No piensa pero siente: el sistema nervioso entérico ("segundo cerebro")

No piensa pero siente: el sistema nervioso entérico ("segundo cerebro")
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 07 noviembre, 2022

Al sistema nervioso entérico se le considera a menudo como nuestro “segundo cerebro”. En él se extiende una compleja red de más de cien millones de neuronas (casi tantas como en la médula espinal) que “tapizan” áreas tan concretas como el intestino delgado y el colon. Asimismo, este sistema es capaz de actuar de forma independiente respecto al propio encéfalo.

Podríamos decir sin duda que esta área del sistema nervioso autónomo, encargada de regular los procesos digestivos, es una de las más interesantes de nuestro organismo. En los últimos años no faltan publicaciones alrededor de esta idea, la de considerar al sistema nervioso entérico como nuestro segundo cerebro (aunque cabe decir, eso sí, que una parte de la comunidad científica no está de acuerdo con dicha suposición).

Uno de los trabajos más conocidos es el del doctor Michael D. Gershon, presidente del departamento de anatomía y biología celular de la Universidad de Columbia. Con su libro, Second Brain, el conocido como padre de la neurogastroenterología desarrolla hechos tan importantes como que el 95% de la serotonina y el 50% de la dopamina se produce precisamente en el sistema gastrointestinal.

Ahora bien, por si este dato no fuera por sí mismo asombroso, en mayo de este mismo año, la Universidad de Flinders, Adelaida (Australia) descubrió algo aún más llamativo y que fue publicado en la revista The Journal of Neurosciencie. A saber, el sistema nervioso entérico es capaz de generar actividad eléctrica, y lo hace con un patrón muy singular y diferente al del cerebro. 

Saber más cosas de esta estructura puede revelarnos aspectos de nosotros mismos que desconocíamos.

“El conocimiento que teníamos hasta el momento de las funciones del sistema nervioso entérico ha estado hasta siempre a nivel del medievo. Es momento de descubrir todo lo que hace por nosotros”.

-Michael D. Gershon-

Bacterias del intestino y cerebro para representar el sistema nervioso entérico

Sistema nervioso entérico: localización y funciones

El sistema nervioso entérico es muy extenso. Pensemos que parte desde el esófago y que termina en el ano, y que cubre toda esa área de nuestro sistema digestivo que tiene por término medio una extensión de 10 o 12 metros. A su vez, en el interior de esos órganos, como es el caso de los propios intestinos, se halla todo un vasto tapiz de neuronas, tal y como hemos señalado al inicio.

Asimismo, otro aspecto interesante es el hecho de que esta parte de nuestro organismo, además de estar altamente especializada, lleva a cabo sus funciones de manera autónoma. Es más, a pesar de que se comunica con el sistema nervioso central, es capaz de enviarle un gran número de información al propio cerebro. Veamos ahora más datos y características.

Sistema nervioso entérico, algo más que los procesos digestivos

  •  En el sistema nervioso entérico se localizan millones de neuronas, neurotransmisores, virus y bacterias. Todos estos elementos regulan nuestro bienestar y nuestra salud.
  • Hay tres tipos de neuronas en esta región de nuestro cuerpo: neuronas eferentes, neuronas aferentes e interneuronas.
  • Los neurotransmisores que regulan los procesos de este conjunto de fibras nerviosas son la aceticolina, la noradrenalina y la adrenalina.
  • Además, al igual que el propio sistema nervioso, el sistema entérico sintetiza serotonina, dopamina, opiáceos para el dolor, etc. Todo ello hace que a menudo se le conozca también como nuestro laboratorio químico.
  • El profesor Gary Mawe, doctor en el Departamento de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Vermont, nos señala que nada es tan complejo y delicado como la propia digestión. Debemos tener en cuenta que el sistema nervioso entérico determina, por ejemplo, qué enzimas digestivas son las mejores para descomponer cada alimento.
  • Supervisa incluso la acidez, favorece el movimiento intestinal e incluso supervisa el nivel de nuestras defensas.
  • Se sabe incluso que es capaz de detectar si hay alguna bacteria en la comida ingerida. Si es así, favorecerá procesos como el vómito o la diarrea.
Bacterias del sistema nervioso entérico

El cerebro, el nervio vago y el sistema nervioso entérico

Hemos señalado con anterioridad que el sistema nervioso entérico es capaz de trabajar de forma independiente del sistema nervioso central. Esto es sin duda algo que nos puede llamar la atención porque, tal y como nos señala el propio doctor Michael D. Gershon,  el intestino es el único órgano en el cuerpo que puede funcionar de forma autónoma.

Sin embargo, eso sí, en ciertos momentos necesita de esa comunicación esencial con el cerebro. Y el modo en que esa comunicación se lleva a cabo es mediante el nervio vago.

La comunicación emocional entre el cerebro y el sistema nervioso entérico

Como curiosidad, en un estudio que se llevó a cabo en la Universidad de bioingeniería de la Universidad de Duke, se pudo observar que de cada diez comunicaciones establecidas entre cerebro e intestino, 9 parten del cerebro.

  • Una de las comunicaciones entre el sistema nervioso entérico y el cerebro es para señalar a este último cuándo comer y cuándo estamos saciados. Lo hace regulando una serie de hormonas que nos producen sensación de bienestar y saciedad.
  • Asimismo, también es este conjunto de fibras nerviosas quien le ofrece al cerebro una sensación de placer cuando consumimos la comida que nos gusta o nos es placentera.
  • Otro dato: cuando experimentamos estrés, el sistema entérico es muy sensible a este estado y genera cambios. Así, el clásico nudo en el estómago, por ejemplo, lo origina él al llevar un nivel de sangre mayor a esta zona.
  • En los últimos años se está llevando una serie de investigaciones (aún no concluyentes) para saber de qué manera la microbiota intestinal condiciona nuestra conducta y emociones. Se sabe que una mala flora bacteriana puede afectar a nuestro ánimo, pero como decimos los datos aún no apoyan una única hipótesis de manera consistente.
Mujer comiendo un helado que más tarde regulará el sistema nervioso entérico

Para concluir cabe señalar un aspecto. Hay quien considera que ver al sistema entérico como a nuestro “segundo cerebro” es un error. Los argumentos neurobiológicos aportados para una parte de la comunidad científica son (de momento) discutibles. Para otros, en cambio, son suficientemente sólidos.

Sea como sea, cabe destacar solo un detalle: este conjunto de fibras nerviosas no “piensa” no presenta ningún proceso cognitivo, pero sí siente. Es sensible al estrés, a las emociones y es capaz de regular múltiples funciones para mediar en nuestro bienestar. El sistema entérico es, por tanto, otro centro de mando indispensable para la vida. Cuidemos de él.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.