Siento que todo el mundo me mira: ¿por qué sucede?
Voy caminando por la calle, realizando un trayecto en transporte público o me encuentro comiendo en un restaurante, y siempre sucede lo mismo: siento que todo el mundo me mira. Al levantar la vista, noto que personas extrañas y desconocidas tienen su atención puesta en mí, y esto me incomoda y me perturba. ¿Por qué sucede? ¿Qué puedo hacer?
Si las anteriores situaciones te resultan familiares, no estás solo. Todas las personas se han sentido observadas en algún momento; de hecho, seguramente sí estuviesen siendo observadas, y es que los seres humanos somos curiosos por naturaleza. Sin embargo, si esto te sucede con demasiada frecuencia, quizá se trate de una percepción subjetiva errónea que necesitas corregir.
¿Por qué siento que todo el mundo me mira?
En primer lugar, cabe señalar que es natural que en ocasiones nos sintamos observados. Ninguno de nosotros puede evitar fijarse en quienes le rodean cuando se encuentra aburrido o sin nada con que ocupar su mente. Observar a los demás en los espacios públicos no solo nos entretiene, sino que nos permite aprender (al final, somos animales sociales).
Además, los seres humanos somos capaces de percatarnos de la mirada ajena con gran facilidad. Incluso estando de espaldas, podemos sentir si alguien nos mira. Este fenómeno se conoce como “escopaestesia” y cumple una función evolutiva al mantenernos alerta ante el entorno.
Ahora bien, para la mayoría de las personas esto no va más allá de algo anecdótico. Si experimentas estas sensaciones de forma muy frecuente, quizá se deba a alguno de los siguientes motivos.
1. Aspecto físico
Es indudable que las personas muy atractivas captan más miradas por la calle. Pero esto no solo se debe a la apariencia o la forma del cuerpo sino también al carisma, la actitud y el lenguaje no verbal. Así, es posible que los demás te miren porque les resultas atractivo o les transmites una sensación agradable.
Lo mismo sucede con las personas extravagantes, que lucen indumentarias llamativas o peinados inusuales. Lo diferente llama la atención, y en ocasiones somos poco sutiles al fijarnos en quienes no pasan desapercibidos.
2. Fobia social o timidez extrema
Más allá de que realmente estés suscitando miradas, es probable que tu sensación de que todos te miran se deba a una percepción subjetiva errónea. Esto es frecuente en las personas que padecen fobia social o en quienes sufren de timidez extrema. Estos individuos tienen un acusado sentido del ridículo y un gran temor a ser juzgados, evaluados o rechazados por los demás.
Esto les lleva a mantenerse en alerta ante la evaluación que los otros hacen de ellos. Están pendientes de la aprobación externa y de las reacciones que causan en otros. Por esto, pueden sentirse observados en mayor medida que otras personas.
3. Elevada consciencia de ti mismo
Aunque no padezcas ansiedad social, es posible que tengas una alta consciencia de ti mismo. Esto es algo que todos experimentamos en determinadas situaciones; por ejemplo, cuando tenemos que hablar frente a una audiencia.
En esos momentos estamos muy pendientes de la imagen que proyectamos y de lo que otros pueden llegar a pensar al respecto; de algún modo nos convertimos en observadores externos de nosotros mismos y ponemos gran cuidado a nuestras acciones y gestos.
Para algunas personas, esto es algo casi constante. Su atención está excesivamente centrada en ellos mismos y monitorizan todo lo que dicen y hacen, cómo se mueven y gesticulan en cualquier momento del día. Esta elevada consciencia de sí puede llevarles a creer que los demás están tan pendientes de ellos como ellos mismos, cuando esto no es así.
4. Inseguridades y baja autoestima
Algunas personas disfrutan sintiéndose observadas -de hecho, la mayoría de nosotros hemos tenido esta sensación-; sin embargo, por lo general sucede al contrario: acaparar miradas produce incomodidad y perjudica el rendimiento; podemos sentirnos ridículos, avergonzados, pensar si tendremos una mancha en la ropa, si estaremos despeinados o nos estaremos comportando de forma poco apropiada. En cualquier caso, atribuyo las miradas a un fallo o defecto propio.
Por esto, es común que las personas que se sienten observadas también adolezcan de una baja autoestima, las mismas que las hace sentir inseguras. De nuevo, al tener una imagen negativa de sí mismas pueden sentir que los demás la comparten y que los extraños por la calle pueden estarles criticando o juzgando negativamente.
5. Ondas electromagnéticas y sonidos de baja frecuencia
La sensación de sentirse observado, de esa percepción que parece extrasensorial, tiene que ver también con fuerzas y ondas de las que no recibimos una percepción consciente. Así, en 2010 se publicó un estudio que relaciona la estimulación trancraneal con ondas electromagnéticas y sensaciones místicas de presencias. Los sujetos, ante la estimulación, se sentían observados por presencias que no estaban ahí.
Por otro lado, se sabe que las frecuencias por debajo de los 20 Hz producen activación fisiológica, pero no correlato sensorial. Aunque aún es necesaria mayor investigación, el malestar que producen estos infrasonidos podrían estar implicados en la sensación de sentirse observado.
6. Rasgos paranoides
Por último, no podemos descartar la posibilidad de que haya algún trastorno psicológico de fondo. Un ejemplo son las personas con trastorno paranoide de la personalidad sienten una suspicacia extrema, desconfían de los demás y aseguran que los otros siempre tienen intenciones maliciosas para con ellas. Esto puede reflejarse en sentirse constantemente observado.
Algo similar puede suceder si se presenta un trastorno delirante. En este caso, la persona puede pensar que los demás le miran por su grandiosidad o con un fin persecutorio. En cualquier caso, está convencida de que esa observación es real y responde a un motivo claro.
¿Qué puedo hacer si siento que todo el mundo me mira?
Si sientes que todos te miran y esta situación está afectando a tu vida diaria, es importante que busques ayuda profesional. Como hemos visto, las causas pueden ir desde una baja autoestima hasta un problema de ansiedad o un trastorno más serio. En cualquier caso, es fundamental recibir apoyo para tratar el origen y obtener herramientas para manejar lo que se siente.
Quizá sea suficiente con mejorar la autoestima y la seguridad en ti mismo; tal vez haya que abordar el temor a ser evaluado o reducir el excesivo foco mental que colocas sobre ti, o puede que sea necesaria una intervención más profunda y completa.
Solo un especialista puede ayudarte a encontrar el origen y revertir esta situación que te incomoda, así que no dudes en consultar.
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