Para ti mamá y esas madrugadas que parecen eternas
Para ti mamá y esas madrugadas que parecen eternas, gracias de corazón por tu amor infinito, paciente y siempre acogedor. Sé que nadie te previno ante esto, que te vendieron la maternidad como la experiencia más bella y enriquecedora. Sé que piensas que todo lo que te dijeron es poco más que una estafa, pero aun así, no lo cambias por nada del mundo; aunque te cueste el sueño, el ánimo y hasta la salud…
Somos como una pareja de noctámbulos que ven pasar las horas hasta que el alba asoma por la ventana. A veces, el sol nos encuentra en plena sesión de lactancia. Otras, nos descubre acurrucados el uno junto al otro, piel con piel y en tus brazos… Acunándome cuando por fin, has logrado que el sueño me atrape, me venza y me deje rendido para ser ante tus ojos el ser más hermoso que has visto.
Soy consciente de que no te doy tregua y de que estos meses —e incluso años—, vamos a vivir la aventura más desafiante de nuestras existencias. No todo el mundo entenderá por lo que estás pasando y que dormir cuatro horas seguidas va a ser más difícil que encontrar el Santo Grial. Por ello, y muchas más cosas que a buen seguro vendrán, te doy las gracias…
No venimos de las estrellas ni de las flores. Hemos sobrevivido por la compasión humana y por los cuidados de nuestras madres. Esta es nuestra principal naturaleza
(Dalai Lama)
Para ti mamá y esas madrugadas que parecen eternas
¿Cuándo dormiste una noche completa con sus ocho horas seguidas? Lo sé, pensarlo te llena un tanto de nostalgia y hace que te preguntes si esos días volverán de nuevo. Déjame decirte que sí, que volverán. Pero antes, transitaremos juntos por un tiempo para el cual nadie te preparó. Bien es cierto que cuentas con ayuda, que papá y tú hacéis turnos y que estáis al 200% para mí. Puede que hasta los abuelos os echen, no una mano, sino cuatro.
Sin embargo, sé que hay mamás en quien recae en ellas toda la responsabilidad. Puede que sea tu caso. Puede que leas esto de madrugada, preguntándote por qué lloro de manera tan desconsolada. Te preguntas si me duele algo, porque acabas de darme de comer y me has cambiado el pañal, pero aún así, mi llanto sigue siendo desesperado. Ten paciencia, todo lo que haces está bien, pero soy nuevo en este mundo y estoy lleno de necesidades que no sé entender.
Los primeros meses, un duro camino que recorrer juntos
Para ti mama y esas madrugadas que parecen eternas… Debes saber que, según dicen, los 6 primeros meses suelen ser los peores. En algunos casos, esas dificultades llegan hasta los 3 años, justo cuando los niños logramos regular nuestro sueño. Sin embargo, ten por seguro algo: estos días de mal descanso terminarán. Y yo, me haré de rogar por las mañanas porque no querré dejar mi cama…
Hasta el momento, debes saber algo, lo que estás viviendo es normal. No estás sola. Es más, trabajos de investigación como los realizados en la Universidad Estatal de Pensilvania destacan algo importante. Es muy común sufrir un mal descanso en esos primeros meses. Sin embargo, lo más importante es cuidarte, pedir ayuda, compartir tareas.
Porque la importancia de la regulación e higiene del sueño es clave en la calidad de la crianza materna.
En esos primeros meses tras mi llegada he vuelto tu vida del revés. A un lado queda tus días de antes, tus aficiones, tu tiempo libre, tus horas de sueño… Ahora soy yo quien ocupa tu mente, tu preocupación, tus noches sin descanso. Pero recuerda, no estás sola.
No puedes ser fuerte todos los días, pide ayuda
Para ti mamá y esas madrugadas que parecen eternas, a ti que ya no diferencias el día de la noche. A ti, que quieres hacerte cargo de todo y apenas me despego de ti. Ser fuerte es ser capaz de pedir ayuda cuando lo necesitas. Los brazos de papá también son mi hogar, él alivia mi llanto como nadie, me cambia y me acuna… Compartir tareas es disfrutar de la crianza, es verme crecer asumiendo responsabilidades compartidas por igual.
Asimismo, no te creas lo que dicen. No eres una mala madre por dejarme unas horas con los abuelos o tus amigas de siempre. Necesitas tiempo para dormir esa necesitada siesta, para disfrutar de un tiempo asolas y coger fuerzas. Hacerlo no es quererme menos, es cuidarte tú para poder cuidarme a mí mejor.
Para ti mamá y esas madrugadas que parecen eternas, recuerda, llegará el día en que deje de necesitarte
Al final llegará ese día. Ese en el cual, a ti y a papá os necesitaré de otra forma, menos dependiente. Me habré hecho mayor, mi cerebro habrá madurado y lograré dormir por mí mismo toda la noche. Ya no os llamaré para deciros que tengo pis o que una pesadilla me ha hecho llorar. Mis necesidades, entonces, serán otras; más complejas, pero menos apremiantes; para cubrirlas, sé que podré contar con vosotros.
Para ti mamá y esas madrugadas que parecen eternas, recuerda, al final todo pasa. Sin embargo, ten por seguro que todos estos desvelos no caerán en saco roto: me ayudarán a ser quien soy. Tus desvelos presentes son mis seguridades futuras. Tú que ahora me abrazas, me nutres, acunas y consuelas, estás ayudándome a crecer feliz, abrigado por tu afecto incombustible, por ese amor que siempre llevaré conmigo.
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- Bai L, Whitesell CJ, Teti DM. Maternal sleep patterns and parenting quality during infants' first 6 months. J Fam Psychol. 2020 Apr;34(3):291-300. doi: 10.1037/fam0000608. Epub 2019 Nov 14. PMID: 31724407; PMCID: PMC7102929.
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