¿Qué es el condicionamiento operante o instrumental?
El condicionamiento operante es una teoría que ha perdurado a lo largo de las décadas en el campo de la psicología. Se erige como un pilar fundamental en la comprensión de cómo aprendemos y adaptamos nuestro comportamiento en función del entorno.
Concebida por el influyente psicólogo conductista Burrhus Frederick Skinner, nos permite explorar la interacción entre el individuo y su contexto, destacando cómo las consecuencias de nuestras acciones pueden influir en la probabilidad de que repitamos o modifiquemos ciertos comportamientos.
En este artículo, se desarrolla los conceptos clave de esta teoría, explorando sus fundamentos y su aplicación en la vida cotidiana.
¿Qué es el condicionamiento instrumental?
El condicionamiento operante, también conocido como condicionamiento instrumental, se refiere a un método de aprendizaje que implica la asociación de refuerzos (recompensas) o castigos con conductas específicas o patrones de comportamiento.
Skinner desarrolló esta teoría en respuesta a la limitación del condicionamiento clásico, también llamado condicionamiento pavloviano, para explicar completamente nuestro proceso de aprendizaje.
El concepto del condicionamiento operante se basa en la Ley del Efecto de Edward Thorndike, que postula que las acciones seguidas por resultados deseables tienen una mayor probabilidad de repetirse, mientras que aquellas seguidas por resultados indeseables tienden a disminuir en frecuencia.
En esencia, este método sostiene que las acciones seguidas por recompensas se fortalecerán, mientras que las que conllevan castigos o consecuencias no deseadas se debilitarán y serán menos propensas a repetirse en el futuro. Por ejemplo, cuando una rata de laboratorio presiona un botón azul, recibe una pequeña porción de comida como recompensa, pero si presiona el botón rojo experimenta una leve descarga eléctrica. Como resultado, el roedor aprende a preferir el botón azul y evita el botón rojo.
A través del condicionamiento operante, podemos comprender cómo se establece la relación entre un comportamiento y sus consecuencias. Este proceso de aprendizaje es fundamental en la comprensión de cómo las conductas se modifican y moldean en función de sus consecuencias.
Conceptos claves del condicionamiento operante
Si bien estos términos son comunes en las perspectivas conductuales en general, pueden tener significados particulares dentro del enfoque operante. Por lo que se define los conceptos fundamentales de este método para una comprensión más profunda.
Tipos de comportamiento
Skinner distinguió entre dos tipos diferentes de comportamientos: las respuestas instintivas y los comportamientos operantes.
El término «operante» se refiere a acciones deliberadas que interactúan con el entorno y generan consecuencias. Estos comportamientos están bajo nuestro control consciente, pudiendo ocurrir tanto de manera espontánea como intencional. Sin embargo, son las consecuencias de estos actos las que influyen en su repetición o evitación en el futuro.
Por otro lado, las conductas instintivas ocurren de forma automática y reflexiva, como retirar la mano de una estufa caliente o el reflejo de rodilla al ser tocada por un médico. No requieren aprendizaje y ocurren de forma automática e involuntaria.
Nuestras acciones sobre el medio ambiente y las consecuencias de esas acciones constituyen una parte importante del proceso de aprendizaje.
Refuerzo y castigo
En este contexto, Skinner destacó dos elementos fundamentales del proceso de condicionamiento operante: el refuerzo y el castigo. El refuerzo tiene el propósito de incrementar una acción. La simple existencia de la posibilidad de una recompensa aumenta la probabilidad de que repitamos una conducta que previamente nos llevó a obtenerla.
Sin embargo, el condicionamiento operante también puede emplearse para reducir una acción. La eliminación de un resultado deseado o la aplicación de una consecuencia negativa se utiliza para disminuir o prevenir comportamientos no deseados. A esto se le conoce como castigo.
Desde este enfoque, se identificó dos tipos diferentes de refuerzo y dos tipos diferentes de castigo:
- Refuerzo positivo: Implica la presentación de un estímulo agradable o recompensa después de un comportamiento, aumentando la probabilidad de que se repita ese comportamiento
- Refuerzo negativo: Involucra la eliminación de un estímulo desagradable o aversivo como consecuencia de una acción, también aumentando la probabilidad de repetición del comportamiento.
- Castigo positivo: Consiste en aplicar un estímulo desagradable después de un comportamiento no deseado, con la intención de reducir la probabilidad de que se repita.
- Castigo negativo: Implica la eliminación de un estímulo agradable como resultado de un comportamiento no deseado, también destinado a disminuir la probabilidad de repetición de ese comportamiento.
Estos conceptos son fundamentales para comprender cómo el condicionamiento operante influye en nuestro comportamiento y cómo se pueden utilizar en diferentes situaciones de aprendizaje y modificación de conducta.
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Técnicas operantes para modificar la conducta
Las técnicas operantes se destacan como poderosas herramientas de cambio y su aplicación abarca una variedad de enfoques. Estas estrategias, basadas en los principios sólidos anteriormente descritos, nos permiten moldear y dirigir la conducta de manera efectiva. A continuación, detallamos las claves para influir de manera positiva en la conducta o bien eliminar un comportamiento.
Técnicas operantes para desarrollar conductas
Estas técnicas son herramientas esenciales que nos permiten moldear, modificar y promover comportamientos específicos en individuos. Ahora, vamos a explorar cuatro de las técnicas más influyentes:
- Técnicas de instigación: son aquellas que dependen de la manipulación de estímulos discriminativos para aumentar la probabilidad de que se dé una conducta.
- Moldeamiento: consiste en acercar, de manera gradual, una conducta determinada a una deseada, empezando por una respuesta relativamente parecida que el sujeto pueda realizar y modificándola poco a poco. Se lleva a cabo por pasos (aproximaciones sucesivas) a los que se aplica reforzamiento.
- Desvanecimiento: se refiere a la retirada gradual de las ayudas que se habían utilizado para reforzar una conducta objetivo. Se pretende que el sujeto consolide una respuesta y posteriormente pueda llevarla a cabo sin necesidad de ayudas externas.
- Encadenamiento: es una conducta compuesta por varias conductas simples, las cuales se separan en distintos pasos (eslabones). Luego, el sujeto debe aprender a ejecutar los eslabones uno a uno hasta lograr llevar a cabo la cadena completa.
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Técnicas operantes para eliminar conductas
Estas técnicas proporcionan enfoques efectivos para abordar y reducir conductas no deseadas en diferentes situaciones y contextos. A continuación se presenta un listado de ellas:
- Extinción: se deja de recompensar una conducta que había sido reforzada con anterioridad. Esto disminuye la probabilidad de que la respuesta vuelva a darse.
- Entrenamiento de omisión: a la conducta del sujeto le sigue la ausencia de la recompensa; o sea, si se da la respuesta no se obtendrá el reforzador. Un ejemplo del entrenamiento de omisión podría ser que unos padres impidan a su hijo jugar videojuegos por no haber hecho la tarea de la escuela.
- Coste de respuesta: es una variante del castigo negativo en que la ejecución de la conducta problema provoca la pérdida de un reforzador.
- Tiempo fuera: consiste en aislar al sujeto en un entorno no estimulante en caso de que se produzca la conducta problemática.
- Saciación: el refuerzo que se obtiene por llevar a cabo la conducta es tan intenso o cuantioso que pierde el valor que tenía para un sujeto.
- Sobrecorrección: consiste en aplicar un castigo positivo relacionado con la conducta problema.
Aplicaciones del condicionamiento operante
En la actualidad, el condicionamiento operante sigue siendo una herramienta de gran relevancia, cuyos principios se aplican de manera versátil en diversas áreas de estudio y práctica.
En el ámbito educativo, los principios del condicionamiento operante se emplean como refuerzos en el aula, con el propósito de motivar a los estudiantes y moldear comportamientos deseables. Además, se integran en distintas metodologías de aprendizaje, así como en juegos y aplicaciones educativas diseñadas para potenciar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
En el ámbito de la rehabilitación física, el condicionamiento operante desempeña un papel fundamental en el proceso de recuperación tras lesiones. Esto implica estimular la realización de ejercicios terapéuticos y la adhesión a una dieta adecuada. Asimismo, se aplica para la modificación de hábitos relacionados con la salud, promoviendo la importancia del ejercicio regular y una alimentación balanceada.
En contextos terapéuticos, como la terapia ABA (Análisis Aplicado del Comportamiento), los principios del condicionamiento operante se utilizan en el tratamiento de personas con autismo y otros trastornos del desarrollo. Esto tiene como objetivo promover conductas adaptativas y facilitar la adquisición de nuevas habilidades.
Asimismo, el condicionamiento operante ha demostrado ser una herramienta valiosa en el campo del tratamiento de conductas adictivas, incluyendo la drogadicción. En este contexto, se enfoca en el principio fundamental de reforzamiento, donde se buscan modificar los comportamientos relacionados con el consumo de sustancias adictivas.
También, en la medicina veterinaria, se aplican para comprender y mejorar el comportamiento de los animales, contribuyendo a su bienestar y cuidado. El condicionamiento operante también encuentra su aplicación en el entrenamiento de animales, ya sea con perros, delfines u otras especies, para enseñar trucos, desarrollar habilidades específicas y fomentar un comportamiento deseado.
En el ámbito empresarial y de marketing, se recurre a los principios del condicionamiento operante para cultivar la lealtad del cliente y diseñar estrategias publicitarias efectivas. Además, en la gestión de personal, estos principios son empleados con el fin de motivar a los empleados y mejorar su desempeño laboral.
El poder transformador del condicionamiento operante
En un mundo en constante evolución, el condicionamiento operante emerge como una herramienta versátil y poderosa para moldear comportamientos, desde el aula hasta el lugar de trabajo y más allá. A través de la comprensión de sus principios, podemos influir en nuestras acciones y en las de los demás de maneras sorprendentes.
El condicionamiento operante nos muestra que el cambio es posible y que, con el enfoque adecuado, podemos alcanzar resultados positivos y duraderos en la modificación de conductas. Por tanto, bajo estas premisas poner el foco en la conducta genera una serie de modificaciones en el proceder del individuo que, tras la generalización de los mismos, son potentes generadores de cambio holista.
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