Quiérete y déjate querer
Los placeres deben colocarse en la vida, lo mismo que las comas en una frase. Es esencial hacer cosas que nos gustan, aprovechar esas oportunidades que se nos presentan sin pensar demasiado, sin expectativas, simplemente con la voluntad de vivir y de exprimir la vida, por lo tanto, quiérete y déjate querer.
Quererse es complicado pero se trata de algo esencial para que nos quieran los demás. Por ello, quiérete, enamórate de tu cuerpo, de tus defectos, de tus virtudes, de cada cosa que te apasiona, de tu forma de sonreír y de caminar por la vida.
“Cuando yo tenía 5 años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando yo fuera mayor. Yo respondí “feliz”. Me dijeron que yo no entendía la pregunta y les respondí, que no entendían la vida.”
-John Lennon-
Quiérete mucho
Quererse a uno mismo es fundamental para sentirse bien, para que otras personas nos quieran, para disfrutar y ser felices. A veces es complicado porque nos criticamos a nosotros mismos y podemos convertirnos en nuestro peor enemigo.
La autoestima es la percepción evaluativa de nosotros mismos, es decir, cómo nos vemos y valoramos y tiene cuatro elementos fundamentales según el psicólogo argentino Walter Riso, que son los siguientes:
- Autoconcepto – Qué piensas de ti mismo.
- Autoimagen – Cuánto te agradas.
- Autorrefuerzo – Cuánto te premias.
- Autoeficacia – Qué confianza tienes en ti mismo.
Para reforzar estos cuatro elementos de la autoestima y vivir en paz con nosotros mismos y más felices, te proponemos algunas sencillas acciones para que aprendas a quererte y saber apreciar todo lo bueno que hay en ti.
No te compares
Desde la adolescencia iniciamos un análisis pormenorizado de nuestro físico, poro a poro, y el resultado es que siempre falta o sobra algo. Criticamos nuestro color de pelo, nuestras piernas, nuestros dientes. Nos empeñaremos mucho en encontrar nuestros defectos. También nos compararemos con otros, que consideramos más guapos, y nos sentiremos mal.
Las comparaciones son negativas, porque el concepto de belleza es muy distinto de una persona a otra, se trata de un concepto totalmente subjetivo. Lo que nosotros podemos considerar bello, otra persona lo puede considerar feo y viceversa. Por lo tanto, la comparación es inútil.
“Querer ser otra persona es malgastar la persona que eres. “
-Marilyn Monroe-
Descubre y destaca las cosas que te gustan de ti, viste como te guste, no como los demás esperan que se debe vestir, si tú te sientes bien, eso es lo que importa. Siempre habrá alguien más guapo o más feo que tú, pero eso qué importa, tú tienes cualidades únicas que nadie tiene, descúbrelas y poténcialas.
Inventa tu propio concepto de la belleza
El concepto de belleza, no es solamente algo subjetivo sino que también depende mucho de cada época. Por ejemplo, hace años una mujer gordita, blanca y con los labios rosas era considerada una belleza, mientras que el canon de belleza actual es radicalmente diferente.
Por lo tanto, lo mejor, es construir tu propio concepto de belleza. En este sentido Walter Riso, sostiene que la premisa más saludable es la siguiente:
“Puedes decidir tu propio concepto de lo bello. No es fácil, pero vale la pena intentarlo. Así como para vestirte bien no debes seguir dócilmente la moda y uniformarte, para gustarte a tu mismo o a ti misma no tienes que utilizar conceptos externos. No tienes por qué parecerte a nadie en especial ni hay razones teóricas y científicas que justifiquen la superioridad de una forma de belleza más que otra. Lo importante, por lo tanto, no es ser bello o bella, sino gustarse a uno mismo.”
Prémiate
Cuando nuestra pareja no se preocupa por nosotros, no nos pregunta cómo estamos, no nos llama, no se interesa por nosotros, es difícil que podamos interpretar que en esa relación hay amor.
En el mismo sentido, si no te premias a ti mismo, si no te dedicas tiempo, si no te expresas afecto, tu autoestima será nula o insuficiente. El amor propio, en principio, no es muy diferente a querer a otras personas. Quiérete.
Por lo tanto, cuida tu cuerpo y tu mente, haz cosas que te gusten y que te proporcionen placer. Sonríe y sal por ahí a compartir tu sonrisa. Si te gusta ir al cine, vete, si te gusta montar en bici, monta, si te gusta leer, compra libros y léelos. Quiérete.
Elimina las creencias represivas
Según Walter Riso, las creencias represivas que nos impiden reforzar nuestra autoestima son cuatro:
- El culto a la habituación. Se trata del culto a una serie de conductas que se consideran las habituales y las que todos debemos tener, pero esa clase de conductas no nos permitirán innovar ni cambiar.
- El culto a la racionalización. Nos llevará a ser como robots, simplemente acostumbrados a evaluar los sentimientos para ver si son convenientes. Hay cosas que no están hechas para pensar sino para vibrar con ellas.
- El culto al autocontrol. Se trata de controlar todos los sentimientos y emociones. Desde luego un autocontrol equilibrado es necesario para evitar conductas destructivas, pero debemos alejarnos de la contención absoluta de sentimientos y emociones.
- El culto a la modestia. Te llevará a no valorar tus éxitos ni tus esfuerzos. No se trata de alardear de nuestros logros, sino de reconocer nuestro potencial, sin excusas ni culpas, para poder ser realista y ver tus cualidades y saber apreciar tus esfuerzos.
“Si no eres bueno amándote a ti mismo, tendrás dificultades al amar a alguien, debido a que resentirás el tiempo y energía que das a otra persona que ni siquiera te das a ti mismo”.
-Bárbara De Angelisi-
Déjate querer
En la sociedad actual, todo va demasiado rápido, todos somos muy independientes, pero es necesario que nos paremos un momento y nos dejemos querer. Si te sientes mal deja que alguien te escuche, te cuide. Si hay algo que te preocupa, compártelo y deja que te abracen y te besen. Siente el cariño de cada gesto, de cada mirada, déjate querer.