Personalidad evitativa en las relaciones afectivas: ¿cómo lidiar con ella?
¿Has tenido alguna vez una pareja que parecía muy interesada en ti, pero con quien resultaba imposible tener un compromiso firme y saludable? Desconfiados, inseguros, fríos a instantes, resentidos la mayor parte del tiempo y malos gestores del universo emocional… La personalidad evitativa en las relaciones afectivas constituye una forma de sufrimiento para la que no siempre estamos preparados.
Bien es cierto que quien más y quien menos puede demostrar cierta inseguridad en materia relacional. Sin embargo, cuando nos encontramos con alguien con un comportamiento claramente elusivo, desconfiado y hasta hipervigilante, podemos estar ante un trastorno de personalidad. Estas son sin duda situaciones de gran impacto y desgaste, tanto para la propia persona como para el entorno.
Son figuras que no validan los sentimientos, que alzan muros y destruyen alianzas. Más aún, ante cualquier problema o dificultad durante la relación, la respuesta que darán siempre es el distanciamiento. Esa frialdad en la conducta y en los afectos traza un tipo de vivencias altamente dolorosas. Así, y por llamativo que nos parezca, este tipo de característica afecta a entre un 3 y un 5 % de la población. Profundizamos en ello.
Características de la personalidad evitativa en las relaciones afectivas
Si buscas una pareja con la que poder establecer una buena conexión emocional y también con quien hacer equipo para crecer juntos de cara al futuro, es mejor no comprometerse con alguien que evidencie este perfil. La personalidad evitativa en las relaciones afectivas puede ajustarse a quien sea muy independiente, a quien no busque establecer un gran apego ni una vinculación muy significativa.
Evidentemente, esto último rara vez es factible ni deseable. Porque si hay algo que ansiamos de toda pareja es esa alianza comprometida, afectuosa, enriquecedora que da felicidad. Sin embargo, alguien con un trastorno de personalidad por evitación, le resulta muy difícil desarrollar relaciones saludables. Es más, son las típicas figuras que juegan al “ahora te quiero ahora no te quiero, ahora te necesito, ahora quiero poner distancia”. Y algo así, como bien sabemos, resulta desquiciante.
Veamos, no obstante, qué características definen a la personalidad evitativa en las relaciones afectivas.
¿Cómo identificar a la pareja evitativa?
Cuando hablamos de una persona con una conducta evitativa, no estamos describiendo solo a alguien que nos rehúye. Se trata de una condición más compleja y que define por lo general una entidad psiquiátrica: el trastorno de personalidad evitativa, descrito en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM–5).
De este modo, estudios como los realizados en la Universidad de Berlín, señalan que estamos ante personas con una marcada ansiedad, inhibición social, indecisión, sentimientos de insuficiencia e hipersensibilidad… Son rasgos además muy estables y que tienen a menudo una base genética. Todo ello tiene un gran impacto a nivel relacional:
- Les preocupa en exceso ser rechazados. Esto hace que sean desconfiados y muy susceptibles.
- Se sienten heridos con gran facilidad, hasta el punto de que la otra persona no sabe cómo actuar para no hacer daño al otro.
- Nunca terminan de comprometerse ni se abren completamente en sentimientos, afectos y voluntades para compartir una intimidad auténtica.
- No les agradan las situaciones nuevas ni inesperadas. De manera que puede ser complicado, por ejemplo, que den el paso para conocer a la familia de la pareja. También a realizar actividades diferentes a las rutinarias.
- No se arriesgan. De manera que rara vez harán por la pareja algo realmente valiente o significativo.
- No saben llegar a acuerdos, cualquier discrepancia entre la pareja la procesan como una amenaza y se distancian.
- No validan emociones. Si la otra persona les expresa sus sentimientos, rara vez expresarán los suyos.
¿Cómo manejar estas relaciones marcadas por la evitación?
La personalidad evitativa en las relaciones afectivas causa sufrimiento. Es una evidencia. Ahora bien ¿significa esto que lo que deberíamos hacer de inmediato es alejarnos?
Lo cierto es que siempre es bueno darle una oportunidad a esa persona. Lo podemos hacer mediante una estrategia clara. Si somos conscientes de que tras estas demandas no hay avances y la convivencia es infeliz, entonces sí, tomaremos una decisión.
Comprendamos por tanto, qué dimensiones podemos llevar a cabo para lidiar con la personalidad evitativa.
Pídele que busque ayuda especializada
Algo que debemos saber sobre la personalidad evitativa es que, en muchos casos, pueden estar lidiando con una infancia traumática, la depresión y la ansiedad. Es importante que la persona dé el paso para buscar ayuda especializada.
Algo que sin duda define a estas figuras es el sufrimiento, la hipervigilancia, la inseguridad emocional, el miedo a ser criticados, rechazados… La ayuda psicológica les permitirá alcanzar un estado para sentirse mejor con ellos mismos. Porque cuando alguien se siente bien con su propio ser, es capaz de establecer relaciones afectivas más saludables.
Deja claro que ese comportamiento tiene consecuencias
La conducta evitativa y el “hoy te necesito y mañana me alejo” no es lícito en una relación. Es importante que la otra persona tenga claro que su comportamiento crea vacíos. Las dudas, la desconfianza, la distancia emocional y esa mala gestión emocional hace daño y nadie debería tolerar ese sufrimiento. Es importante clarificar al otro que esa conducta generará una ruptura.
Si lo que desea es salvaguardar esa relación afectiva, es necesario que actúe de otro modo. Si nos demuestran cambios de conducta, voluntades y compromisos, ese vínculo tendrá posibilidades.
Ahora bien, también debemos tener claro un aspecto. Todos tenemos un límite. Si lo único que obtenemos con esa complicada relación es un sinvivir angustiante, es mejor poner distancia. No obstante, tengamos presente que lo más adecuado es animarle primero a solicitar la ayuda de un experto. El cambio puede ser posible.
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