Mi pareja antepone a su familia: ¿qué puedo hacer?

Si sientes que tu pareja te pone en segundo plano por priorizar a su familia, debes intervenir. Una buena comunicación, establecer límites y llegar a acuerdos son puntos claves que te pueden orientar.
Mi pareja antepone a su familia: ¿qué puedo hacer?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 22 febrero, 2024

Formalizar una relación no es algo sencillo. Decidir compartir tu vida con tu pareja puede ser un proceso complejo porque desde ese momento empezarán a descubrir nuevas facetas y actitudes que, a lo mejor, antes no conocían el uno del otro.

Una actitud recurrente es cuando uno de los dos tiene la necesidad de consultar todo con su familia, pedir su opinión e incluso permiso para tomar cualquier decisión dentro de la relación. También, se suele dar el caso que, una vez viviendo juntos, sientas que tu pareja te relega por estar todo el tiempo con sus familiares.

Esta es una actitud inapropiada, y puede resultar incómoda y dañina para la otra persona. A continuación, exploraremos algunos consejos y recomendaciones para estos casos. Si sientes que tu pareja antepone a su familia, toma atenta nota.

Mi pareja no me prioriza: estrategias para afrontar esta situación

Cada relación posee una dinámica completamente diferente . Son todo un universo de posibilidades, por lo que debes buscar las estrategias que más acertadas consideres, después de analizar cómo eres tú y cómo es tu pareja.

Es crucial tener claro que, cuando iniciamos una relación, o decidimos llevarla a otro nivel de compromiso, lo más importante siempre deben ser ambas personas. Por ello, se espera que se prioricen entre sí. Con todo, eso no significa que se deje al resto del mundo fuera. La clave es encontrar acuerdos mutuos por medio de una buena comunicación.



1. Procura una comunicación asertiva

Cuando tu pareja antepone a su familia, lo último que debes hacer es quedarte callado. Guardar silencio mientras esperas cambios no es sutil ni recomendable. Hay que hacer uso de la comunicación asertiva  y empática.

  • Fomenta un diálogo empático: para dejar claro qué necesitas y qué esperas de la otra persona.
  • Expón con calma y claridad la situación: intenta dar siempre ejemplos concretos sobre cómo te has sentido ante esas reacciones o comportamientos. Evita emitir acusaciones. Se trata de exponer la realidad y no de atacar a tu pareja.
  • Haz conciencia de lo que sucede: es muy posible que tu pareja ni siquiera sea consciente de su comportamiento. Para él o ella anteponer a la familia es algo habitual, algo que ha hecho siempre. Es necesario mostrarle que con esa conducta está haciendo daño a la relación.

2. Busca acompañamiento psicológico

Una de las razones por las que tu pareja antepone a su familia es porque se siente culpable de no pasar más tiempo con ella. Cuando una persona presenta un apego excesivo hacia sus progenitores, resulta muy complicado arrancar ese cordón umbilical emociona l de un día para otro.

Es necesario que comprenda que a los padres no se les ama menos por hacer vida propia, o por tener una pareja y por priorizarla. Es recomendable que le sugieras hacer haga un ejercicio de introspección y de maduración en este aspecto.

Por supuesto, esto no siempre es fácil, por lo que el acompañamiento psicológico puede ser de ayuda para superar el apego. Debemos recordar que la calidad de una relación de pareja depende en muchos casos de la habilidad de sus miembros a la hora de establecer relaciones sanas.

3. Establece límites

Algo que suele ocurrir con elevada frecuencia es compartir hechos privados con terceras personas; en este caso, con la familia de tu pareja. Conversaciones, problemas, discusiones, proyectos a corto y largo plazo. Muchas de esas cosas que divulgas en la intimidad con el ser amado acaban por llegar hasta sus padres y hermanos.

Casi sin saber cómo, figuras que nada tienen que ver con tu relación terminan por opinar e incluso decidir por tu pareja. Para él o ella puede ser algo habitual porque lo ha hecho siempre. Recuerda que no debes tolerar este tipo de situaciones.

Por ello, es importante que establezcan límites de privacidad. Ambos deben tener claro cuáles son los datos que pueden compartir y cuáles no. Para ello, sería positivo que se lo indicaras, porque es posible que tu pareja no tenga muy claro en dónde se encuentra la barrera

4. Evita el resentimiento

Cuando tenemos por compañero o compañera a alguien que mantiene unos lazos muy estrechos con su familia, es común sentirse como un extranjero en la propia casa. Es como ser un elemento extraño que no encuentra su lugar. Estas situaciones no son saludables y lo último que nos aportarán es felicidad.

En caso de que tu pareja priorice a su familia en cada circunstancia, debemos evitar resentimientos u odios hacia él o hacia sus seres queridos. Hacerlo supone empeorar aún más la situación.

Al contrario, aplica una visión constructiva, una con la que intentar reeducar a tu compañero o compañera de vida en lo que supone tener una relación, en mantener un compromiso auténtico. Para ello, puedes proponer cambios para llegar a acuerdos:

  • Cualquier necesidad, deseo o preocupación se comparte primero con la pareja.
  • Los problemas se solucionan en pareja. Queda prohibido inmiscuir a terceras figuras.
  • Establecer y conversar sobre actividades con la familia para no cancelar planes de pareja a última hora.
  • Comprender cuáles momentos o actitudes pueden ser incómodos en las dinámicas con la familia del otro.
  • Se respeta que la familia de ambos es relevante. Sin embargo, la relación siempre será la prioridad para uno y el otro.
  • Las visitas de los familiares se consensúan y delimitan. No es permisible que se presenten sin avisar o que la pareja esté siempre disponible para ellos.

Estos son solo algunos ejemplos. Cada relación, según sus dinámicas y necesidades, puede establecer sus propios acuerdos.



La buena comunicación como clave

Como hemos visto, la comunicación es el factor fundamental a la hora de abordar situaciones complejas dentro de nuestra relación. No es sano para ninguna de las partes tener un vínculo excesivo con la familia, uno que supere los límites.

Por ello, se hace necesario establecer unos acuerdos para que ambos comprendan que, aunque la familia es muy valiosa e importante , la prioridad deben ser el uno y el otro siempre.

Recuerda, el apego excesivo es un elemento que no permite tener relaciones sanas y más cuando se es adulto. Aun así, si existen este tipo de problemas con tu pareja, es algo que, con amor, paciencia y mucha empatía, podrán solucionar.


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