Sigue estos 7 consejos para superar el miedo al fracaso en el deporte
Aprender a gestionar el miedo al fracaso en el deporte es una tarea en la que los atletas deben trabajar. Al igual que pasa en la vida, unas veces se gana y otras se pierde. Por ello, estar preparados para la caída hará que esta sea menos dolorosa.
En muchas ocasiones, el fracaso sucede de manera inesperada, pero esto no quiere decir que no sea posible anticiparse a este. De hecho, gran parte del trabajo psicológico consiste en prever situaciones, positivas y negativas, para aprender a reaccionar sin que nos pillen por sorpresa. Sigue leyendo y entérate de los mejores consejos para hacer frente al miedo a fallar en el deporte.
Cuál es el origen del miedo al fracaso en el deporte
Antes de pasar a los consejos, queremos compartir cuáles son las causas más frecuentes del miedo al fracaso en el deporte. Así, nos será más fácil poder identificar posibles fuentes y, con ello, hacerles frente de forma más sencilla.
El fracaso es un constructo multifactorial. Es decir, no hay un único origen igual para todos los deportistas. Pese a ello, podemos destacar las siguientes causas dentro de las principales:
- Materiales: perder patrocinadores, dinero, becas o prestaciones económicas, como consecuencia de la derrota.
- Internas: la baja autoestima, el perfeccionismo, las expectativas demasiado elevadas, excesiva autocrítica o sentimientos de culpa.
- Interpersonales: el miedo a defraudar a los demás, no cumplir con sus expectativas, el temor de provocarles reacciones emocionales negativas o a enfrentarnos con un rival potente.
Recomendaciones para superar el miedo a fallar en el deporte
A continuación, nos vamos a centrar en consejos que pueden serte de utilidad para darle la vuelta al fracaso. Selecciona de la lista los que más llamen tu atención y empieza a aplicarlos para que sean eficaces.
1. Aprende de tus errores
Reconocer los errores es una oportunidad para aprender. En este sentido, no hay razón para avergonzarse. Por eso, en lugar de hacer esfuerzos por tratar de ocultarlos, utilízalos como una poderosa herramienta basada en tu experiencia previa.
Para ello, lo primero que debes hacer es analizar el fallo. Tratar de clarificar el porqué, cuándo y cómo te permitirá descubrir aspectos que antes pasaban inadvertidos, pero que te obstaculizaban la ejecución.
2. Exponte a situaciones novedosas
Salir de la zona de confort es una experiencia que todos los deportistas deben hacer alguna vez. Aunque es cierto que lo desconocido asusta, permanecer donde uno se siente cómodo limita mucho el progreso.
Por tanto, exponerte de forma gradual a aquello que es incómodo te servirá para acostumbrarte. También, la experiencia te aportará nuevos métodos para alcanzar tus objetivos. De esta manera, trata de enfocar el fracaso como una oportunidad.
3. Practica tus puntos débiles
Todos los deportistas tienen fortalezas y debilidades. Conocer en lo que somos buenos y en lo que debemos mejorar es muy importante para planificar los entrenamientos de una manera individualizada y eficiente.
Una conducta extendida en el entrenamiento deportivo es prestar atención solo a potenciar los puntos fuertes y dejar de lado los débiles. Sin embargo, esto es un error, ya que si no trabajamos nuestras debilidades nos lastrarán, al término que impedirán que tengamos un rendimiento óptimo.
4. Establece objetivos realistas y alcanzables
Los objetivos son la gasolina que impulsa al atleta a esforzarse y dar lo mejor de él. Por esa razón, es fundamental establecer metas a corto y largo plazo que sean realistas y alcanzables dentro de las posibilidades de cada uno.
Si una meta es demasiado fácil, te aburrirás y te será difícil ser constante. Por el contrario, si es demasiado ambiciosa, te abrumará y acabarás sintiéndote desmotivado.
En este sentido, según un estudio de la Universidad de León, los objetivos tienen que aumentar la motivación de logro. Esto es, el impulso por destacar y sobresalir, aquello que nos incita a esforzarnos para tener éxito.
5. Pon en práctica la visualización
La visualización es una herramienta con muchas aplicaciones en el campo de la psicología deportiva. En el caso de superar el miedo al fracaso en el deporte, se emplea el poder de la imaginación para resolver escenarios que en la vida real ocasionan nervios.
En concreto, una situación en la que se aplica con regularidad es reducir el miedo que provoca el retorno a la práctica deportiva después de una lesión. Esto está muy relacionado con el miedo al fracaso, pues existe el temor a un evento negativo en el futuro. Incluso, una lesión se puede ver como un fracaso.
En el afrontamiento del miedo al daño, una investigación de la Universidad de Murcia señala que la visualización y la relajación se han asociado con un afrontamiento positivo de la adversidad y una reducción de la ansiedad.
6. Gestiona el aumento de la activación
Una de las partes de la ansiedad son todos aquellos síntomas que se sienten en lo físico (el corazón late rápido, los músculos se tensan, la respiración se entrecorta y demás). Tratar este componente es muy recomendable para reducir el miedo y así tener la capacidad de afrontarlo mejor.
Las técnicas de relajación, en concreto los ejercicios de respiración, son la solución estrella. Piensa en cualquier momento en el que te hayas sentido agobiado, el poder tomarte unos minutos para respirar profundamente alivia mucho. Aplícalo igual cuando te suceda en el deporte.
7. Trabaja más tu autoconfianza
Como dijimos al inicio, una de las causas del miedo a fracasar en el deporte es una baja autoestima o la poca confianza en uno mismo. Mejorar la imagen que tenemos de nosotros es una ayuda positiva para reducir todos aquellos pensamientos relacionados con la derrota.
Pero no solo combate esa angustia, sino que además es un apoyo eficaz para reducir los nervios precompetitivos. Es decir, aquellos que sentimos antes de un evento importante.
No tengas miedo a fallar, sí a no intentarlo
El miedo al fracaso en el deporte es uno de los temores más comunes. Aun así, esto no quiere decir que debamos restarle importancia, ya que se puede convertir en una auténtica piedra en el camino del éxito.
Para empezar a afrontarlo, es necesario encontrar su origen. Una vez hecho esto, tenemos a nuestro alcance varias herramientas, pero hay que trabajarlas antes. Si quieres que sean efectivas, tienes que incorporarlas como parte del entrenamiento mental. Solo de esta manera te asegurarás que funcionarán cuando más las necesites.
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