Sandor Radó, un experto en adicciones
Sandor Radó es recordado como uno de los pioneros del psicoanálisis, pero también como uno de sus reformadores. Desde siempre se caracterizó por ser un excelente polemista. Intelectualmente era brillante y eso unido a su capacidad para argumentar le dio gran notoriedad dentro del movimiento psicoanalítico y fuera de él.
Otros aspectos no tan notables de su personalidad también se hicieron muy conocidos. Era amante de la buena mesa y un irremediable seductor, enamoradizo y con afán de conquistar a las mujeres que se cruzaban por su camino. Esto, unido a unas tesis exageradas sobre el falocentrismo, le dio fama de misógino. Quizás es algo exagerado, pero en definitiva lo suyo no era exactamente el feminismo.
“Sandor Radó lleva ahora a cuestas, además de sus 75 años, un infinito océano de tristezas en su corazón; de tristezas y desengaños…”.
-Pastor Petit-
Por todos esos motivos, Sandor Radó sostuvo una intensa y larga polémica con la psicoanalista Karen Horney. Y aunque en principio fue uno de los más fanáticos seguidores de Freud, más temprano que tarde tomó un nuevo camino muy distante del psicoanálisis clásico.
Sandor Radó, un estudiante notable
Sandor Radó nació en Hungría, en 1890. En principio se inclinó por estudiar leyes y en 1911 obtuvo un título en ciencias políticas. Más adelante, y en contrado de los deseos de su padre , decidió estudiar medicina. Esta era su gran pasión, ya que desde muy temprana edad era un gran aficionado a las ciencias naturales. Se doctoró en 1915.
Para aquel entonces ya había entrado en contacto con la doctrina psicoanalítica. Cuando tenía 19 años se encontró con un escrito de Sandor Ferenczi que lo deslumbró. Desde entonces comenzó a interesarse por las ideas de Sigmund Freud. De hecho, fue personalmente a Viena para escuchar una conferencia del padre del psicoanálisis y quedó fascinado. Desde entonces se forjó una amistad entre él y Freud, que duró más de 15 años.
En Hungría, con Ferenczi fundó la Sociedad Húngara de Psicoanálisis. Luego fue analizado por Erzsebet Revesz , quien a su vez se había psicoanalizado con Freud. Para ese entonces, Sandor Radó estaba casado, pero en el curso del proceso se enamoró de su analista. Entonces se divorció de su primera esposa y se casó con ella.
El movimiento psicoanalítico
En 1922, Sandor Radó se trasladó a Berlín y allí llevó a cabo un segundo psicoanálisis, esta vez con Karl Abraham. Pronto fue invitado a unirse al Instituto Psicoanalítico de Berlín. En 1924, el propio Sigmund Freud le pidió que fuera el editor de la Revista Internacional de Psicoanálisis, International Zeitschrift Fûr Psicoloanalyse. Tres años después también fue el editor de la famosa revista Imago.
Durante su paso por Berlín también se convirtió en el formador de nuevos psicoanalistas. Importantes figuras como Wilhelm Reich, Otto Fenichel y Heinz Hartmann hicieron psicoanálisis didáctico con él. Por aquel entonces vivió una situación familiar muy compleja. Su esposa, que tenía 6 meses de embarazo, cayó en una anemia perniciosa. Decidió realizase una cesárea y esto la condujo a la muerte a los dos días. El bebé murió una semana después.
Después de este difícil suceso, Sandor Radó tuvo una relación tempestuosa y fugaz con la psicoanalista Helene Deutsch. Luego se enamoró y se casó con una de sus pacientes, llamada Emmy. Por eso se habla de Radó como uno de los más singulares casos de trasgresión del psicoanálisis, ya que se casó tanto con su analista, como con su paciente.
Un camino divergente
En 1931, Sandor Radó se instaló en los Estados Unidos. Iba invitado por Abraham Arden Brill para que entre los dos crearan el Instituto de la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York, a imagen y semejanza del instituto que funcionaba en Berlín. Cuando los nazis llegaron al poder, Radó fue uno de los más colaboradores en la ayuda a sus colegas para que pudieran emigrar al nuevo continente.
En esa etapa comenzó a distanciarse del psicoanálisis clásico. Se mostró partidario de integrar la medicina y el psicoanálisis de forma muy estrecha. Comenzó a darle mucha mayor importancia a los fenómenos biológicos, que a las vivencias del inconsciente. Se inclinó por estudiar las adicciones y pronto se convirtió en una de las grandes autoridades en estos temas.
Adoptó finalmente unos principios conductistas, con la reeducación emocional como centro del tratamiento. En 1942 creó la Asociación de Medicina Psicoanalítica. Más adelante fundó la Escuela de Psiquiatría de Nueva York, una institución que prácticamente no tenía nada que ver con el psicoanálisis. Radó murió en 1972, después de haberse convertido en uno de los más célebres psiquiatras de los Estados Unidos.
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Alexander, F. (1968). Sandor Rado, la teoría adaptativa. Historia del psicoanálisis.