3 claves para mantener la calma en una discusión
Cuando discutimos con alguien, una de nuestras primeras reacciones suele ser enfadarnos y dejar a nuestras emociones que tomen el control. El orgullo nos invade y poco a poco, dejamos de pensar con claridad e incluso, puede que acabemos diciendo algo de lo que nos arrepentiremos más tarde.
Aunque las consecuencias derivadas de la discusión con la otra persona no sean graves, el hecho de enfadarnos suele ser muy desagradable. Por ello, una habilidad fundamental que todos deberíamos dominar es mantener la calma mientras discutimos. Ahora bien, ¿cómo hacerlo?
En este artículo te explicaremos las claves más importantes para salir airoso de ese tipo de situaciones. De esta manera, tanto tus relaciones con los demás como tu propio bienestar mejorarán considerablemente.
Cómo mantener la calma en una discusión
¿Alguna vez has intentado detener una discusión cuando las emociones estaban muy agitadas? Si es así, habrás comprobado que es prácticamente imposible instalar la calma cuando nuestras emociones están alteradas.
Esto ocurre porque las zonas más antiguas del cerebro, es decir, aquellas relacionadas con las emociones, como el sistema límbico, son más fuertes y dominantes que las zonas encargadas del pensamiento racional. Por ello, intentar calmar el enfado pensando lógicamente es como intentar apagar un incendio soplando.
En lugar de ello, la próxima vez que quieras mantener la calma en una discusión, puedes probar con las siguientes estrategias:
- Conoce lo que te hace enfadar y evítalo.
- Para tus emociones antes de que se descontrolen.
- Trata de entender a la otra persona. Ponte en su lugar.
1- Conoce qué te hace enfadar
Todos tenemos uno o dos temas que nos sacan de nuestras casillas sin importar lo que hagamos para evitarlo. Puede tratarse de política, religión, ideologías o fútbol, pero el caso es que algunas opiniones nos enfadan casi de forma automática.
Por ello, la primera línea de defensa para aprender a mantener la calma en una discusión es conocer cuáles son los temas que nos llenan de ira, y evitar hablar de ellos con personas que opinen de forma totalmente contraria. Al fin y al cabo, ¿para qué necesitas que todo el mundo piense como tú? Esta creencia irracional tan sólo provocará que tu relación con la otra persona se deteriore y te sientas fatal.
Sin embargo, en ocasiones no es posible evitar una discusión. En estos casos, el resto de claves te enseñarán lo que puedes hacer para mantenerte tranquilo.
2- Para tus emociones antes de que se descontrolen
Las emociones son poderosas que nuestro cerebro racional. Sin embargo, esto solo es cierto en el momento en el que ya se han descontrolado. Por lo tanto, si quieres conseguir mantener la calma en una discusión, lo mejor que puedes hacer es aprender a parar tus emociones cuando notes que están haciéndose demasiado fuertes.
Para ello, lo más sencillo es que practiques alguna técnica de relajación. Aunque es cierto que no puedes ponerte a meditar en mitad de una discusión, sí que puedes realizar algún ejercicio sencillo durante una discusión. Lo más fácil es que hagas respiraciones profundas hasta que sientas que una sensación de calma te invade. Eso sí, es muy importante que te centres en ellas y no desvíes tu atención.
3- Trata de entender a la otra persona
¿Qué hacer una vez que has conseguido controlar tus emociones? La otra persona sigue ahí y el problema seguramente no se ha resuelto. Si no haces algo para remediarlo, lo más probable es que la situación se enquiste o bien, vuelva al mismo punto de partida y comience a crecer de nuevo.
Para evitarlo, una de las mejores técnicas es empatizar con la otra persona, ponerse en su lugar e intentar ver lo ocurrido desde su perspectiva. En general, las discusiones se producen cuando dos personas no son capaces de entenderse y tratan de imponerse su visión. Si en lugar de ello, tratas de entender la forma de pensar de la otra persona, tu enfado disminuirá en la mayoría de los casos.
Aunque es una habilidad que requiere práctica, para empezar a utilizarla tan solo tienes que preguntarte cuál es el punto de vista de la otra persona sobre lo ocurrido, cómo es su pensamiento y por qué se está comportando así. Hacerte estas preguntas permitirán que te vuelvas mucho más receptivo y que tus emociones negativas desaparezcan.