Mihaly Csikszentmihalyi y la psicología de las experiencias óptimas
Mihaly Csikszentmihalyi es uno de los psicólogos contemporáneos más exitosos y su nombre goza de cierta fama a pesar de lo difícil que resulta de pronunciar. La suya ha sido llamada la “psicología de las experiencias óptimas” por el énfasis que este autor pone en los momentos de “flujo” o de realización plena.
Este psicólogo nació en una pequeña ciudad italiana que antiguamente se llamaba Fiume, pero en la actualidad pertenece a Croacia y se llama Rijeka. Su familia era de origen húngaro y tuvo que vivir condiciones muy duras durante la II Guerra Mundial. Esto llevó a Mihaly Csikszentmihalyi a emigrar a los Estados Unidos en 1956, con apenas unos centavos en el bolsillo.
En el país norteamericano, Mihaly Csikszentmihalyi ingresó en la facultad de psicología de la Universidad de Chicago. En 1965 obtuvo su doctorado en esa disciplina y poco tiempo después publicó su obra Flujo, que se convirtió en un auténtico referente para la psicología contemporánea. Actualmente se le considera una de las figuras más relevantes dentro de la llamada “psicología positiva”.
“El placer aparece en el límite entre el aburrimiento y la ansiedad, cuando los retos se equilibran con la capacidad de la persona para que actúe”.
-Mihaly Csikszentmihalyi-
Mihaly Csikszentmihalyi y el concepto de “fluir”
Lo que propone Mihaly Csikszentmihalyi es que las personas son mucho más felices cuando logran ubicarse en un estado de “flujo”. Esto ocurre cuando realizamos una actividad que captura por completo nuestra atención. Para muchos es lo que se conoce como “estar en onda”, o sea, completamente absorto en algo y feliz a la vez.
Mihaly Csikszentmihalyi describió el estado de flujo de la siguiente manera: [es] “el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela . Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y del pensamiento previos, es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo”.
Se trata entonces de un estado en el que toda la atención se enfoca a la tarea o la actividad que se esté desarrollando. A esa atención se suma una profunda motivación. Esto es, querer estar ahí y hacer eso que se está realizando. El resultado de esto es la armonía, el equilibrio y, al mismo tiempo, un sentimiento de felicidad. Al estado de flujo también se llama “experiencia óptima”.
Factores que llevan a una experiencia óptima
Csikszentmihalyi llevó a cabo una investigación de 12 años en la que se consultó a miles de personas en todo el mundo. Descubrió que, sin importar la edad ni la nacionalidad ni las condiciones en las que cada uno vivía, casi todos describieron las experiencias óptimas de una manera muy parecida. Todo lo anterior permitió definir algunos factores presentes en esas experiencias de flujo. Serían los siguientes:
- Hay un desafío que exige poner en juego las habilidades. Si el desafío plantea exigencias, pero es proporcional a las habilidades, aumenta mucho la probabilidad de que comencemos a fluir.
- Enfoque y concentración. En el estado de flujo, la atención está tan centrada, que desaparece el mundo y el ego. Todo se enfoca hacia un punto y aparece entonces un grado alto de concentración.
- Metas definidas. Csikszentmihalyi descubrió que hay mayor disfrute cuando las metas son más claras. Si estas son difusas, la atención también se difumina.
- Retroalimentación directa e inmediata. Las personas necesitan contar con un feedback a corto plazo que las refuerce. Sentir que se está acertando incrementa la intensidad de la experiencia.
- Exclusión de otras informaciones. En el estado de flujo no hay lugar para recibir una información que no esté asociada con la actividad.
- Sentimiento de control. Cuando fluye, la persona siente que tiene un alto grado de control sobre lo que sucede. Es ella la que marca el compás de los acontecimientos.
- Se pierde la sensación de autoconciencia. En ese tipo de estados, todo se percibe como si hubiera desaparecido el yo. Esto tiene el efecto de una especie de “liberación”.
- Cambio en la percepción del tiempo. Vivir una de estas experiencias crea la sensación de que el tiempo se comprime. Tres horas se sienten como 30 segundos.
Las tesis de Mihaly Csikszentmihalyi han sido aplicadas en infinidad de campos. Desde la educación, pasando por la psicoterapia, hasta el mundo de los negocios. Seguramente casi todos hemos vivido alguna vez una de esas experiencias óptimas o de flujo. Y quizás podríamos vivirlas con más frecuencia trabajando en detalle lo que propone este autor.