Técnicas de manipulación psicológica de las que puedes estar siendo víctima
Están en los lugares que frecuentamos más a menudo. Puede ser tu jefe, el vecino de arriba, un compañero de trabajo, un cliente, un familiar lejano o cercano o cualquier amigo. Hablamos de personas que dominan a la perfección ciertas técnicas de manipulación y que las usan para confundirnos.
Aunque estén a nuestro alrededor, no es fácil detectar a estas personas. Sus características y rasgos de personalidad no son evidentes. Nadie lleva un cartel en la frente avisando de que es un narcisista o un sociópata. Entonces, ¿cómo podemos evitarlas?
¿Por qué a mí?
Este tipo de personas se alimentan del dolor ajeno. Por tanto, no es que tú seas más débil, vulnerable o especial, sino que eres otra víctima para ellos. Un número más.
Todos hemos experimentado culpabilidad o desconfianza después de ciertas situaciones en las que nos vemos involucrados. Y lo peor es que lo sentimos sin saber: ni cómo ni por qué. Pero el caso es que las consecuencias nos salpican, minan nuestra moral, complican nuestra vida y aumentan nuestras inseguridades. ¿Cómo lo hacen sin que nos demos apenas cuenta?
¿Qué buscan los manipuladores?
En general, existen muchas clases de personas manipuladoras: sociópatas, narcisistas, mentirosos o los llamados vampiros psicológicos. Y detectarlas es más una cuestión práctica que teórica. Por eso, si habéis sido víctimas de ellas alguna vez, os será más fácil anticiparos a ellas.
Sin embargo, sí se puede considerar que los objetivos de las personas manipuladoras son muy claros, instrumentales y siguen un patrón determinado. Algunos de ellos son:
- Anular tu fuerza de voluntad: buscan sembrar la duda y que permanezcas bajo su amparo.
- Destruir tu autoestima: sacarle pegas a todo lo que hagas o hayas hecho. No son constructivos, solo tratan de sacar defectos.
- Venganza pasivo-agresiva: te castigan con su ignorancia. Cuando les necesitas, te dejan de lado; por lo que basta con que les pidas algo, para que te den plantón o ni siquiera vuelvan a dirigirte la palabra.
- Tergiversar la realidad: disfrutan confundiendo a las personas y creando discusiones y malentendidos ajenos. Tras haber generado una disputa, se mantienen al margen divirtiéndose con las disputas de los demás.
Aprende a evitar sus técnicas de manipulación
Las consecuencias de su manipulación pueden llegar a generar una huella muy profunda en cada uno de nosotros. Por eso, se antoja necesario que conozcamos cuáles son las técnicas de manipulación que usan con más frecuencia. La cuestión es aprender a anticiparnos y a no a ser sus títeres.
Estas personas suelen reírse de nuestras opiniones, responsabilizarnos o hacernos sentir culpables, atacar sutilmente, interrogarnos, retrasar lo que no les interesa, autocompadecerse, negar verdades… Todo lo necesario para controlar la situación. Pero, ¿qué técnicas de manipulación usan para conseguirlo?
Gaslighting
Conocida como “luz de gas”, es una de las más insidiosas. “Eso no ha sucedido nunca”, ‘Te lo has imaginado” o “¿Estás loco?”. Son algunas de las expresiones que emplean para distorsionar y confundir tu sentido de la realidad, haciéndote creer algo que no ha sucedido.
Barton y Whitehead (1969) definieron el “gaslighting” como “la búsqueda intencional de hacer parecer loca a una persona y obtener un beneficio de ella”. Infunde en las víctimas un sentido extremo de angustia y confusión, hasta tal punto que dejan de confiar en sí mismos, en su propia memoria, percepción o juicio.
En una investigación de Galán y Figeroa (2017) describen hacer “luz de gas” con negación del daño causado, la elaboración de mentiras, ofrecer información falsa y descalificación de los sentimientos hacía la víctima. También se trata de un método para confundir a la pareja, manipular, culpar y restar importancia las vivencias, y de este modo destruir a la víctima a través de su salud mental.
La comunicación del atacante a la víctima es hostil a través de silencios, quejas, bromas dañinas y humillaciones, amenazas, etc. Las consecuencias en la víctima, según los autores, pueden ser varias:
- Sentimiento de culpa.
- Desorientación.
- Pánico.
- Enojo.
- Duelo.
- Baja autoestima.
- Falta de autonomía.
- Dependencia emocional.
- Consumo de alcohol.
- Incluso suicidio.
Proyección
El manipulador traslada sus rasgos negativos o desplaza la responsabilidad de sus comportamientos a otra persona. Los narcisistas y psicópatas la usan en exceso, afirmando que la maldad que los rodea no es su culpa, sino tuya.
Conversaciones sin sentido
Diez minutos de conversación. Eso es el tiempo que seguramente tardes en abandonar la charla. Los manipuladores dicen sinsentidos, explicaciones ilógicas, cortinas de humo, acontecimientos del pasado…
Solo enredan. Hacen monólogos y tratan de envolverte con su palabrería. ¿Un consejo? Corta por lo sano. Y si puedes irte a los 5 minutos, mejor. Tu mente lo agradecerá.
Generalizaciones y descalificaciones
Hacen afirmaciones generales, vagas, inconcretas. Pueden parecer intelectuales, pero, en realidad, son vagos. Sus conclusiones son demasiado generales; su objetivo es desestimarte y echar por tierra tus opiniones.
Por ejemplo, “es que siempre quieres llevar razón”, “todo te molesta”, “nunca estás de acuerdo”. Mantén la calma. Puedes tirar de ironía, con un simple “gracias”, o por ignorarle con un rotundo “creo que estás algo alterado, ya hablaremos después”.
El absurdo
Recuerda que buscan minar tu moral y hacer que te replantees aquello en lo que crees. Pueden poner palabras en tu boca que no has dicho, te harán pensar que tienen el súperpoder de “leerte la mente”. Pero no, solo son argucias y tejemanejes. Puedes ayudarte mediante la claudicación simulada. Le dices que tiene razón para que se lo crea, pero mantienes tu postura. También puedes responder a su chantaje con un “vale” o con frases lacónicas.
Lo importante es que alejes tu autoestima de sus manos. Piensan que es lo que quieren tirar por el suelo para poder controlarte. Una vez que te ha debilitado, la tarea para ellos es mucho más fácil.
No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
Disfraz de bondadoso
“Sí, pero…”. Si te acabas de comprar una casa, te dirá que qué pena que aún no tengas otra en la playa; si te has puesto más elegante que nunca, apuntará que otros pendientes te habrían quedado mejor… Si has completado un informe impecable, se fijará en que la grapa no está bien fijada.
Pero que no te afecte, ¡tú sabes lo que vales! Tus logros y tus virtudes valen más que sus técnicas de manipulación. No le des credibilidad y júntate con personas que pasan más tiempo recalcando lo que está bien y animándote; esas que te halagan cuando lo tienen que hacer y emiten críticas constructivas, no destructivas.
Resiste su ataque de rabia
Cuando te opones a un manipulador, lo más normal es que su cólera aumente en pocos segundos, especialmente si no le sigues el juego: su tolerancia a la frustración no suele ser muy alta. Es posible que comience a decir barbaridades e incluso te insulte y se refiera a ti en términos despectivos y peyorativos. Es fruto de su propia desconfianza.
Estas son las técnicas de manipulación más sutiles y frecuentes que emplean estas personas para humillarte. Dominar tus emociones y mantener la cabeza fría: la única forma de escapar a su control. Si no sucumbes, se cansarán y acabarán buscando otra víctima. La vida lejos de la gente tóxica es mucho mejor.