpática. El juego era sencillo: solo tiene que tirar un dado dentro de un cubo cada vez que escuchara un “BIP”. Efectivamente, Leo tenía una pérdida auditiva en ambos oídos.
Afortunadamente, gracias a unos maravillosos audífonos que le colocaron en las orejitas ya puede escuchar sin problemas. Ahora, Leo puede hacer todo aquello que hasta ahora se estaba perdiendo y lo puede hacer sin molestar a nadie.
Además, Leo cuida sus audífonos como un tesoro en su estuche, y se siente muy mayor y responsable porque ha aprendido a cambiar las pilas él solo. ¡Resultó ser algo muy sencillo! Ahora todo es diferente, Leo es uno más.
La importancia de detectar a tiempo a niños sordos
Un niño debe escuchar siempre al 100% para que la adquisición de su lenguaje y su desarrollo comunicativo sea el adecuado. Este aspecto cobra especial relevancia durante los primeros años de vida, ya que existe un período crítico a la hora de la adquisición del lenguaje que va hasta los 4 años de edad.
Una vez pasado ese período, tendrá que hacer un gran esfuerzo para recuperar un terreno por el que antes hubiera sido muy fácil avanzar. Cada niño cursará su propia evolución, pero en general se dispone de un periodo de tiempo de unos cuatro años para evitar que las deficiencias auditivas tengan efectos considerables en el desarrollo del lenguaje.
Actualmente, gracias a los cribados auditivos en neonatos, es difícil que un niño recién nacido con hipoacusia (sordera) se vaya del hospital sin que se haya detectado. Sin embargo, debemos tener en cuenta que este fenómenos puede ocurrir a posteriori.
La CODEPEH (Comisión para la detección precoz de la hipoacusia) recomienda que se dé un seguimiento en los niños respecto a su audición hasta los 3 años de edad, a pesar de que en la etapa neonatal superaran el cribado auditivo.
Los niños sordos pueden tener el mismo desarrollo que los niños normoyentes
La audición no es un fenómeno aislado e independiente, esto quiere decir que, si falla, se van a ver comprometidos otros procesos del desarrollo global. Un niño que no oye o que no oye lo que debería va a tener dificultades para adquirir el habla oral y, por tanto, no podrá comunicarse.
Afortunadamente, hoy en día esto no supone un problema ya que si a un niño con deficiencias auditivas se le proporcionan las ayudas necesarias podrá tener un desarrollo totalmente normal, como el que hemos visto en Leo. Concretamente, gracias a la colocación de audífonos o implantes cocleares (dependiendo del grado de sordera).
En este sentido, resulta importante tener una visión global de los hitos del desarrollo de la audición que te pueden alertar en el día a día de que un niño no está escuchando correctamente. En este enlace se describen esos hitos por parte de la Asociación Española de Pediatría.
Un niño que escucha es un niño feliz
Al inicio de este artículo hablábamos de que Leo está dirigido a niños, pero lo cierto es que para la mayoría de adultos las deficiencias auditivas también son un mundo desconocido. Por ello es importante que tanto niños como adultos sean conscientes de las dificultades que pueden atravesar, así como de que pueden llevar una vida completamente adaptada con los recursos adecuados. Y, por supuesto, gracias a la detección precoz.
Así, cuando a Leo le colocaron los audífonos fue cuando empezó a disfrutar de las pequeñas cosas, los pequeños matices que ocurren en el día a día: el sonido de los pájaros, las risas, las canciones, los coches ruidosos…eso no debería ser una sorpresa para un niño. Hay mucho por oír.
Puedes encontrar una versión más extendida del cuento de Leo en la página de Phonak.