¿Cómo funciona la terapia centrada en el cliente?

Carl Rogers se coronó como uno de los estandartes de la psicología humanista, gracias a su enfoque abierto y seguro para los clientes. Te explicamos de qué trata este método.
¿Cómo funciona la terapia centrada en el cliente?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 24 agosto, 2023

La terapia centrada en el cliente, también conocida como terapia centrada en la persona, es un enfoque que pone énfasis en la importancia de la relación terapéutica y la confianza del cliente en su proceso de curación. La empatía y la congruencia son los pilares fundamentales de todo el trayecto.

Desarrollada por el psicólogo Carl Rogers, la base de esta es la premisa de que las personas tienen una capacidad innata para el crecimiento y la autorrealización. Con el apoyo adecuado, se afirma que cualquiera es capaz de descubrir y resolver sus propios problemas. Si quieres saber más, te lo contamos.

¿De qué trata la terapia centrada en el cliente?

Esta terapia se orienta a la experiencia subjetiva del cliente y busca ayudarle a comprender su mundo interno desde la perspectiva propia. La idea es que cada individuo tiende, de manera natural, hacia el desarrollo y el crecimiento personal. A su vez, es posible facilitar dicha inclinación a través de un ambiente terapéutico que proporcione empatía, autenticidad y aceptación incondicional.

El propio Carl Rogers afirma que los conceptos de represión y liberación incluidos en este método beben de la psicología freudiana, sobre todo, en la perspectiva de William Healey, psicoanalista que fundó una de las primeras clínicas infantiles en los Estados Unidos.

En este sentido, la introspección y la catarsis entran entre las herramientas empleadas para ayudar al cliente a reencontrarse consigo y con sus necesidades y metas.

Por tanto, este enfoque postula que el cliente es experto en su experiencia y tiene la capacidad de hallar soluciones. El terapeuta actúa como un facilitador capaz de brindar un espacio seguro que permita al sujeto explorar y comprender mejor sus pensamientos, emociones y comportamientos.



Diferencia con otras formas de terapia

Distinta de los enfoques terapéuticos más directivos, como la terapia cognitivo-conductual, que se concentran en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento, la terapia centrada en el cliente enfatiza en la autoexploración y el autoentendimiento.

Es decir, que en lugar de proporcionar consejos o instrucciones, el terapeuta confía en la capacidad del cliente para encontrar sus propias soluciones. El especialista no juega un papel de autoridad, sino que actúa como un acompañante.

Así se ejecuta este enfoque

Según Rogers, se aplica a través de un proceso terapéutico colaborativo. El terapeuta cumple su función facilitadora y el cliente pone el esfuerzo de indagar y expresar sus pensamientos y emociones más profundas.

De esta manera, se favorece el desarrollo de la autoconsciencia y se elaboran soluciones más congruentes con la experiencia personal.

¿Qué papel juega el terapeuta en la terapia centrada en el cliente?

Aparte de la mencionada creación de un ambiente seguro, caracterizado por la empatía y la ausencia de juicios de valor, el terapeuta trabaja como espejo y canalizador de las emociones y pensamientos del cliente. No es su tarea cambiar a la persona, sino mostrarle el reflejo de lo que expresa para ayudarle en su interpretación.

Con este fin, la actitud del profesional debe cumplir ciertos criterios. Rogers estableció los siguientes:

  • El terapeuta opera sobre el principio de que el individuo es responsable de sí mismo, además, está dispuesto a que el paciente mantenga esa responsabilidad.
  • Se asume que el cliente tiene un fuerte impulso para volverse maduro, socialmente ajustado, independiente y productivo. Para el cambio terapéutico, la persona depende de esta fuerza, no de sus propios poderes.
  • Se crea una atmósfera cálida y permisiva, con libertad de expresar cualquier actitud y sentimiento, sin importar cuán poco convencionales, absurdas o contradictorias sean estas actitudes.
  • Se fijan solo límites de conducta en el proceso terapeútico, nunca de actitud. Rogers pone el ejemplo de no permitirle a un niño romper una ventana, pero es libre de sentir el impulso.
  • Usa solo procedimientos y técnicas que transmitan su profunda comprensión de las actitudes emocionales expresadas y su aceptación de ellas. La aceptación del consejero no implica ni aprobación ni desaprobación.
  • El terapeuta también crece con este tipo de terapia, se replantea el cuestionamiento, el sondeo, la culpa, la interpretación, el consejo, la sugerencia, la persuasión, la tranquilidad y un largo etcétera.

Relación de confianza y colaboración con el paciente

Sobre esto último, cabe decir que la relación terapéutica en este enfoque se sustenta en la confianza y la colaboración. Cuando se trata de darle sentido a la existencia, las máscaras no tienen cabida. Tampoco así la falta de empatía, el juicio o las mentiras.

Parte de edificar esta relación reside en lograr que el cliente enfrente las crisis desde una perspectiva constructiva, viéndolas como oportunidades para crecer y cultivar nuevos aspectos de su identidad.



¿Cómo se identifican los problemas del cliente?

A pesar de que los pacientes suelen acudir con quejas concretas, parte de la terapia se basa en precisar esos problemas y lograr que se pueda operar con ellos para encontrar soluciones. Esto se realiza a través de la exploración y la expresión emocional y cognitiva por parte del cliente.

Este enfoque conversacional está dirigido por el terapeuta, que devuelve las expresiones al cliente de una manera ordenada y clara.

Definición de la meta en la terapia

Una vez el cliente identifica los problemas que quiere solucionar y que son importantes para su persona, el terapeuta se centra en guiarle hasta el establecimiento de metas.

Esto se efectúa con la información previa obtenida del paciente acerca de sí mismo, sus emociones y sus motivaciones. A diferencia de otros enfoques, estas metas nunca son directrices del terapeuta.

¿Conocías tal enfoque de la terapia psicológica? ¿Crees que sería beneficioso para ti? Rogers confiaba el poder de las personas y en el papel de acompañante terapéutico; con ello logró un abordaje diferente, cuya influencia llegó hasta nuestros días.


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