¿Por qué necesitas controlar a tu pareja?
Las actitudes de control, celos y posesividad en un vínculo afectivo resultan sumamente dañinas, tanto para quien las recibe como para quien las ejerce. La desconfianza, los reproches y la falta de libertad suelen deteriorar la relación hasta conducirla a su fin en numerosas ocasiones. A pesar de ello, es una dinámica que se repite con frecuencia. Si te encuentras en esta situación y deseas dejar de controlar a tu pareja, es importante que comprendas las causas que subyacen a tu comportamiento.
La realidad es que, generalmente, la intención no es dañar al otro o menospreciarlo. La necesidad de control surge como un mecanismo de defensa ante las propias inseguridades personales. Sin embargo, pese a que no exista una intención deliberada, estas conductas pueden ser la antesala de otros tipos de violencia; por ello es necesario identificarlas y abordarlas desde un inicio.
¿Por qué necesitas controlar a tu pareja?
Inseguridad y baja autoestima
La inseguridad es el principal motivo que se encuentra tras la necesidad de controlar a la pareja. Pese a que en muchas ocasiones las personas controladoras muestran una imagen de autoconfianza y seguridad, lo cierto es que suelen contar con una autoestima pobre y poco saludable.
Tratar de manipular o coaccionar al otro para que piense, sienta y actúe como nosotros queremos, solo indica que no nos sentimos capaces de mantener una relación en la que ambas personas son libres. Pueden existir pensamientos de desvalorización y miedo a que el otro descubra que no somos tan buenos, que una relación con nosotros no merece la pena o que existen opciones mejores.
Quien posee una autoestima sana es consciente de sus virtudes y sus defectos y, aun así, se considera valioso y merecedor de amor y respeto. Por lo mismo, no teme las comparaciones ni necesita restringir las acciones o el círculo social de su pareja.
Desconfianza hacia el otro
En otras ocasiones, la necesidad de controlar a la pareja surge a raíz de uno o varios episodios anteriores en los que el otro ha quebrantado la confianza. Tras una infidelidad es común que quien fue engañado tema que dicha situación vuelva a repetirse. Una corriente que puede desembocar en recelos, sospechas y conductas de vigilancia recurrentes.
De manera especial, esta dinámica ocurre cuando no se ha abordado la infidelidad de forma adecuada, no se ha sanado ni han establecido compromisos de cambio por parte de ambos. Si te encuentras en esta situación y sientes que necesitas controlar a tu pareja, recuerda que ningún vínculo saludable es posible sin confianza. Por ello, las únicas alternativas consisten en buscar la manera de restaurarla o finalizar la relación. Permanecer en este limbo emocional puede resultar doloroso y agotador para ambos.
Creencias positivas respecto al control
Por otro lado, si necesitas controlar a tu pareja probablemente sea porque piensas que ese control evitará posibles problemas. Dirigir su forma de pensar, restringir sus acciones, controlar con quién se relaciona o a qué dedica su tiempo puede proporcionarte una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, has de saber que ninguna de estas actitudes evitará el posible engaño o abandono al que temes; muy por el contrario, seguramente incrementará el malestar de tu pareja y deteriorará vuestro vínculo hasta llevarlo a su fin.
La forma más segura de garantizar la continuidad de una relación es mantenerla saludable y enriquecedora para ambos. La posesividad, la coacción y el control no retendrán a tu pareja, pero sí os harán infelices a los dos.
¿Cómo dejar de controlar a tu pareja?
El control en la pareja puede manifestarse de diversas formas: desde críticas constantes para lograr que el otro cambie, hasta violaciones de su intimidad, amenazas o manipulaciones emocionales. Si te reconoces en alguno de estos patrones, es muy recomendable que busques ayuda profesional al respecto.
La psicoterapia cognitivo-conductual se ha mostrado eficaz en el tratamiento de los celos patológicos y la necesidad de control. Mediante diversas técnicas podrás aprender a identificar los pensamientos irracionales sobre tu relación y a sustituirlos por otros más adaptativos. Además, adquirirás herramientas para eliminar conductas compulsivas de comprobación, como llamar constantemente a tu pareja o espiar sus conversaciones privadas.
La inseguridad, la desconfianza y la posesividad desgastan y perjudican los vínculos amorosos, generan sufrimiento y pueden desembocar en otros tipos de violencia. Por lo mismo, es importante analizar qué está sucediendo en el fondo cuando aumenta la necesidad de control.
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