5 preguntas trampa de una entrevista de trabajo
Los nuevos comienzos siempre son aterradores. Abandonar un puesto de trabajo, ya sea por un despido o por decisión propia, supone un gran cambio. A la hora de volver al mercado laboral, conocer las preguntas trampa de una entrevista de trabajo es fundamental.
Puede parecer una tontería, pero es mucho mejor que vayamos sobre seguro. Actualmente, vivimos un momento en el que conseguir un empleo es casi un milagro. Las crisis económicas, el aumento del instrusismo y la mala gestión empresarial hacen mella en nuestro futuro laboral de una forma terrible.
Por eso, cuando tengamos la oportunidad de realizar una prueba, es muy importante que estemos preparados. Habrá muchos otros candidatos a los que enfrentarse, pero si conocemos algunas de las preguntas trampa de una entrevista de trabajo y sobre todo, la intención que esconden, tendremos más posibilidades. Profundicemos.
¿Por qué dejaste tu trabajo anterior?
Esta pregunta puede generarte un gran dilema. Puede que en tu anterior trabajo no hubiera un buen ambiente o que tu salida fuera forzada a causa de un error que cometiste. Piensa con tranquilidad lo que vas a decir (es recomendable que lo lleves preparado) y sé sincero, pero breve.
Jamás hables mal de tus anteriores compañeros y mucho de menos de quienes fueron tus jefes en una entrevista de trabajo. Sé claro con tus motivos, pero no abras la herida. Ser respetuoso con los demás (aunque ellos no lo fueran contigo) dará una imagen noble y responsable de ti, lo que sumará puntos a tu curriculum vitae.
¿Por qué has estado tanto tiempo sin trabajar?
Esta es una de las preguntas trampa de una entrevista de trabajo que más molestan. Muchas personas suelen pasar largos períodos de su vida en paro por falta de suerte o por problemas personales. ¿Por qué deberíamos compartir ciertos datos de nuestra vida privada?
La respuesta es bastante ambigua. Tu entrevistador posiblemente solo querrá saber si eres una persona ambiciosa o si eres lo suficientemente proactivo. No tienes por qué contestar a nada que no quieras, pero quizás con respuestas sutiles como “por motivos familiares” o “por una enfermedad” sean suficientes.
¿Te gusta trabajar en equipo?
La respuesta a esta pregunta siempre debe ser “Sí”. Da igual lo que opines en realidad: debes dar la imagen de una persona que sabe trabajar en equipo. El liderazgo, el compañerismo y la amabilidad son valores muy apreciados por la mayoría de los empleadores.
De la misma forma, demuestra que también sabes trabajar con autonomía, si se diera el caso. Tan importante es saber formar parte de un grupo, como ser independiente. Todos tenemos algunas extrañas peculiaridades que, llevadas a buen término, pueden ser grandes puntos a nuestro favor.
“El trabajo y la moral son las bases fundamentales sobre las que reposa el sólido sistema de la libertad”.
-Francisco de Miranda-
¿Cuáles son tus puntos fuertes?
Cuidado con este tipo de preguntas trampa de una entrevista de trabajo. Debes ser sincero, pero sin excederte. A nadie le gusta una persona soberbia y con aires de grandeza. Procura parecer humilde y deja claro que eres un trabajador comprometido y con ganas de superarte.
Puede que también te pregunten acerca de tus puntos débiles. También debes ser honesto, pero no eches demasiada leña al fuego: recuerda que quieres que te contraten. Una de las cualidades más apreciadas es saber cuando callar y cuando actuar.
¿Cuánto crees que deberías cobrar con este empleo?
Posiblemente esta sea una de las preguntas más graciosas, inesperadas y asombrosas de una entrevista de trabajo. Hay personas que dicen cifras desorbitadas y acaban descubriendo que ellos mismos se acaban de adjudicar el sueldo. Otros, por el contrario, no tienen tanta buena ventura.
Aunque tu entrevistador parezca simpático, no te la juegues con las bromas. Ofrécele una cifra decente y justa, nada de irse por las nubes. Apreciará tu gesto y lo tendrá en cuenta a la hora de compararte con los demás aspirantes al puesto.
Las preguntas trampa son la pesadilla de las personas que buscan trabajo. Lo mejor para hacerles frente es ir tranquilo y sosegado: no hay que ponerse nervioso. Es recomendable llevar las posibles respuestas preparadas.
Ante ellas sé sincero, claro, breve, honesto y ni se te ocurra pecar de soberbio. En la concisión está la virtud, y de paso, así evitarás que se te escape algún episodio vergonzoso de tu vida del que no estés especialmente orgulloso. Si sigues estos consejos, no habrá duda alguna, ¡el puesto de tus sueños será tuyo!