¿Qué hace feliz al hombre, y qué a la mujer?
Seguramente en alguna ocasión te has preguntado si es lo mismo la felicidad para el hombre que para la mujer. Muy probablemente, en alguna reunión hayas debatido con tus amigos si los hombres y las mujeres tienen distinta forma de ver el mundo, o si el sexo no tiene nada que ver con ello. Entonces, ¿qué hace feliz al hombre y qué a la mujer?
¿Qué dice la ciencia sobre ser feliz?
La cuestión es que al investigar sobre este tema, encontrarás una gran cantidad de información que es contradictoria en muchos casos. Muchos se preguntan exactamente en qué se basan los artículos sobre este tema y por qué entre ellos pueden llegar a defender cosas tan dispares. ¿Diferentes muestras, valores o diferentes formas de plantear la felicidad?
Puede que alguna de las investigaciones que se realizan al respecto, no sean todo lo cuidadosas que deberían en el planteamiento y análisis de los datos. Esto hace que haya que tomar con cierta cautela las conclusiones de estos estudios.
Por ejemplo, Cristen Conger comenta como una encuesta realizada en la Universidad de Pensilvania simplemente pidió que los participantes se autoevaluaran en cuanto a si estaban “muy feliz,” “bastante feliz,” o “no feliz.” Sin embargo, no planteó una definición de felicidad en la que las personas se pudieran situar ni preguntó la definición que utilizaba cada persona para dar su respuesta.
Similitudes entre hombres y mujeres en lo que respecta a la felicidad
Al realizar una comparación de varios artículos del tipo “Cosas que hacen feliz a las mujeres vs. hombres”, se pueden notar algunas similitudes y diferencias. Por ejemplo, de acuerdo con estos informes, para ser feliz ambos sexos concedieron alta prioridad a:
1. Casarse y formar una familia
2. Apariencia y estado físico
Además, tanto hombres como mujeres dieron importancia al dinero o a las posesiones materiales, amigos, sexo y poder. Entonces, ¿Por qué dicen tantas personas que los hombres y las mujeres ven al mundo de manera diferente?
¿Realmente son tan distintos los hombres respecto a las mujeres y viceversa?
Hubo algunas cosas que no aparecían en ambas listas. Curiosamente, estas diferencias coinciden con algunos estudios realizados comparando escáners de los cerebros de hombres y mujeres.
Por ejemplo, expresiones de amor y cariño constituyeron un 16% de las cosas que hacen que las mujeres se sintieran felices, pero no aparece en la lista de los hombres. El artículo How Male and Female Brains Differ (En qué se diferencian el cerebro femenino y el masculino habla de un estudio donde se monitoreó la actividad cerebral, tanto de hombres como de mujeres, mientras veían una novela.
El estudio reveló que el cerebro de los hombres solo mostraba actividad en el hemisferio izquierdo del cerebro. Sin embargo, las mujeres mostraban actividad en ambos hemisferios de su cerebro. Esto indica que las mujeres tienen más habilidades emocionales. Quizás por eso disfrutan más de mensajes de afecto y ternura y valoran mucho las relaciones donde estos abundan.
A diferencia de las mujeres, por lo general el empleo es una importante fuente de felicidad para los hombres. Esto puede ser porque en el trabajo los hombres pueden usar sus habilidades de liderazgo, creatividad y solución de problemas.
La neuropsiquiatra Dra. Louann Brizendine dice que cuando alguien le cuenta un conflicto o problema que tiene a un hombre, la parte del cerebro que está encargado de resolver problemas se activa rápidamente. Mientras que en el cerebro de la mujer la parte del cerebro activada es aquella que muestra empatía. En un ambiente profesional, la destreza de resolver problemas es muy apreciada y recompensada. Quizás es por este motivo que los hombres suelen recibir más alegría y satisfacción de sus empleos.
Estos son solo dos ejemplos de muchos otros. Lo cierto es que, pese a ser sutiles, parece que sí hay diferencias entre hombre y mujeres. Quizás el neurólogo de la Universidad de Pensilvania, el Dr. Ruben Gur, lo haya resumido acertadamente al explicar que, en realidad, las diferencias acercan a hombres y mujeres, más que distanciarlos. Con sus propias palabras: “La mayoría de estas diferencias son complementarias. Incrementan las posibilidades de que mujeres y varones se unan. Esto ayuda a toda la especie.”
Indudablemente, se trata de un tema polémico, abierto a la investigación y al debate. Más allá de la mera curiosidad, conocer y definir estas diferencias puede, por ejemplo, contribuir a dar un mejor enfoque a una terapia de pareja o a ajustar mejor una terapia individual.
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