Este corto te ayudará a entender el valor de la amistad

Este corto te ayudará a entender el valor de la amistad
Raquel Aldana

Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.

Última actualización: 06 octubre, 2022

Dicen los poetas que los amigos son ángeles que nos dan alas cuando las nuestras se han olvidado de cómo volar, que no nos dejan tocar el suelo y que, si lo tocamos, nos ayudan a levantarnos. Esto es porque, dicho de otra forma, el valor de la amistad es la fortaleza del castillo de nuestra vida.

La base de todo “contrato” de amistad se recrea en un espacio libre de exigencias, de condiciones y de caprichos vanos. Es un sentimiento que nos ofrece oxígeno, aire fresco y vida, que nos acompaña cómodamente, que nos hace sentir queridos, que nos ofrece seguridad.

Y es que la amistad derriba nuestras murallas, nos ayuda a disfrutar del destino, fomenta la inquietud, la ambición, la superación, los sentimientos positivos de confianza y aprendizaje. Porque hay que ser muy amigo para ayudar sin exigir, para acompañar sin presionar y para mostrar sin condicionar.

Amigas-abrazadas

El valor de la amistad, un sentimiento que se cultiva

Quien conoce el valor de la amistad sabe que la única manera de crear y mantener ese sentimiento es convirtiéndose uno mismo en el mejor amigo que se puede tener. Esto es importante porque se nos olvida con demasiada frecuencia que el esplendor y la incondicionalidad debe comenzar por nosotros mismos.

Asimismo, los amigos permanecen unidos a pesar de las adversidades y de los defectos, pues precisamente en la unión y en la ausencia de condiciones está el verdadero valor de la amistad

Cuando llegan malas épocas, el sufrimiento es menor en compañía de nuestros amigos, pues el apoyo que recibimos con la simple percepción de su presencia nos llenamos de fuerza para seguir caminando por la cuerda floja.

Cuidar, apoyar, atender y no abandonar a nuestros amigos son los principios básicos de toda amistad.  Esto se refleja de una manera maravillosa en el corto “Cambio de pilas”, el cual narra la historia de la amistad de una anciana enferma y su robot asistencia, una amistad que traspasará cualquier frontera incluso cuando se acaban las pilas…

La importancia de cuidar y proteger a quienes queremos

Un hombre, su caballo y su perro caminaban por una calle. Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta que él, su caballo y su perro habían muerto en un accidente. La caminata era muy larga, cerro arriba, el sol estaba fuerte y ellos estaban transpirados y con mucha sed. Necesitaban desesperadamente agua.

En una curva del camino divisaron un portón magnífico, todo de mármol que conducía a una plaza pavimentada con bloques de oro, en el centro de ella había una fuente de donde emanaba agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que en una garita custodiaba la entrada.

– Buen día.
– Buen día – respondió el hombre.
– ¿Qué lugar es este tan lindo? – preguntó.
– Esto es el Cielo – fue la respuesta.
– ¡Qué bueno que llegamos al Cielo! Estamos con mucha sed – dice el hombre.
– Puede entrar a beber agua cuando quiera – dijo el guardia -indicando la fuente.
– Mi caballo y mi perro también están sedientos.
– Lo lamento- dijo el guarda- Aquí no se permite la entrada de animales.

Niño paseando por un bosque con su perro

El hombre quedó desconcertado, pues su sed era grande. Pero él no estaba dispuesto a beber dejando a sus amigos con sed. Así que prosiguió su camino. Después de mucho caminar cerro arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio cuya entrada estaba señalada por una puerta vieja semiabierta.  La puerta conducía a un camino de tierra, con árboles a ambos lados haciendo sombra. A la sombra de uno de los árboles había un hombre acostado.

-Buen día, dijo el caminante.-Buen día, dijo el hombre.
-Estamos con mucha sed yo, mi caballo y mi perro.
-Hay una fuente entre aquellas piedras -dijo el hombre-. Pueden beber cuanto quieran.

El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.

-Muchas gracias- dijo al salir.
-Vuelvan cuando quieran- dijo el hombre.
-A propósito, dijo el caminante, ¿cuál es el nombre de este lugar?
-El Cielo- respondió el hombre.
-¿Cielo? Pero si el hombre de la garita de más abajo, al lado del portón de mármol, dijo que ese era el Cielo.
Aquello no es el Cielo, eso es el Infierno.
-Pero entonces- dijo el caminante- esa información falsa debe causar grandes confusiones.
-De ninguna manera- respondió el hombre.
-En realidad, ellos nos hacen un gran favor porque allá quedan las personas que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

¿Cuáles son las enseñanzas de estas historias?

Tanto el corto como la historia que ilustran este artículo sobre el valor de la amistad, nos muestran cómo debemos apoyar a las personas que tenemos a nuestro alrededor. El valor de la amistad es aquel que se apoya en aquello que une a dos personas sin máscaras, sin egoísmos y sin intereses.

Quizás el mejor amigo no es aquel que lleva más tiempo a nuestro lado o con el que hemos compartido cientos de experiencias durante nuestra vida, sino aquel que te hace sentir especial, que no te abandona y que permanece a tu lado cuando más lo necesitas.

Porque no olvidemos que la amistad y el amor que hay en ella son los ingredientes más importantes de la receta de la vida. Y es que lo más valioso de nuestra existencia no es lo que tenemos, sino a quienes tenemos a nuestro alrededor


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.