Quiero ser como Beckham, la lucha por la integración

Quiero ser como Beckham, la lucha por la integración
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Leah Padalino

Última actualización: 21 enero, 2018

Vivimos en un mundo cada vez más disperso, donde las diferencias culturales van emborronándose y, como consecuencia, tenemos que hacer un esfuerzo por conciliar las pequeñas diferencias que puedan surgir, por buscar un equilibrio y un aprendizaje mutuo entre ambas culturasQuiero ser como Beckham es un ejemplo de esta integración de culturas y de cómo nuestras sociedades están cambiando con el paso del tiempo.

Quiero ser como Beckham es una película británica estrenada en 2002 y dirigida por Gurinder Chadha, una directora británica de origen indio. A lo largo de su carrera, Gurinder Chadha ha tratado de plasmar en sus películas y documentales la diversidad cultural existente en Europa. La mayoría, inspiradas por su propia experiencia, tratan de conciliar lo que supone ser británico e indio al mismo tiempo, como ocurre en Quiero ser como Beckham.

Hasta no hace mucho, parecía que el cine, en especial la dirección, estaba destinado exclusivamente a hombres blancos; todavía hoy, no son muchas las mujeres que abundan en este mundo. Gurinder Chadha es mujer y, además, india y británica al mismo tiempo, Quiero ser como Beckham no es solo una historia de contrastes y conciliación entre culturas, sino que, además, es una historia de mujeres en un mundo en el que su presencia queda relegada a un segundo plano: el fútbol.

Quiero ser como Beckham no es una historia complicada, es sencilla, entretenida y amena. Posee ingredientes típicos de la comedia romántica, se ríe de los estereotipos y, al mismo tiempo, nos presenta un retrato de las nuevas generaciones cuya cultura no es una sola, sino una fusión de muchas.

“Si por ahora le gusta más jugar al fútbol que perseguir chicos, me alegro por ella”.

-Padre de Jules-

Quiero ser como Beckham: dos mundos

Quiero ser como Beckham transcurre en Londres a comienzos de los años 2000, momento en el que el futbolista David Beckham era todo un referente. La ciudad de Londres no es solo hogar de británicos, sino que es un auténtico centro multicultural: reúne a infinidad de personas de procedencias muy distintas, de realidades diferentes. La película se centra en dos jóvenes amantes del fútbol cuyo origen es muy distinto: Jesminder, conocida como Jess, es una chica de origen sij; y Jules, una joven británica.

  • La familia de Jess: es una familia tradicional sij, compuesta por Jess, sus padres y su hermana mayor. Se trata de una familia muy fiel a su cultura y sus valores que tratará que su hija siga los mismos pasos que ellos, aunque no sea eso lo que desea Jess.
  • La familia de Jules es una familia totalmente occidental, mucho más individualista, compuesta únicamente por Jules y sus padres. A pesar de ello, veremos que los valores de sus padres, especialmente los de su madre, tampoco encajan demasiado con los de Jules.
Mujeres de diferentes culturas en un campo de fútbol

Estas diferencias culturales darán lugar a situaciones un tanto cómicas, especialmente, por parte de la madre de Jules, que cree ser una mujer abierta y moderna, pero para tratar de entablar conversación con Jess recurre constantemente a estereotipos. Tanto Jess como Jules deberán enfrentarse a su entorno y sus familias para lograr su sueño y poder ser futbolistas profesionales. Finalmente, el fútbol unirá a estas dos jóvenes y conciliará ambas culturas.

“¿Cuándo vas a darte cuenta de que tienes una hija con tetas y no un hijo? Ningún chico querrá salir con una chica que tenga más músculos que él”.

-Madre de Jules-

Jess encontrará infinidad de obstáculos a la hora de comunicarse con su familia y decirles la verdad, pues todos esperan que vaya a la universidad y se convierta en una gran abogada. Su familia ha luchado mucho por tratar de darles unos estudios a sus hijas, pero no tienen en cuenta que, quizás, eso no es lo más importante para Jess. Sus padres tienen muchas expectativas puestas en ella y tenderán a rechazar cualquier cambio que las ponga en peligro.

“Que lleve chándal y juegue a fútbol no quiere decir que sea lesbiana”.

-Jules-

Niñas celebrando la victoria

El tema del matrimonio y la sexualidad será importante en ambas familias. La madre de Jules hará todo lo posible por que su hija sea femenina, que no sea una marimacho; le preocupa su orientación sexual porque, a pesar de la imagen de mujer “moderna y tolerante”, ve la homosexualidad como algo que no está mal y lo acepta, pero no debe ocurrir en su familia.

La familia de Jess, por su parte, pretende que su hija siga con la tradición y se case con un joven indio como su hermana, veremos que el papel de la mujer y la idea del matrimonio concertado tiene unos valores distintos en su cultura. Aun así, ambas jóvenes muestran una mentalidad distinta a la de sus padres, pues han tenido que convivir con distintas culturas y formas de pensar.

“A tu edad yo ya estaba casada, ni siquiera quieres aprender a cocinar”.

-Madre de Jess-

El fútbol como nexo de unión

El deporte debería servir para dejar las diferencias atrás y unir a los pueblos, aunque, por desgracia, muchas veces no es así. En Quiero ser como Beckham, veremos que será el nexo de unión entre Jules y Jess, pero lo cierto es que también veremos una cara menos amable del mismo.

El fútbol es un deporte capaz de paralizar a una nación entera, de movilizar a infinidad de personas… Aunque esto solo ocurre cuando hablamos de fútbol masculino. El fútbol femenino, por desgracia, es casi un desconocido para la gran mayoría de la población, apenas aparece en los medios, si hay un mundial ni siquiera nos enteramos, la diferencia de sueldos es totalmente desorbitada… En fin, sabemos más de equipos masculinos de segunda división que de la primera división femenina.

Esto es algo con lo que tendrán que lidiar las protagonistas de la película que, además de enfrentar a sus familias, deberán luchar por ser respetadas en un deporte mayoritariamente masculino donde apenas se las toma en serio. Hay muchas escenas que nos invitan a pensar en la cosificación de la mujer y en el papel que le asignamos en el deporte, pues parece que las mujeres solo pueden destacar en natación sincronizada o gimnasia rítmica.

“Jess: -Las chicas indias no deben jugar a fútbol. Jugadora: -Eso es muy anticuado, ¿no? Jules: -Sí, pero no es solo algo indio, ¿cuánta gente nos apoya a nosotras?”.

Dos jugadoras de fútbol

En algún momento, vemos a los chicos fantasear acerca de cómo serán las chicas en el vestuario, y la película nos lo muestra con total naturalidad. Las chicas, al igual que los chicos, se cambian tranquilamente y hablan de todo tipo de cosas, desde el propio fútbol hasta la menstruación, porque en el vestuario no hay tabúes, son ellas mismas.

Jess, al principio, se muestra un tanto insegura porque, a pesar de haber crecido jugando a fútbol en el parque y admirando a Beckham como todas las demás, se siente distinta. Cree que a todas las chicas las entienden y las apoyan en su decisión de jugar a fútbol, aunque al conocer la realidad de Jules, se dará cuenta de que no son tan distintas.

Quiero ser como Beckham es una película agradable, que nos hace pasar un buen rato y nos muestra la posibilidad de convivencia armoniosa entre diversas culturas, cogiendo lo mejor de cada una. Además, nos traslada a la lucha de las mujeres dentro del fútbol femenino que, a diferencia del masculino, es un total desconocido para la gran mayoría. En definitiva, una película que invita a abrazar otras culturas y a entender que nuestra realidad no es la misma que la de hace algunos años.

“Quiero que ella luche y quiero que gane. No creo que nadie tenga el derecho de impedírselo”.

-Padre de Jess-


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