Los cinco preceptos de la ética budista
A diferencia de otras filosofías y creencias, en el budismo no hay mandatos absolutos ni reglas infranqueables. Las pautas de vida simplemente están sintetizadas en los cinco preceptos de la ética budista. Como el nombre lo señala, no son normas, sino preceptos: la diferencia es importante.
La diferencia entre un mandamiento y un precepto es que el primero es de obligatorio cumplimiento, mientras que el segundo no (recomendado). Lo preceptuado constituye más bien una guía, una sugerencia o una pauta. Los cinco preceptos de la ética budista no buscan imponer una conducta, sino trazar unas líneas sobre lo que consideran que es mejor para el individuo y la sociedad.
Es importante anotar que los cinco preceptos de la ética budista están sujetos a un criterio que constituye el eje de esa filosofía: la compasión. Eso quiere decir que ante cualquier duda o contradicción, siempre se recomienda elegir el comportamiento que sea más compasivo. En otras palabras, hay cierta flexibilidad en la interpretación de estos preceptos, que son los siguientes.
“Conquista al enojado no enojándote; conquista a los malos con la bondad; conquista al tacaño con la generosidad, y al mentiroso al decir la verdad”.
-Buda-
1. No quitarás ninguna vida
Cada precepto es selectivo. La persona lo acepta voluntariamente si concuerda con él. El primero, que es abstenerse de tomar la vida de un ser que siente (personas y animales), tiene un equivalente que le da razón de ser: “Con acciones de amor y bondad purifico mi cuerpo”.
Para aceptar este precepto, que es el más importante, antes es necesario comprender que a todo ser vivo le aterroriza el castigo , que para toda la vida es un bien preciado y que todos los seres sintientes somos iguales. Solo es aceptable tomar una vida para defender la propia.
2. No tomarás lo que no te ha sido dado
Este es otro de los cinco preceptos de la ética budista que coincide con mandamientos o normas que hay en otras creencias y religiones. Significa básicamente no robar y se inspira en la convicción de que la generosidad purifica, mientras que la codicia corrompe.
Para el budismo, lo que enriquece es el dar, no el tomar. Privar a otros de sus propiedades es una forma de violencia, porque tales propiedades también forman parte de su identidad. Al cultivar la generosidad, la codicia se diluye.
3. No tendrás una mala conducta sexual
En el budismo no hay ninguna afirmación que provea o tiña de sentimientos de culpa a la sexualidad. Tampoco observa ningún tipo de discriminación por las orientaciones sexuales de las personas. Acepta la heterosexualidad, homosexualidad, onanismo, travestismo y celibato. También acepta la monogamia, la poligamia y la poliandria.
Lo que se considera una mala conducta sexual en el budismo es cualquier práctica que lastime a otro o que le conceda una importancia desproporcionada al sexo. Para esta corriente de pensamiento, el buen vivir no depende de la satisfacción de los deseos, sino de la eliminación voluntaria de los mismos.
4. No mentirás, uno de los cinco preceptos de la ética budista
Más que el no mentir como tal, a lo que llaman los cinco preceptos de la ética budista es a darle un valor sagrado a la palabra. Piensan que la veracidad es fuente de confianza y que esta última es absolutamente necesaria para la cohesión social. Por eso rechazan la mentira.
Señalan que la mentira es un acto de violencia contra los demás, pues los condena a la fantasía y la irrealidad. Esto les impide dirigir sus actos de manera consciente. De igual manera, quien miente se hace daño a sí mismo, pues termina esclavizado de su propia falsedad. Para sostener una mentira debe decir muchas más.
5. No ingerirás sustancias tóxicas que puedan nublar tu mente
Los budistas abogan por una conciencia clara y tranquila. Piensan que la ingestión de sustancias tóxicas conduce a la “niebla del engaño”. Por eso abogan por la práctica de la meditación como medio esencial para alcanzar la alegría que emana de la liberación.
Rechazan no solamente el uso del alcohol y las drogas, sino también el entrar en contacto con situaciones que puedan perturbar la mente o confundir la razón. Esto incluye los eventos masivos y desenfrenados, la televisión, las compras compulsivas, etc.
Los cinco preceptos de la ética budista no están dictados para reprimir, sino todo lo contrario: para liberar. En el budismo es muy importante romper las ataduras y permitir que la conciencia se expanda al máximo. Por eso, en esencia todas estas pautas buscan promover el bienestar individual y no el sometimiento a autoridades morales.
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Hoyos-Valdés, D. (2018). Budismo y filosofía occidental. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (1900-9895), 14(2).