Vivimos en la Tierra como si tuviéramos otra a la que ir

Vivimos en la Tierra como si tuviéramos otra a la que ir
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 13 junio, 2016

La activista y enfermera norteamericana Terri Swearingen dice con total acierto que los humanos “vivimos en la tierra como si tuviéramos otra a la que ir”. Cuidar del medio ambiente es una obligación de todos, un interés de todos porque de que lo hagamos o no depende nuestra propia supervivencia como especie.

¿Te has imaginado alguna vez dónde podría vivir el ser humano fuera de la Tierra? Aunque hoy se conocen miles de planetas, lo cierto es que ninguno de ellos presenta las condiciones tan idóneas que presenta la tierra para nuestras características fisiológicas.

Yendo más allá de la propia supervivencia, hablamos de calidad de vida. Una calidad de vida en la que tiene mucho que ver el medio que nos envuelve y nos da cobijo, la tierra. Son sus niveles de oxígeno, su temperatura o los recursos que nos ofrece lo que permiten nuestra existencia.

Preocupaciones históricas por el medio ambiente

Aunque pueda resultar curioso, la preocupación humana por la protección del medio ambiente no es un fenómeno que se ha puesto de moda en los últimos años. Si nos remontamos a los inicios de la civilización, encontraremos ya los primeros intentos de concienciación.

Ya 400 años antes de Cristo encontramos la obra de Hipócrates “Aires, aguas y lugares” en la que se acentúa la importancia del medio ambiente para el cuidado de las enfermedades y los beneficios que podía tener este para nuestra salud.

Según avanza la historia del hombre en la Tierra, encontramos otros autores como Thomas Sydenham, Giovanni Maria Lancisi, William Farr o John Snow que también escribieron interesantes postulados sobre la necesidad de un medio ambiente adecuado para garantizar nuestra existencia. Ya no de las personas que ahora pisamos la Tierra, sino de los generaciones futuras: nosotros somos responsables del planeta que les dejamos.

Mano sosteniendo una bola del mundo con una mariposa

Efectos del medio ambiente sobre la salud

Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), mueren aproximadamente 1,3 millones de personas en todo el mundo por los efectos de la contaminación atmosférica urbana. La mitad proceden de países en vías de desarrollo.

Las afecciones y falta de higiene en el medio ambiente afectan de diferentes formas a la salud de los habitantes. Problemas respiratorios, cardíacos, cánceres, etc., son los efectos más habituales. Estos se revelan con mayor virulencia en aquellas personas que ya están aquejadas de algún tipo de enfermedad.

Si vivimos en una sociedad con un medio ambiente sucio capaz de provocar un gran número de enfermedades, es evidente que nuestro cuerpo jamás gozará de una buena salud. Este hecho redunda negativamente en nuestra mente.

“Puede que seas capaz de engañar a los votantes, pero no a la atmósfera”

-Donella Meadows-

Mente y cuerpo

Como es bien sabido, el sistema endocrino y nervioso regulan las funciones corporales. Emociones y pensamientos tienen una fuerte dependencia de la salud. Hemos de vernos como seres integrales en cuyos organismos todo está relacionado.

La interacción de nuestro cuerpo en un medio ambiente viciado y de baja calidad atmosférica y orgánica redundará directamente en nuestra mente. Pensamientos negativos, emociones y sentimientos de dolor pueden estar afectadas directamente por nuestra fisionomía.

Qué beneficios hay en el cuidado del medio ambiente

El cuidado del medio ambiente aporta una serie importante de beneficios que todos tenemos que tener claros. En este sentido, las ventajas son muy numerosas tanto a nivel individual como colectivas:

  • La reducción de la contaminación del aire aporta una mayor calidad del mismo, por lo que el efecto es tan beneficioso para nuestro organismo como para nuestra propia mente.
  • La reducción del consumo de combustibles fósiles ayudará a la detención de la deforestación del planeta, lo que mejorará el ambiente, el aire que respiramos y nuestro propia salud.
  • La posibilidad de vivir en un ambiente más sano y limpio afecta directamente a nuestra psique. La unión del todo que es nuestra fisionomía y mente vivirá un efecto muy positivo.
  • El proyecto común de mejora del medio ambiente ayuda en un sentido positivo a nuestra forma de pensar. Al ser algo colectivo, aumenta nuestra asertividad y nuestra solidaridad.
Manos con forma de corazón
  • El hecho de saber que estamos haciendo algo bueno, tanto a nivel individual como colectivo, es un acicate para ser más positivos en nuestra forma de pensar.
  • Por supuesto, mientras no tengamos una forma viable de salir de este planeta, aunque sea por un mezquino sentido egoísta y no por agradecerle a la naturaleza aquello que nos brinda, es misión de todos cuidar de nuestro planeta, de nuestra madre Tierra.

“La conservación es un estado de armonía entre hombre y tierra”

-Aldo Leopold-

El cuidado del medio ambiente no es un capricho. La falta de tacto con nuestro mundo tiene unos efectos tanto directos como indirectos y colaterales que afectan a cada una de las personas que habitamos la tierra. Es misión de todos protegerlo si de verdad queremos seguir teniendo la oportunidad de vivir.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.