Migrañas y dopamina: el vínculo del dolor
Migrañas y dopamina comparten un vínculo directo que no todo el mundo conoce. Cuando una persona sufre esta enfermedad su cerebro experimenta cambios, y uno de ellos es el referente a este tipo de neurotransmisor. Así, algo que ha podido observarse es que, al existir un nivel menor de dopamina, la persona sufre hipersensibilidad, es decir dolor al ver la luz, escuchar sonidos…
Esta relación ya se intuía desde hacía tiempo. Sin embargo, no ha sido hasta hace solo un año cuando Alex DaSilva, profesor de la Universidad de Michigan publicó un artículo en la revista Neurology detallando este proceso tan complejo como determinante. Gracias a las nuevas técnicas en materia de diagnóstico y a los avances en las tomografías por emisión de positrones (PET) disponemos a día de hoy de una visión exacta y detallada de cada cambio que sufre nuestro cerebro durante las migrañas.
De hecho, toda persona que conoce de primera mano esta condición sabe que hay un aspecto tan recurrente como agotador. Nos referimos al hecho de que en ocasiones, basta un olor, un roce en la piel, un sonido o incluso el reflejo del sol en los ojos para que al instante experimentemos un dolor muy intenso. Bien, a día de hoy ya conocemos el mecanismo por el cual sucede esta realidad.
Como suele decirse, pocas enfermedades resultan tan poco comprendidas como las migrañas. Quien no la sufre no llega a entender por qué se necesita el alivio de una habitación en penumbra, por qué es imposible ser productivo en el trabajo o por qué no alivia un paracetamol ni unas horas de descanso. Esta enfermedad presenta diversas alteraciones a nivel cerebral que la convierten en una condición única que nada tiene en común con un simple dolor de cabeza. Veamos por qué.
“En la sombra, lejos de la luz del día, la melancolía suspira sobre la cama triste, el dolor a su lado, y la migraña en su cabeza”.
-Alexander Pope-
Migrañas y dopamina, una dolorosa relación
Cuenta la mitología griega que Zeus sufrió durante mucho tiempo un terrible dolor de cabeza. Ese sufrimiento solo se alivió cuando Vulcano le abrió el cráneo con un hacha, momento en que de esa apertura emergió Palas Atenea, la Diosa del conocimiento.
Esta metafórica imagen sirvió más tarde para que Arietalos de Capadocia y más tarde el propio Galeno definieran lo que llamaron como heterocrania, un dolor de cabeza intenso y devastador que más tarde el neurólogo Tomas Willisque bautizaría como migraña llegado ya el siglo XVII.
Sea como sea, hay un dato que no podemos dejar de lado. Las migrañas afectan a casi un 15% de la población, además, tal y como nos revela un estudio llevado a cabo en el Instituto de Salud e Innovación Biomédica de la Universidad Tecnológica de Queensland y publicado en la revista Nature, hay un componente genético. Con lo cual es muy probable que los hijos de quienes tengan migrañas en la actualidad las padezcan también en un futuro.
Necesitamos, por tanto, profundizar mucho más en esta condición para poder prevenir y tratar con mayor efectividad. Por ello, conocer la relación entre migrañas y dopamina es sin duda un buen paso. Veamos a continuación en qué consiste este tipo de vínculo.
La dopamina y su función cerebral
La dopamina es uno de los neurotransmisores más relevantes de nuestro cerebro. Es clave para favorecer las sinapsis entre neuronas y esencial a su vez para un gran número de procesos motores y cognitivos.
Aún más, en un estudio publicado en la revista Nature Neurosciencie y llevado a cabo en la Clínica Universitaria Charité, en Alemania, se demostró que dependiendo de las concentraciones existentes de este neurotransmisor en nuestra amígdala cerebral, determinará si somos más nerviosos o más tranquilos.
A su vez, para comprender la relación entre migrañas y dopamina es importante conocer en qué funciones interviene este químico. Son las siguientes:
- Memoria, atención, motivación, resolución de problemas…
- Movimiento motor.
- Estado del ánimo
- Aprendizaje.
- Sistema de recompensas.
- Dolor.
Las personas con migrañas tienen sufren fluctuaciones en la dopamina
El profesor DaSilva, anteriormente citado por llevar a cabo este estudio para ver la relación entre migrañas y dopamina, pudo ver los siguientes procesos tras realizar una serie de pruebas a un gran número de personas que sufren esta enfermedad.
- Los resultados de las exploraciones con tomografías demostraron que durante un ataque de migraña hay un nivel más bajo de dopamina. Esto genera hipersensibilidad, es decir, estímulos como la luz, el sonido, los olores o el roce en la piel genera un elevado dolor.
- A su vez, cuando la persona con migraña se aplica algo caliente (como un trapo caliente en la frente) el nivel de dopamina aumenta y se experimenta un aumento de los síntomas: aparecen mareos, vómitos…
- Todo ello hace que los expertos barajen la idea de que la migraña se relaciona con un problema en la fluctuación de dopamina. Hay momentos en que desciende e instantes en que determinados estímulos como el calor hace que se eleven.
Alimentos con tirosina y su relación con las migrañas y dopamina
La tirosina es un aminoácido no esencial que sirve como precursor para la producción de la dopamina y adrenalina. Precisamente por esto, es necesario regular el consumo de todos los alimentos que contienen este elemento.
Más que eliminar los alimentos con tirosina por completo de nuestra dieta se trataría de consumirlos con moderación. Sabiendo que esta condición genera claras fluctuaciones en nuestro nivel de dopamina, es necesario por tanto no generar un exceso ni tampoco carencias. En el equilibrio está la clave, por ello, nunca está de más recordar qué productos son los más ricos en tirosina.
- Carne de ternera, pollo, cerdo, cordero…
- Salmón, rape, bacalao
- Productos lácteos.
- Huevos-
- Bebida de soja.
Para concluir, tal como hemos visto ese vínculo entre las migrañas y dopamina es más que evidente. Cabe decir que los científicos están desarrollando a día de hoy nuevos fármacos para regular esa producción y facilitar tarde o temprano un tratamiento eficaz. Esperemos que, efectivamente, así sea.