Cómo reincorporarse al trabajo después de un tratamiento oncológico

Volver al trabajo luego de superar el cáncer es un proceso que exige cuidar tanto el cuerpo como la mente. Aprender a adaptarse de nuevo al entorno laboral y ser sensible a las nuevas necesidades es esencial.
Cómo reincorporarse al trabajo después de un tratamiento oncológico

Última actualización: 04 octubre, 2024

Reincorporarse al trabajo después de un tratamiento oncológico es mucho más que retomar la rutina diaria. Para numerosas personas suele ser un proceso desafiante y lleno de incertidumbres. No obstante, volver a trabajar puede ser una oportunidad para redescubrirse, establecer nuevas prioridades y encontrar un ritmo de vida más saludable.

Para profundizar sobre este tema, contamos con la opinión de Olga Albaladejo, psicóloga especializada en psicooncología y coach de salud integrativa. Ella nos ofrece valiosas perspectivas sobre cómo afrontar este periodo de transición de la mejor manera, para encontrar un equilibrio entre las nuevas necesidades físicas, emocionales y laborales de los pacientes.

El impacto del cáncer a nivel físico, emocional y mental

Los tratamientos oncológicos afectan de manera profunda diversos aspectos de la vida de las personas. «No solo hablamos de los efectos físicos, que incluyen fatiga, dolor o cambios en la apariencia. También se ven impactados los niveles emocional, mental, social y espiritual», resalta la psicóloga Olga Albaladejo.

En el plano emocional, surgen sentimientos de ansiedad, depresión y el miedo constante a una posible recaída. En cuanto a la salud mental, las personas pueden lidiar con pensamientos catastrofistas y dificultades cognitivas que complican su regreso a la rutina laboral.

De igual manera, según Albaladejo, el cáncer modifica la forma en que las personas se ven a sí mismas y se relacionan con los demás. Por lo tanto, es esencial «buscar el equilibrio entre todos estos aspectos» y considerar el bienestar físico, emocional y mental en este proceso, para que el retorno al trabajo sea sostenible y positivo.



La recuperación del cáncer: un proceso por fases

La experiencia de enfrentar un diagnóstico de cáncer y el posterior tratamiento se desarrolla en varias fases, cada una con sus propios desafíos y consideraciones. De acuerdo con Albaladejo, comprender estas etapas es fundamental para facilitar una reincorporación laboral efectiva y equilibrada.

1. Fase de diagnóstico

El momento del diagnóstico es a menudo un periodo de gran incertidumbre y angustia. Las emociones predominantes suelen incluir el miedo y el shock, ya que los pacientes deben procesar la noticia y las implicaciones que tendrá en sus vidas.

2. Fase de tratamiento

Una vez que comienza el tratamiento de quimioterapia, según explica la psicooncóloga Olga Albaladejo, «aparecen síntomas secundarios y la agenda vital gira en torno a las citas médicas». Se trata de una realidad que puede alterar de forma significativa la rutina diaria y la vida laboral de los pacientes. Esto debido al deterioro cognitivo, la fatiga, el dolor y los cambios en la apariencia que se suelen experimentar.

Albaladejo precisa que en esta etapa es importante fomentar la adopción de hábitos saludables, como mantener una buena alimentación y practicar la relajación, ya que esto puede mejorar el bienestar general y la eficacia del tratamiento.

3. Fase de ajuste postratamiento

El final del tratamiento contra el cáncer puede parecer un alivio, pero a menudo marca el comienzo de una nueva serie de desafíos. «Es aquí donde redefinir la vida con nuevas metas y valores se vuelve esencial» afirma la experta.

Durante esta fase, muchos pacientes experimentan ansiedad sobre la posibilidad de que el cáncer regrese. La atención psicológica se vuelve esencial para ayudar a las personas a gestionar estos temores y mantener una perspectiva positiva.

La adaptación gradual es clave

Regresar al trabajo tras un tratamiento oncológico es una decisión que debe abordarse con cuidado y atención, ya que cada persona tiene diferentes necesidades y capacidades. Una adaptación gradual y flexible es indispensable para asegurar que volver a trabajar no sea algo abrumador ni estresante.

Recomiendo ir un 30 % más despacio de lo que la mente nos dice. La mente siempre puede más que el cuerpo, pero enfrentarnos a una jornada completa y volver al nivel de estrés y exigencia laboral es algo que debe tomarse con prudencia.

~ Psicóloga Olga Albaladejo ~

Forzar un regreso inmediato puede provocar un retroceso en el bienestar físico y emocional del individuo, por lo que es esencial implementar un enfoque que permita ajustar la carga de trabajo y las responsabilidades de manera progresiva. En palabras de Albaladejo, «es importante crear un plan que respete los ritmos individuales».

Hablar con los empleadores y colegas es crucial para establecer expectativas claras y asegurar que se comprendan las necesidades específicas del empleado. Esta comunicación abierta permite ajustar las tareas y horarios de trabajo de manera que se favorezca una integración gradual, garantizando un ambiente de apoyo que ayude al individuo a reincorporarse a sus labores, sin presiones innecesarias.

Prioriza el apoyo psicológico y emocional

Para quienes deseen reincorporarse al trabajo después de un tratamiento oncológico, buscar ayuda profesional es vital, ya que los efectos emocionales y psicológicos de la enfermedad pueden persistir, incluso tras la finalización del tratamiento.

La relevancia del apoyo continuo radica en la necesidad de abordar no solo la recuperación física, sino también el bienestar emocional, que puede verse afectado por la ansiedad, el miedo a la recaída y la adaptación a una nueva realidad.

La psicooncóloga Olga Albaladejo resalta que «mantener prácticas como la meditación, el yoga o acudir a terapia, puede ser de gran ayuda».


Desafíos de volver al trabajo tras un tratamiento oncológico

Para la psicóloga Olga Albaladejo, regresar al trabajo después de superar el cáncer suele ser un proceso complicado y «muchas  personas encuentran un nuevo sentido y prioridades que reflejan sus experiencias y aprendizajes».

Según la experta, volver a trabajar no solo depende de aspectos físicos, como la energía y la capacidad cognitiva, sino también de factores emocionales como la autoestima y la ansiedad. Además, la sensación de desconexión e inseguridad es común cuando alguien ha estado mucho tiempo fuera del entorno laboral, por lo que se sugiere un enfoque integrativo, que aborde tanto el bienestar físico como el emocional.

Después de una enfermedad como el cáncer, Albaladejo resalta que la mayoría de las personas no desean regresar al mismo estilo de vida que llevaban antes. Este cambio puede representar una oportunidad para redefinir su vida según sus nuevos valores.

Para ello, es fundamental una planificación cuidadosa, comunicación abierta y apoyo, para que volver a laborar sea un proceso equilibrado y satisfactorio, favoreciendo la productividad y el bienestar personal.

Paciencia y esfuerzo

Volver al trabajo luego de superar el cáncer puede parecer una tarea abrumadora, pero es un paso significativo hacia la recuperación y la normalidad. Aunque los desafíos pueden ser numerosos, es importante recordar que cada pequeña victoria cuenta en el camino hacia la reintegración.

Con el apoyo adecuado, tanto emocional como práctico, y un enfoque gradual y flexible, es posible encontrar un nuevo equilibrio en la vida laboral. Haber tenido cáncer no define a una persona, y muchos sobrevivientes descubren que esta etapa les brinda la oportunidad de reinventarse y establecer nuevas metas.

Al mirar hacia el futuro, es fundamental mantener la esperanza, rodearse de una red de apoyo y recordar que cada día es una nueva oportunidad para crecer y florecer en la vida.


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