Sácale el máximo partido a tus visitas al psicólogo siguiendo estas 9 ideas
Cuando sientas que no puedes afrontar tus problemas solo y decidas pedir ayuda, lo fundamental es que conozcas tus derechos y que le saques el máximo provecho a tu visita al profesional que hayas elegido, acudas una vez o varias. Por eso te ofrezco estas ideas, con la esperanza de que te sirvan para aprovechar al máximo tus encuentros con nosotros, los psicólogos.
“El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al alterar sus actitudes mentales”
-William James-
Tener buen “feeling” hace que sientas confianza
Uno de los aspectos más importantes es que te sientas cómodo, que tengas “buen feeling” con esa persona para que puedas aprovechar el tiempo al máximo y hablar de todo lo que te preocupe. Ábrete a esa persona y relaja tu control sobre el discurso, el profesional que está delante no te va a juzgar. Además, los psicólogos nos regimos por el secreto profesional, de manera que nada de lo que le cuentes saldrá de ahí.
No tengas miedo de tratar temas difíciles o vergonzosos, su función no va a ser acusarte ni subirse encima de tu carga para hacerla más pesada . El sentido que los psicólogos más desarrollamos es el oído, estamos ahí para escucharte, tenemos las herramientas para ayudarte a que encuentres las respuestas a tus problemas o preocupaciones y no para constituir un tribunal.
La mayoría somos personas abiertas y con la experiencia suficiente como para saber que las personas nos podemos comportar de muchas maneras ante la misma circunstancia. Pero, sobre todo, profesionales, capaces de dejar nuestras vidas, experiencias e ideas fuera de la consulta y centrarnos en lo que nos cuentas.
Si no te sientes escuchado o no sientes que tu psicólogo este siendo neutral y te da una única opción para cada problema y esto no te hace sentir cómodo, estas en tu derecho de acudir a otro profesional. Dale otra oportunidad a la terapia, no pienses lo mismo de todos porque lo cierto es que no todos somos iguales. Para bien y para mal.
Somos una unidad cuerpo-mente
Comprométete a contarle hasta los aspectos que te parezcan poco relacionados o sin importancia, podrían resultar de utilidad para la terapia. Es verdad que los psicólogos no somos médicos, pero las personas somos una unidad cuerpo-mente, si estamos mal mentalmente eso afectara nuestro cuerpo y viceversa. Cuéntale si tienes problemas para dormir, falta de apetito, dolores de cabeza, etc. También si es día te paso algo raro. ¡Vamos, que puedes contarle lo que sea!
“Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas”
-Sigmund Freud-
No ocultes ni te guardes información, el psicólogo no puede leer tu mente. Utiliza el espacio y la confidencialidad a tu favor, que para eso están. Puede que al principio te cueste un poco por la falta de costumbre, pero es importante que sepas que en ningún momento vas a dejar de controlar lo que cuentas y hasta donde lo cuentas. Si dices verdades a medias o no relatas la historia completa, la ayuda que puedan prestarte nunca tendrá la misma calidad.
Los síntomas físicos o dificultades pueden ser un detonante para ir a terapia, pero también puedes ir porque deseas conocerte mejor. Si es así hazlo a profundidad, hasta los aspectos más obscuros, te ayudara a enfrentarte a lo que la vida te ponga delante. No hace falta tener un problema muy grave, puede que tengas dudas a cerca de por qué te relacionas con cierto tipo de personas, por qué te cuestan trabajo algunas cosas, etc. Lo de que hay que estar loco para ir al psicólogo, ¡es un mito!
Habla de tus sentimientos hacia el psicólogo y hazle todas las preguntas que necesites
Habla de tus sentimientos hacia el psicólogo. Si algo que te dijo no te gusto, ¡díselo! Es importante que no te lo guardes y eso entorpezca la relación. Los malentendidos pueden existir también en terapia, a veces el psicólogo dijo algo y nosotros entendimos otra cosa, lo importante es hablarlo y no quedarnos con la mala espina.
Si no entiendes algo, pregunta las veces que sea necesario, no te quedes con las duda por vergüenza o enfado. Los psicólogos también podemos cometer fallos; la terapia y especialmente los momentos más significativos de esta suelen ser intensos para el paciente/cliente pero también suelen serlo para nosotros, los psicólogos. Esta intensidad puede provocar equívocos, solucionables en cualquier caso si la comunicación se mantiene abierta y sincera.
No es usual que los psicólogos utilicen lenguaje médico o psicológico o que se expresen utilizando una gramática demasiado compleja. Lo habitual es que hablemos de manera que la persona que tenemos delante pueda entendernos, con independencia de su conocimiento sobre la mente humana. De todas formas, si no nos entendéis, nos sentiremos muy agradecidos si lo expresáis abiertamente, porque tendremos la oportunidad de rectificar y de ajustar más nuestro discurso.
El psicólogo esta ahí para escucharte
Sé paciente, eres tú el que marcara el paso, los cambios ocurrirán a tu ritmo, pero recuerda que “Roma no se construyo en un día”. Actualmente vivimos en una sociedad donde todo pasa muy rápido y cuando tenemos un malestar queremos que este se acabe inmediatamente y por lo general no nos sobra paciencia ni tolerancia. En mi experiencia, la terapia sirve, mucho más que la medicación, y sin efectos secundarios, pero hay que darle tiempo.
El psicólogo esta ahí para escucharte, es algo que entre familiares y amigos es difícil de encontrar. Si no, haz la prueba. Intenta hablar 5 minutos sobre un problema y verás como la mayoría de la gente (sin animo de dañarte) comenzará a decirte cómo resolver el problema, a contarte el caso de alguien que pasó por un trance similar o a contarte su propia experiencia. Algunos incluso no lo soportarán y te cortarán para dirigir la conversación a sus problemas. No les juzgues…en el otro lado probablemente tú harías lo mismo. No estamos acostumbrados a escuchar.
El psicólogo te escuchará, pero no te dará consejos ni resolverá los problemas. Solo tú tienes las respuestas y conoces las soluciones a tus problemas, lo que pasa es que el autoanálisis que repites una y otra vez no es objetivo ni suele funcionar. En muchos casos tampoco lo hace contar nuestros problemas a amigos o familiares, por eso hay que acudir a un profesional.
“La curiosa paradoja es que cuando me acepto a mi mismo puedo cambiar”
– Carl Rogers-
Si tienes curiosidad, prueba una entrevista, no te compromete a nada y quizá sea lo justo lo que estabas buscando.