Quiero un abrazo en el que no entre el miedo ni el invierno

Quiero un abrazo en el que no entre el miedo ni el invierno
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 04 noviembre, 2016

Necesito un abrazo, necesito que me rodeen tus brazos y que no dejen ningún espacio para el miedo o el frío del invierno. Necesito sentir protección frente a lo que me hace daño, a lo que me entristece. Pero no quiero cualquier abrazo, quiero uno muy fuerte, en el que no hagan falta palabras porque tu cuerpo rodee el mío y me transmita tu energía a la vez que te abrazo con todo mi corazón.

Hazme olvidar aquello que me duele y recuérdame que la vida es calor, hogar, amistad, amor. No es necesario pronunciar una sola palabra, porque tus manos en mi espalda y tu cabeza recostada en mi hombro, me hablarán de tu aprecio, de tu cariño.

“Yo abrazo, delicia pura, tu cara desconocida, idéntica a mi alma.”

-Marguerite Yourcenar-

Por qué necesitamos abrazos

Es una evidencia que los niños necesitan abrazos ya que las muestras de afecto, los abrazos, los besos, las caricias, favorecen su crecimiento y aumentan los niveles de oxitocina. Y cuando crecemos y nos hacemos adultos, recibimos muy pocos abrazos, le dedicamos muy poco tiempo al contacto físico con otras personas.

Niños pequeños abrazados

Parece que tenemos miedo a mostrar lo que sentimos, a demostrar cariño y afecto, a tocarnos y sentir nuestra piel junto a la piel de otra persona. Necesitamos abrazos para sentirnos protegidos, para que nos transmitan energía, para recordar que hay alguien a quien realmente le importamos, para sentirnos reconfortados. Si necesitas un abrazo díselo a quien quieres o abraza de forma espontánea.

“Si supiera que ésta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.”

-Gabriel García Márquez-

Los beneficios de los abrazos

Abrazar a otra persona tiene muchos beneficios, y hay diversos estudios científicos que han demostrado que el contacto físico nos hace sentir mejor con nosotros mismos, tiene un efecto positivo en el desarrollo de la inteligencia y puede producir cambios fisiológicos. Abrazar es una forma de contacto físico, pero no cabe duda de que es especial.

Aumentan el nivel de oxitocina

Un abrazo aumenta el nivel de oxitocina, la hormona que nos produce bienestar, y reduce los niveles de estrés, disminuyendo la presión arterial y el ritmo cardíaco.

Cuando abrazamos, los receptores de nuestra piel se despiertan y envían señales al nervio vago del cerebro, responsable de reducir la presión sanguínea. Un estudio elaborado en el año 2010 por la Universidad de Miami (Florida) concluye que, a más abrazos, menos presión sanguínea.

Ayudan a la comunicación

Cuando abrazamos generamos confianza, cariño, amor, por lo que la comunicación con la otra persona que nos rodea con sus brazos mejora y nos sentiremos muy bien. No son necesarias las palabras porque la presión suave de un cuerpo y unos brazos sobre nosotros, hace que la confianza se genere sola.

Aumentan la autoestima

Cuando alguien te abraza aumenta la autoestima, porque sentimos que la otra persona nos aprecia y nos lo transmite con su abrazo. En el año 2012 se publicó en el Jouarnal of Science Psychology, un estudio que reveló que los abrazos reducían en gran medida la preocupación por morir y mejoraban la actitud frente a los miedos.

“Quédate con un amor que te dé respuestas y no problemas. Seguridad y no temor. Confianza y no más dudas.”

-Paulo Coelho-

Fomentan la empatía y la comprensión

Con un abrazo podemos ponernos en el lugar de la persona que abrazamos y que esa persona se sienta en nuestro lugar. Podemos lograr que un desconocido, un amigo, nuestra pareja nos comprenda y nos apoye. La necesidad de que nos comprendan es muy humana, y a veces con un simple abrazo podemos sentir el apoyo que necesitamos.

Pareja enamorada abrazándose

Debemos intentar recuperar la cercanía de las personas, porque actualmente debido a la proliferación de las redes sociales y del uso de los móviles, las relaciones son cada vez más frías y no hay espacio para escuchar, para mirar a los ojos, para acariciar, besar o abrazar.

Es esencial para nuestro bienestar encontrar el contacto físico con otras personas, fomentar los abrazos. Por lo tanto, abraza y deja que te abracen, disfruta de la calidez y de la intimidad que se crea con un abrazo fuerte y prolongado.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.