8 claves para una comunicación efectiva
Somos sociales por naturaleza. Relacionarnos con los demás nos aporta beneficios emocionales, como la comprensión, el apoyo y la mejora de la autoestima. A pesar de ello, muchas personas no consiguen conectar con aquellos que tiene a su alrededor. Esto puede deberse a múltiples causas, entre ellas un fallo en los pasos para tener una comunicación efectiva.
Las personas que, por el contrario, no tienen problemas para establecer una comunicación eficaz son aquellas que han sabido desarrollar su Inteligencia Social. Algunos autores, como el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, abordan en sus investigaciones la importancia de este tipo de capacidad. Esta se basa en la habilidad para mantener relaciones de armonía y paz con los demás sin renunciar a la asertividad.
Habilidades, como la empatía y la comprensión, son fundamentales a la hora de crear una conexión social. Sin embargo, conseguir que la otra persona se sienta confiada, segura y comprendida con nosotros muchas veces no es tarea fácil.
Por eso, existen una serie de herramientas para ayudar a mejorar este tipo de inteligencia emocional. Son pasos para lograr una comunicación efectiva que pueden ser aprendidos e implementados si mucho esfuerzo. En cualquier caso, con su lectura y aplicación podremos entender un poco mejor el mundo de las relaciones sociales.
Claves para tener una comunicación efectiva
En cualquier tipo de interacción hay que tener cuenta la comunicación no verbal. La mayoría de las veces apenas se hace hincapié en ella, cuando es muchos casos es más importante que el contenido del mensaje en sí. Los gestos, las miradas y la posición de nuestro cuerpo serán en gran medida las encargadas de crear la imagen que el interlocutor tendrá de nosotros.
En el proceso comunicativo, la sincronía juega un papel estrella. Daniel Goleman afirma que esta aptitud permite leer todos y cada uno de los indicios no verbales, desde sonreír a asentir en el momento adecuado. Las personas que no consiguen entrar en sincronía son aquellas que con su comportamiento crean una sensación de incomodidad y extrañeza en los demás. Son los denominados disémicos y se caracterizan por no entender las señales que dan fin o cambian el giro de una conversación.
Estos déficits sociales no responden a ningún tipo de causa neurológica, sino a un fallo en el aprendizaje. Actualmente, existen una serie de programas que se encargan de enseñar sincronía tanto a niños como adultos. Para personas que tienen esta clase de problema, lograr una comunicación que sea eficaz es mucho más sencillo. Siguiendo un conjunto de directrices podremos mejorar nuestras habilidades sociales y transmitir el mensaje que realmente nos interesa.
“La empatía es la capacidad de pensar y sentir la vida de otra persona como si fuera la propia. Camina en sus zapatos”.
-Heinz Kohut-
1. Parafrasear y preguntar
Preguntar y parafrasear son elementos realmente importantes en la comunicación efectiva. Al contrario de lo que pueda parecer, hacerlo no muestra desgana, sino interés. El interlocutor se siente escuchado, lo que crea un clima de empatía y comprensión muy beneficioso.
Parafrasear, a su vez, nos permite organizar las partes de la conversación que no entendemos bien mientras demostramos que estamos atendiendo a lo que se nos dice. Por supuesto, estamos hablando de un recurso, con lo que tenderemos que calibrar muy bien el grado en el que lo usamos; si nos pasamos, se puede volver en contra de la comunicación: el otro puede pensar que nos estamos riendo de él.
2. Hacer cumplidos
Los halagos refuerzan el discurso de la otra persona. Es muy útil usar frases de aprobación como “Me parece genial lo que dices”, “Estoy de acuerdo contigo” o “Me encanta estar contigo”. También pueden utilizarse frases menos directas, como “¡Fantástico!” o “Bien”.
3. Mostrar empatía
La empatía es una cualidad que no todo el mundo posee. Ser capaz de ponerse en el lugar del otro mejora notablemente la fluidez en la comunicación. Se establece un rapport positivo, una simpatía emocional que crea un clima de entendimiento y confianza.
Además, genera una imagen de nosotros cercana y atenta. Crea una coordinación entre los interlocutores que permite una comunicación eficaz entre ellos.
4. Adecuarse al contexto
Un buen estilo comunicativo puede malograrse si no tenemos en cuenta el contexto. El ambiente, el número de personas alrededor o el tema que vamos a tratar son muy significantes. Discutir o reprender a nuestro interlocutor delante de los demás debe ser evitado, no así cuando hablamos para ensalzar sus logros.
Los ruidos, el lugar y el momento deben ser lo más adecuados posibles. Si vemos que nuestra conversación puede ser poco provechosa o tergiversarse por ello, es mejor que la pospongamos para otro momento más afín.
5. Respetar la opinión del otro
Respetar la opinión de los demás es fundamental. Insultar, desprestigiar e infravalorar las creencias de otro individuo denota una gran falta de madurez. A lo largo de nuestra vida daremos con muchas personas que piensan de manera muy distinta a nosotros; podremos discutir con ellas, debatir, pero en muchas ocasiones también aceptar que respecto a una cuestión pueden existir varios puntos de vista.
Puede que tras escuchar sus ideas y argumentos sigamos pensando lo mismo, pero también es probable que algunos de nuestros prejuicios se vean cuestionados. Tener una mente abierta al cambio ya no solo beneficia a la comunicación interpersonal, sino también a nuestro propio conocimiento.
6. Mirar a los ojos al interlocutor
Es recomendable establecer contacto visual con la otra persona. Debe hacerse de manera natural, ya que la mirada es un elemento altamente expresivo. Hará que nuestro interlocutor se sienta escuchado, lo que mejorará la conexión entre nosotros.
La situación contraria ocurre cuando uno no es capaz de mantener la mirada, pues aporta inseguridad. Mirar hacia otro lado mientras nos hablan expresa falta de interés; hacerlo hacia abajo sugiere que podemos estar mintiendo.
“La comunicación efectiva es 20% lo que sabes y 80% como te sientes con respecto a lo que sabes”.
-Jim Rohn-
7. No invadir su espacio personal
En un intento de estrechar lazos con nuestro interlocutor o de reforzar nuestra postura, puede ser que lleguemos a invadir sin querer el espacio personal del otro. Acercarnos demasiado, al contrario de lo que a veces pensamos, pocas veces aporta cercanía, sino que mucha gente se sienta incómoda y desee alejarse.
Es bueno que la distancia que mantengamos con nuestro interlocutor se adapte a dos circunstancias: el grado de confianza que tengamos con la otra persona y el carácter del tema. No debe ser ni demasiado lejos ni demasiado cerca, ya que tampoco pretendemos mostrar recelo ni desconfianza, ¿no?
8. Respetar los turnos de palabra
No respetar los turnos de palabra, además de ser de muy mala educación, interrumpe la comunicación efectiva entre los interlocutores. Es necesario esperar a que al otro haya terminado de hablar para hacer nuestra aportación. En la comunicación oral, todos los implicados deben respetar el turno de palabra.
Los pasos para conseguir una comunicación eficaz son, por lo general, bastante sencillos. Al principio pueden resultar algo forzados, pero a fuerza de practicarlos empezaremos a notar los efectos. Comunicarse es un proceso innato y mejorar las destrezas asociadas nos ayudará a enfrentarnos al mundo con valentía.
Referencias bibliográficas
Goleman, Daniel. (2010). Inteligencia Social. La nueva ciencia de las relaciones humanas. Kairós.
Imagen de portada: Norman Rockwell