Orange is the new black y la realidad de las mujeres
Cada vez es más frecuente hablar de feminismo en los medios audiovisuales e incluir a grupos sociales que, hasta no hace mucho tiempo, habían sido marginados. Orange is the new black es una de esas series que, pese a posibles fallos, se acerca bastante a este cambio que estamos experimentando.
Desmonta muy bien el mito de las prisiones, la idea que tenemos sobre los presos o, en este caso, las presas. A veces, parece que nos olvidamos de que en prisión no solo hay asesinas y asesinos, sino también gente que, por circunstancias de la vida, ha cometido un delito menor y ha terminado en prisión. Por supuesto, no todo es perfecto y no debemos olvidar que estamos ante una serie de ficción, pero nos acerca un poquito a un mundo que parecía olvidado.
Muestra el proceso de adaptación a la prisión, los diferentes grupos que se forman en la misma, la supervivencia de las mujeres, la autoridad de los guardias, etc. La serie se estrenó en 2013 en Netflix y está inspirada por el homónimo libro de Piper Kerman, a su vez, basado en su propia experiencia durante un año en una cárcel de mujeres.
Como curiosidad para cerrar esta introducción, añadir que las imágenes que apreciamos en la cabecera de la serie pertenecen a reclusas reales.
Orange is the new black, adentrándonos en prisión
La serie comienza presentándonos a Piper Chapman, una chica completamente normal, con una carrera universitaria, una buena posición social, un novio con quien planea casarse, ha montado un negocio junto a su mejor amiga…
Parece que la vida le sonríe a Piper, pero un día le llega una notificación de un delito que cometió hará unos 10 años. El delito en cuestión es haber transportado dinero procedente del narcotráfico cuando todavía era muy joven y mantenía una relación lésbica con la narcotraficante Alex Vause, con quien coincidirá en prisión.
Piper deberá enfrentarse a la dura vida de la prisión, dejar a un lado sus comodidades y buscar su lugar. Al principio, será muy difícil y siente que no tiene nada en común con el resto de reclusas, pero con el tiempo, verá como algunas no son tan diferentes a ella. Para buscar su lugar, deberá unirse a su grupo, el de las blancas. Entre las reclusas se han establecido tribus y jerarquías dentro de las mismas:
- Las negras.
- Las blancas.
- Las latinoamericanas.
- Las de la tercera edad.
- El resto de mujeres que no pertenecen a ninguno de estos grupos, como la minoría asiática, deberán crear el suyo propio o buscar su lugar en alguno de los anteriores.
Las escenas del comedor son algunas de las más claras en este aspecto y casi recuerdan a un comedor escolar donde cada uno debe elegir su lugar. Las distinciones entre grupos se reflejan en todos los ámbitos, pero especialmente en el habla, vemos como las negras no hablan igual que las blancas, las latinoamericanas hablan en español o entremezclan inglés y español, etc. Creo que es muy interesante ver la serie en su versión original, porque con el doblaje se pierde en parte la esencia de algunos personajes.
Orange is the new black nos muestra el racismo y la segregación dentro de las cárceles de mujeres.
La variedad de personajes en Orange is the new black
La serie explora una infinidad de realidades de las mujeres actuales, también trata asuntos como el abuso de poder y el machismo por parte de algunos miembros del personal de prisión. Tenemos personajes muy variopintos en todos los ámbitos.
Vemos dirigentes de prisión que malgastan los fondos y recortan presupuestos para su propio beneficio, guardias que se dedican a traficar con sustancias y abusan de su poder sobre las reclusas. Vemos también abuso sexual, trabajadores que han perdido la fe y la vocación por ayudar y comprender a las reclusas, pero también algunos que muestran humanidad y vocación.
Una de las cosas más interesantes de la serie es que en cada capítulo, además del argumento principal, se narra la historia de una de las reclusas; hasta el personaje más secundario y que pasa más desapercibido tiene su hueco en Orange is the new black.
De este modo, la serie explora en profundidad el pasado de estos personajes y nos muestra por qué han llegado a prisión y, en muchas ocasiones, lo hace mostrándonos personajes cercanos, que han sufrido, que quizás han tenido mala suerte o han elegido mal en un momento determinado de su vida.
Desmitifica la idea de que a prisión van todos los malos, obviamente, aparecen personajes que no tienen remordimientos, que realmente han hecho daño o han asesinado, pero hay una gran mayoría de personas reales con las que podríamos perfectamente identificarnos y empatizar.
Orange is the new black rescata a esos grupos socialmente marginados, tenemos un personaje como Suzanne, conocida como “crazy eyes”, que presenta ciertos problemas sociales, síntomas de autolesión, actúa como una niña y podemos identificar en ella algunos rasgos del trastorno límite de la personalidad. Pero ella también tiene su hueco y su episodio para demostrarnos cómo fue su vida, vemos que fue adoptada de niña y que ha tenido que enfrentarse a numerosos obstáculos.
La homosexualidad será también un tema clave. Hasta hace poco, las lesbianas habían sido minoritarias o secundarias en el mundo audiovisual, pocas veces han tenido tanta relevancia. En Orange is the new black, la mayoría de las reclusas son lesbianas y algunas, aunque no lo son, han experimentado alguna relación lésbica o han sucumbido debido a su encarcelamiento.
Tenemos también a Sophia, una reclusa transexual interpretada por la actriz y activista transexual y afroamericana Laverne Cox, este personaje también tiene un pasado, antes de dar el paso y asumir su verdadero yo, era un hombre casado y padre de un hijo. Como curiosidad, el actor que interpretó a Sophia antes de su transición fue el hermano gemelo de la actriz.
Explora los problemas relacionados con el abuso de sustancias y lo hace de una forma muy dura a través del personaje de Tricia, una joven que vivía en las calles y robaba para sobrevivir, era adicta a las sustancias y terminó en prisión.
Las reclusas de la tercera edad también tienen su grupo, incluso hay una monja entre ellas, los personajes asiáticos son una minoría, pero también tienen presencia. Todas caben y todas son importantes en Orange is the new black.
Es una serie que proyecta otra visión a las cárceles de mujeres, es una serie cuyo reparto es mayoritariamente femenino, muchas guionistas son mujeres (incluso Jodie Foster llegó a dirigir un episodio) y nos muestra la multiplicidad de historias de estas reclusas.
Barreras lingüísticas, racismo, homofobia, machismo, violencia, todo aparece en el cruce de caminos del que somos testigos a lo largo de los capítulos. Ya no las vemos como gente lejana, que poco o nada tienen que ver con nosotros, sino como personas normales, como cualquiera de nosotros. Y todo esto en una sociedad cada día más heterogénea y abierta, donde como ciudadanos tenemos la responsabilidad de seguir luchando por la igualdad.
“Yo me aventuraría a pensar que el Anónimo, quien escribió tantos poemas sin firmarlos, fue, a menudo, una mujer”
-Virginia Woolf-