Psicología del tiempo: ¿por qué para cada persona pasa a una velocidad distinta?

Psicología del tiempo: ¿por qué para cada persona pasa a una velocidad distinta?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 25 enero, 2018

En ocasiones parece que el tiempo pasa más rápido, sobre todo cuando nos sentimos felices. Cuando nos estamos divirtiendo, se pasa volando; por el contrario, cuando lo pasamos mal, el segundero parece ir muy lento. Aunque el paso del tiempo sea el mismo, la percepción que tenemos de él difiere. Partiendo de este punto, la psicología del tiempo va más allá y nos cuenta cómo las diferentes percepciones del tiempo van a influir en nuestra conducta.

El experimento del buen samaritano nos da una idea de cómo la percepción del tiempo afectaría al comportamiento. En este experimento se les dijo a unos seminaristas que tenían que ir a otro edificio a dar una charla. Mientras a unos les dijeron que tenían tiempo de sobra para llegar, a otros les dijeron que llegaban tarde y que ya les estaban esperando.

En el camino, una persona estaba tirada en el suelo, mal vestida y con pinta de encontrarse mal. La mayoría de los seminaristas que iban con tiempo de sobra se pararon a ayudar pero, de los que iban con prisa, la mayoría pasaron de largo. Curiosamente, los seminaristas iban a dar la charla sobre la parábola del buen samaritano.

Algunas de las conclusiones que se sacaron de este experimento fueron que la manipulación del tiempo fue la causante de los diferentes comportamientos. Los que iban con prisa estaban orientados al futuro. Iban con la mente centrada en que llegaban tarde y no se pararon a ayudar. Por el contrario, los que iban con tiempo estaban más orientados al presente y sí se detuvieron a ayudar.

Profundicemos ahora en la psicología del tiempo para saber más.

La psicología del tiempo afirma que la percepción que tengamos del tiempo influye en nuestra conducta.

Hombre mirando su reloj

Las diferentes percepciones del tiempo, según la psicología del tiempo

En base a los descubrimientos del estudio del buen samaritano, dos investigadores, Philip Zimbardo y John Boyd, profundizaron en el estudio de la psicología del tiempo. Su trabajo se culminó con una categorización de las perspectivas temporales. Según Zimbardo y Boyd existen seis perspectivas temporales y las personas suelen dar más importancia a una de ellas, están más orientados hacia unas que hacia otras. Estas son:

Pasado positivo

Las personas que con una orientación al “pasado positivo” recuerdan el pasado con alegría. Intentan rememorar el pasado en el presente repitiendo los recuerdos. Suelen ser personas cálidas, sentimentales, amigables y con más confianza en sí mismas. Casi nunca están ansiosas o deprimidas y no tienden a ser agresivas. Les gustan la música y las películas antiguas. Les encantan las reuniones familiares, los encuentros y celebraciones en grupo. Suelen mantener objetos del pasado con valor simbólico.

Pasado negativo

Otro tipo de perspectiva temporal es el “pasado negativo”. Para aquellos que están más orientados a esta perspectiva, el pasado está medio vacío. Esperan poder librarse de las malas experiencias del pasado, las cuales no recomiendan a nadie. No suelen tener muchos amigos y, los pocos que tienen les describen como infelices, deprimidos, ansiosos y bastante tímidos. En ocasiones llegan a frustrarse tanto que pierden el control, pudiendo llegar a romper cosas. No suelen hacer ejercicio ni nada divertido, controlan mal los impulsos y les gustan las apuestas.

Presente hedonista

Otra perspectiva temporal es el “presente hedonista”, los sujetos más orientados a esta perspectiva son más creativos y cuentan con muchos amigos. Son enérgicos y les gustan las aventuras. Cuando van a una fiesta, son los que más destacan y suelen hacer reír a todo el mundo. Su lema es “si es placentero, hazlo” y, a causa de ello, no les suelen durar mucho tiempo los trabajos. Son demasiado impulsivos. También inciden en conductas de riesgo con asiduidad.

Adolescentes de fiesta en la playa

Presente fatalista

Las personas que cuentan con una orientación al “presente fatalista” suelen carecer de confianza. Ello les lleva a estar deprimidos y ansiosos. Suelen estar siempre de bajón, no son muy animados. Una frase que les caracteriza mucho es: “lo que tenga que ser será”. Entre sus prácticas se encuentran conductas de riesgo como el consumo de drogas. Confían en que el destino es el que determina sus vidas sin importar lo que ellos hagan.

Futuro

Otras personas están más orientadas al “futuro”. Ellos se guían por un principio realista, hacen balances entre los beneficios instantáneos y los costes futuros. Son capaces de rechazar una gratificación instantánea por una recompensa mayor en el futuro.

Normalmente tienen muchos conocidos, pero no muchos amigos. Les preocupan mucho las consecuencias y, por ello, no les gustan las novedades ni la excitación. Siempre planifican todo y hacen muchas listas. Usan reloj, y dan la sensación de pasarse la vida corriendo detrás del segundero. Además, si algo les caracteriza es la prudencia y la aversión al riesgo.

Mujer mirando un reloj pensando en cómo sobrevivir a una rutina exigente

Futuro trascendental

Aquellos que tienen una orientación hacia el “futuro transcendental” suelen estar vinculados a una religión. Estas personas creen en la vida después de la muerte, acuden a los servicios religiosos habitualmente y realizan los ritos correspondientes a su religión ya sea en la intimidad o en público. Suelen tener un buen control de los impulsos, por lo que no son agresivos, y se preocupan por las consecuencias que sus acciones pueden tener en el futuro.

¿Cuál es la perspectiva temporal por la que te guías? Los creadores de las perspectivas temporales ofrecen la posibilidad de conocer tu perspectiva rellenando un cuestionario (en inglés) en su página web. Hay que tener en cuenta que estas perspectivas no son un rasgo cerrado y pueden cambiar en el tiempo debido a varios factores.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.