¿Por qué nos intriga tanto un thriller?

¿Qué pasa con la intriga? ¿Por qué nos resulta tan atractiva? ¿Qué ocurre en el cerebro cuando conecta con los personajes de una historia? ¡En este artículo te lo contamos!
¿Por qué nos intriga tanto un thriller?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 10 octubre, 2022

Alfred Hitchcock, el maestro del suspense, decía que a cualquiera le gusta un buen crimen; eso sí, siempre que no sea la víctima. Y no andaba desencaminado, porque, décadas después, asistimos a la masificación de un género, el thriller, que cada vez está más presente en todas las plataformas. Por eso nos hacemos esta pregunta: ¿por qué nos intriga tanto un thriller?

Está claro que una historia cargada de misterio y suspense nos mantiene en el borde del sofá. Sin embargo, más allá del efecto que puedan tener genialidades como Seven, True Detective o Vértigo, por poner algunos ejemplos, lo cierto es que el suspense genera en nuestro cerebro una serie de cambios que pueden considerarse universales.

Cómo influyen los thrillers en el cerebro

Según Matthew Bezdeck, investigador del Instituto Tecnológico de Georgia (EEUU), nuestro cerebro sufre una especie de visión túnel cuando vemos que el protagonista de una serie o película corre peligro. Este sería el primero de los cambios que experimenta nuestra química cerebral. “En la corteza visual, las neuronas que procesan lo que pasa dentro de la pantalla entran en ebullición, mientras las que reciben información periférica se adormecen”, asegura el investigador.

El segundo cambio está relacionado con nuestra atención. En palabras de Bezdeck, “la red ventral, el volante que gira para decidir hacia dónde dirigimos la atención, se vuelve más activa”. Se podría hablar de un silencio que se genera en nuestra red neuronal, por lo que el suspense hace que nuestro cerebro se vuelque en la película. Nos evadimos, nos olvidamos de nuestro entorno y lo único que nos interesa es saber qué les ocurrirá a nuestros protagonistas.

El último cambio del que habla Bezdeck tiene que ver con la activación de nuestro cerebro. Y es que ver películas de suspense es de todo menos una actividad pasiva. “En un estudio, mis colegas y yo comprobamos que los pacientes participan mentalmente en las escenas de suspense: resuelven problemas en nombre de los personajes“, explica. En definitiva, los espectadores “redibujan cómo podrían haber ocurrido los hechos de otra manera y critican o elogian lo que hacen los protagonistas”.

Cerebro iluminado de azul
Los thrillers hacen que el cerebro se vuelque en la película.

La empatía con los personajes

Aunque es un fenómeno que se debería dar en toda buena historia, cuando vemos un thriller, tendemos a empatizar con los personajes. En este tipo de películas, la amenaza y el suspense están a flor de piel, lo que hace que nos impliquemos más en lo que está ocurriendo. Al fin y al cabo, nuestras neuronas infieren el conflicto y nos ayudan a ponernos en la piel de los personajes, al igual que hacemos con las personas de carne y hueso.

Otro aspecto a tener en cuenta es la sensación de amenaza, algo muy común en cualquier thriller. Aunque suene paradójico, el miedo y la incertidumbre pueden hacernos sentir grandes dosis de placer. Es cierto que, cuando vemos a un personaje entre la espada y la pared, nuestra amígdala interpreta que estamos en peligro. Y cuando todo acaba, el resto del cerebro pone las cosas en contexto, entendiendo que nos acabamos de librar de una situación de peligro.

De este modo, nuestro cerebro libera sustancias que generan una sensación de recompensa. Por ello, tanto el terror como el suspense pueden convertirse en placeres inabarcables. También hay que tener en cuenta el perfil de cada espectador. Existen personas a las que les gusta especialmente el riesgo, ya que su cerebro tiene un mayor número de receptores para la dopamina. Por ello, no es extraño que estas personas disfruten más con los sobresaltos que puedan producirse en la pantalla.

Hombre viendo la tele intrigado
El thriller favorece la empatía con los personajes de las series y las películas.

Control de la mente del espectador

Aunque imaginamos que la amplia mayoría de guionistas y cineastas desconocen las nociones más básicas de la neurociencia, saben cómo manejar la mente del espectador. Esto es lo que asegura Bezdeck, ya que entiende que, aunque sea de forma intuitiva, “los grandes cineastas saben cómo controlar la mente del espectador aun sin entender los mecanismos biológicos que hay detrás”.

También hay que tener en cuenta los avances que se han dado en los últimos años en materia narrativa. Hoy en día, ni siquiera los protagonistas están protegidos de cualquier muerte o asesinato. Tal y como demostraron series como Juego de Tronos, cualquier personaje amado por los espectadores puede sufrir una muerte horrible. De este modo, la intriga propia del thriller crece, dotando a nuestro cerebro de ingentes cantidades de endorfinas y dopamina.

Ya lo decía Hitchcock: “a cualquier le gusta un buen crimen, siempre que no sea la víctima”. Y en el caso de los thrillers, la intriga juega un papel fundamental para que nuestro cerebro se vuelque por completo en la historia.


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