Masturbación compulsiva: definición y consecuencias
La masturbación compulsiva está motivada por el impulso intenso y repetido de satisfacer una necesidad sexual. Aunque es un acto saludable y placentero, puede convertirse en un automatismo negativo enfocado en reducir los niveles de ansiedad.
Se trata de un problema psicológico que puede provocar un gran deterioro en la vida social y laboral. Quien lo padece puede llegar al punto de no acudir a reuniones sociales, o interrumpir el horario laboral para realizar el acto masturbatorio.
Es común que a estas personas se les etiquete como «viciosas» o «pervertidas», cuando, en realidad, es posible que tengan un trastorno de hipersexualidad que necesita intervención psicológica. Incluso, en algunas ocasiones, puede necesitar asistencia médica por lesiones en el pene o en la vulva debido al exceso de estimulación.
Frecuencia de la masturbación y tabú
En la actualidad, hablar de este tema sigue siendo tabú en ciertos entornos. Los problemas de masturbación compulsiva suelen llevarse en silencio, y quien los sufre puede experimentar vergüenza y un sentimiento intenso de soledad por no poder compartir la experiencia con otras personas.
Muchas veces, con el fin de aliviar el malestar psicológico que produce esta condición, se recurre a remedios caseros, consejos de amistades o prácticas que no surten efecto. Intentar frenarlo y darse cuenta de que no disminuye puede generar más ansiedad.
Aunque la autoestimulación es sana y aconsejable, en materia de sexualidad y sexo, lo que es normal para unos, no lo es para otros. De hecho, en algunas personas y ante dificultades de la vida, la masturbación se puede convertir en un problema ante el cual se debe solicitar ayuda.
Si los pensamientos sobre darte placer te invaden de manera constante, además de ocasionarte problemas físicos y generan incidencia en tu vida diaria, es el momento de romper el silencio y acudir a un profesional cualificado.
La masturbación: ¿cuándo empieza a ser perjudicial?
Hay quienes tienen un alto deseo sexual y disfrutan masturbándose a menudo, y no hay nada de malo en ello. El problema viene cuando se comienza a cambiar el fin de la acción, y al mismo tiempo se aumenta la frecuencia e intensidad.
Por consiguiente, la masturbación se convierte en una conducta psicopatológica cuando escapa del control deliberado, lo que provoca una perturbación emocional debido a su naturaleza compulsiva. Esta práctica no debe patologizarse a menos de que venga acompañada de problemas de control y angustia, así lo indica un artículo publicado en World Psychiatry.
Esta estimulación genera un estado particular y placentero en el cerebro. En el plano anímico, hablamos de una sensación momentánea de bienestar que la persona no es capaz de conseguir por otras vías. En muchas ocasiones la práctica llega a convertirse dependiente, generando malestar cuando no se realiza.
Además de la necesidad imperiosa que experimenta, para calificar esta condición como masturbación compulsiva, debe haber un incremento de esta conducta. Es decir, cada día que pasa, la frecuencia con la que el individuo se masturba es mayor, así como la incapacidad para controlarse. Estas acciones suelen afectar a la vida social y laboral de la persona.
8 señales de que la masturbación es compulsiva
Al llegar a este punto, ya tenemos claro que la masturbación se puede convertir en un problema, pero ¿cuáles son las señales que nos indican que esta practica está dejando de ser saludable?
En primer lugar, veamos qué nos dice James Morrison, en su libro el DSM-5 guía para el diagnóstico clínico sobre las compulsiones, y, por consiguiente, cuando el acto de masturbarse ha dejado de ser adaptativo y ha pasado a ser patológico. Según este manual, una compulsión se caracteriza por:
- Comportamientos o actos mentales repetitivos que el sujeto realiza como respuesta a una obsesión o de acuerdo con reglas que ha de aplicar de manera rígida.
- El objetivo de los comportamientos o actos mentales es disminuir la ansiedad, un malestar o evitar algún suceso o situación temida; sin embargo, estas actuaciones o actos mentales no están conectados de una manera realista a aquello que pretenden prevenir o neutralizar, o bien resultan demasiado excesivos.
También, existen otras señales de que la masturbación ha empezado a ser un problema:
1. Consume todo el tiempo
A lo largo del día, el afectado se masturba varias veces, tanto que dedica demasiado tiempo a esta actividad y le resta prioridad a otras. En consecuencia, sus responsabilidades académicas, sociales o familiares no se realizan en los plazos establecidos. Hay una pérdida total de equilibrio entre el placer y los deberes cotidianos.
2. Perjudica la vida social, familiar y laboral
La persona prefiere pasar tiempo a solas y evitar actividades sociales, fiestas, reuniones o eventos familiares. Algunas se ausentan del trabajo o llegan tarde debido a la necesidad de satisfacer la compulsión y disminuir así la ansiedad.
3. Impuntualidad o cancelación de compromisos
Debido a que la compulsión ha tomado un lugar central en la vida del sujeto, cumplir con otros compromisos pasa a un segundo plano. En este contexto, la cancelación de citas y llegar tarde se convierte en un patrón irresponsable. Todo ello, causa graves conflictos interpersonales y profesionales.
4. El impulso es irresistible y se satisface en lugares inapropiados
Cuando el impulso irrumpe en escena, el deseo se vuelve irrefrenable. La persona se ve empujada a masturbarse sin importarle el lugar. Por ende, puede terminar haciéndolo en espacios públicos o incómodos, lo cual puede resultar en momentos embarazosos, e, incluso, ilegales. Factor que señala pérdida total del control, llegando a catalogarse como conductas exhibicionistas.
5. Ocurre aunque no se tenga deseo
Cuando la masturbación se convierte en una acción mecánica, sin motivación o propósito sexual, es señal de que es compulsiva. Se transforma en una respuesta automática a sentimientos desagradables (aburrimiento, tristeza, ansiedad) o a situaciones estresantes.
6. Ante emociones desagradables, se recurre a esta práctica para sentir alivio
Usar la masturbación como estrategia para atenuar emociones negativas es un signo claro de que la persona lo hace por compulsión. Esto es perjudicial a largo plazo, ya que no resuelve el conflicto verdadero y no aprende a lidiar con las emociones.
7. Se experimenta culpa o angustia tras la masturbación
Este sentimiento de culpa o angustia propicia la compulsión, lo cual genera un ciclo de retroalimentación. Entre más angustia, más masturbación; entre más masturbación, más angustia. El alivio que la persona consigue siempre es efímero porque luego aparece la culpa, que perpetua aún más el problema.
8. Es difícil dejar de pensar en el hábito
Otra de las señales es que la persona pasa la mayor parte del día pensando en masturbarse. Esa inversión de recursos cognitivos interfiere con su capacidad de prestarle atención a otros asuntos, lo que termina afectando su funcionamiento en distintas áreas. A su vez, esto incrementa la ansiedad y el estrés porque no se está rindiendo según lo esperado.
Causas de la masturbación compulsiva
Todavía no se conoce con claridad la etiología de este comportamiento. No obstante, podemos identificar algunas causas posibles, aunque no definitivas:
- Problemas de salud mental: Puede aparecer como consecuencia de problemas emocionales. También puede originarse por la soledad o el aburrimiento. En estos casos, su finalidad es reducir las emociones desagradables mediante el placer.
- Problemas sexuales: La insatisfacción en las relaciones sexuales puede acarrear comportamientos compulsivos, ya que la persona busca obtener el placer que no puede conseguir en un encuentro sexual típico. Esto, asociado con problemas de salud mental, puede desembocar en una masturbación compulsiva.
- Adicción a la pornografía: En algunas personas, ver porno de manera constante puede generar problemas de masturbación, debido a que cada vez que observan este tipo de videos recaen en la autoestimulación.
- Desequilibrios hormonales: Diversas hormonas, como la testosterona, están asociadas a la libido o al deseo sexual, por lo tanto, alteraciones en su equilibrio, junto a otros factores neuroquímicos, pueden generar el impulso de masturbarse, como mecanismo para satisfacer el apetito sexual.
- Dificultades de autocontrol: La ausencia de control de impulsos puede llevar a una persona a la masturbación compulsiva, ya que no puede resistirse al deseo de hacerlo.
Este problema es producto de múltiples factores, y no de uno solo en particular. Para conocer bien la raíz del problema, lo más recomendable es asistir con un profesional capacitado: psicólogo, psiquiatra, sexólogo, etc.
Consecuencias de la masturbación compulsiva
En primer lugar, afecta la conducta sexual. Este patrón de autoestimulación lleva a que la persona se centre de manera fundamental en la eyaculación o el orgasmo. El único objetivo consiste en desahogarse. Esto, a largo plazo, puede provocar alteraciones en los circuitos neurofisiológicos que participan en la respuesta sexual.
Así, cuando se tenga relaciones sexuales con un individuo, la interacción no se centrará en el disfrute de ambas personas, como en una relación sana, sino en el orgasmo rápido que reduzca el malestar emocional. O bien podría presentarse dificultades para mantener la excitación, iniciarla y culminarla.
Por otro lado, esta pérdida del interés por las relaciones sexuales con la pareja, puede llevar a que la persona prefiera autocomplacerse. Esto es complicado en una relación, debido a que se tiende a evitar las relaciones sexuales, y, de igual forma, la motivación por satisfacer a la pareja desciende. Además, aparecerán sentimientos de culpa e inestabilidad emocional.
La incapacidad por controlar el impulso de la masturbación y la necesidad de satisfacerlo lleva al sujeto a aislarse o incluso a faltar a sus obligaciones laborales y sociales. Todo eso influye de forma directa en el manejo de las relaciones personales. En el trabajo, es común que las personas que presentan esta compulsión, escapen al servicio para tocarse o incluso que lleguen a faltar.
Otra consecuencia de consideración es que la energía disminuye. El malestar que produce la sensación, unido a la falta de ganas por hacer otra actividad, así como el cansancio físico, origina un déficit de energía que se refleja en la vida cotidiana.
Cómo controlar la masturbación
Si el acto de masturbarse, no provoca malestar y no afecta a otras esferas de la vida, no es necesario buscar tratamiento. La masturbación es una conducta que forma parte de la sexualidad, y es sana. No obstante, si va asociada a sentimientos de ansiedad y falta de control de impulsos, lo más adecuado es acudir con un experto.
La intervención estará encaminada a disminuir los sentimientos negativos, a controlar el impulso y a recuperar el interés por disfrutar del sexo, solo o en compañía. El objetivo no será nunca eliminar la conducta de masturbación por completo, sino transformarla en un hábito saludable. Si crees que tienes este trastorno, y antes de acudir a terapia quieres probar por tu cuenta, puedes intentar lo siguiente:
- No veas pornografía: Contra menos te expongas a imágenes, videos o películas pornográficas, mucho mejor. Esto te ayudará a eliminar un estímulo que sabes que te hará caer en este comportamiento.
- Practica algún deporte o haz ejercicio: Como hemos visto, las compulsiones aparecen como una manera de neutralizar aquello que genera malestar o ansiedad. Si buscas otra forma de aplacar estas sensaciones, tu compulsión retrocederá. Se sabe que el ejercicio es un buen aliado para reducir la ansiedad, disminuir el afecto negativo y aumentar el positivo.
- Pasea en la naturaleza: Si tienes acceso a espacios naturales, dedica parte de tu tiempo a caminar en medio de ellos. La naturaleza tiene un impacto positivo sobre tus emociones, tu salud y tu vida en general.
- Duerme bien: Como señala un artículo publicado en Frontiers in Human Neuroscience, las personas que no duermen bien corren más riesgo de ceder ante impulsos negativos. Cuando no duermes lo suficiente, tu capacidad de autocontrolarte se ve afectada. Debes descansar bien para que tengas autocontrol.
- Limita tu soledad: Si te masturbas porque te sientes muy solo y esto te genera malestar emocional, intégrate a grupos sociales. Participar en voluntariados podría ayudarte a tener ese contacto social que necesitas y a mejorar tu salud.
En paralelo a lo anterior, es imprescindible que definas un horario para no masturbarte. Por ejemplo, evita masturbarte cada tantas horas (tú decides cuántas). Luego, ve aumentando el tiempo hasta que pasen días y la práctica sea menos común.
En un escenario ideal, poco a poco irá eliminándose el hábito. No obstante, es necesario el apoyo psicológico para tratar los sentimientos asociados. De manera especial si tras probar de forma autónoma, estos no disminuyen o incluso empeoran.
Intervenciones psicoterapéuticas
Existen diversas psicoterapias que pueden usarse para tratar esta condición. Cada una de ellas tiene sus propios objetivos, enfoque y metodología. A continuación veremos las más comunes.
Terapia cognitivo conductual
Se centra en identificar patrones de pensamientos irracionales, creencias centrales, emociones y conductas desadaptativas que mantienen y refuerzan la compulsión. Además, ofrece diversas estrategias de afrontamiento, técnicas y actividades para enfrentar el problema sin caer de nuevo en la respuesta no deseada.
Con respecto a la masturbación, este enfoque interventivo haría, entre otras cosas, una reestucturación cognitiva para reemplazar los pensamientos que perpetúan el ciclo de las compulsiones. Asimismo, reforzaría el uso de estrategias para manejar los impulsos, como la relajación, el retraso de la gratificación, la realización de actividades alternativas.
Terapia psicodinámica
Este modelo psicoterapéutico se enfoca en cómo las experiencias pasadas, las relaciones objetales y el inconsciente moldean el comportamiento actual. Se basa en la introspección, el análisis y la interpretación para entender la raíz de los problemas.
Desde la psicodinámica, la masturbación como compulsión estaría determinada por los deseos reprimidos, los conflictos del inconsciente y las relaciones pasadas. Por ende, intentaría traer a la consciencia esos aspectos reprimidos. Para ello, apelaría al diálogo y a la interpretación de los sueños, las fantasías y los actos fallidos.
Terapia de aceptación y compromiso (ACT)
La ACT intenta ayudar a los consultantes a aceptar sus experiencias sin juzgarlas. Al mismo tiempo, hace que estos se comprometan a modificar sus conductas y pensamientos de acuerdo con sus valores personales.
En el contexto de la masturbación compulsiva, esta terapia animaría a la persona aceptar sus impulsos sexuales para que la resistencia no incremente su intensidad. Además, alinearía sus acciones con aquello que es significativo para la vida del sujeto. También usaría el mindfulness y diversas técnicas de relajación.
Terapia de grupo
Esta alternativa ofrece un espacio seguro y de apoyo para quienes desean compartir sus experiencias. Además, proporciona estrategias de superación que le permiten a los miembros enfrentar las dificultades que los aquejan.
Con respecto a la masturbación problemática, la terapia de grupo le brindaría a la persona un sentido de comunidad y pertenencia, y un lugar donde no se sienta avergonzada ni aislada. Al participar de los encuentros grupales, ella puede aprender de las experiencias de sus compañeros y entender que no está sola en su lucha.
¿La masturbación compulsiva es una adicción?
Es necesario aclarar que no hay un diagnóstico clínico conocido como «adicción a la masturbación», por lo menos no uno que esté aprobado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). De hecho, en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), publicado por la esa misma asociación, no aparece una categoría independiente para diagnosticar una adicción de este tipo.
El DSM-5 deja por fuera todos aquellas adicciones conductuales, como lo sería una posible adicción a la masturbación, la adicción al sexo, a las compras, al ejercicio, etc. Esta exclusión se debe a que, según dicho manual, todavía «no existen suficientes datos científicos para establecer criterios diagnósticos ni descripciones de su curso, las cuales son fundamentales para considerar estos comportamiento como trastorno mental».
Pese a que las adicciones comportamentales no son reconocidas por la APA, es importante saber que estas tienen un efectos negativo significativo sobre la vida de quien las padece. La carencia de un marco institucional de diagnóstico no quiere decir que estas problemáticas no existan, y, mucho menos, que no requieren atención profesional.
Muchos expertos de la salud mental aceptan la validez de dichas adicciones y son tratadas con enfoques similares a las de los trastornos por consumo de sustancias. El interés en este campo avanza y cada vez más hay estudios que exploran la naturaleza de estas conductas adictivas, sus efectos y los tratamientos más adecuados para contrarrestarlas.
Las conductas sexuales compulsivas requieren atención experta
A lo largo de este artículo hemos resaltado que la masturbación se puede convertir en un problema que requiere de atención profesional. Cuando se sale de control y empieza a afectar la vida en diferentes ámbitos, es necesario hacer un examen de consciencia que permita profundizar un poco en la raíz del problema.
Es necesario aceptar que esta forma de autoexploración puede ser señal también de otros problemas subyacentes que requieren tratamiento. Buscar ayuda profesional es siempre la mejor opción en estos casos.
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