Inteligencia social, aprende a conectar con los demás

Inteligencia social, aprende a conectar con los demás
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

Si bien en mi anterior artículo os hablé sobre la inteligencia física hoy toca hacerlo sobre la inteligencia social. Y es que como en el anterior caso y en los venideros (recordad que existen cinco tipos de inteligencias), el ejercicio de la inteligencia social te reportará grandes beneficios, que contribuirán a que logres todo aquello que te propongas.

Qué es la inteligencia social

Cuando hablamos de inteligencia nos referimos a la capacidad de relacionar conocimientos y utilizarlos para resolver una situación. Si analizas la etimología de la palabra inteligencia verás que su origen es latino y su traducción es “inteligere”, una palabra compuesta por intus (entre) y legere (escoger). Así pues, etimológicamente hablando, llegamos al mismo significado: escoger entre dos cosas/relacionar dos o más conceptos.

Representación de la inteligencia

 

No obstante, el significado de la palabra inteligencia no es más que un preámbulo para hablar sobre el área más social de la misma. Y es que cuando hablo de inteligencia social lo hago refiriéndome a la capacidad que tenemos todos los seres humanos de entender, tratar y llevarse bien con los que te rodean.

Este tipo de inteligencia es aquella que ejercitada correctamente te ayudará a mejorar la calidad de tus relaciones personales, a que tus logros profesionales aumenten, a que tus relaciones sentimentales sean más estables y duraderas. En resumen, es el tipo de inteligencia que hará que te relaciones con efectividad y que obtengas el mínimo nivel de rechazo.

Entrenarla es sencillo, solo hay que tener en cuenta algunos factores como los que a continuación te voy a detallar:

La empatía

Árboles con forma de cabezas representando inteligencia social
Ejercítala cada día, ponla a prueba siempre que puedas. Si eres una persona empática te saldrá de manera natural y no tendrás que hacer gran cosa. No obstante, si la empatía no es lo tuyo no te preocupes, practica, analiza siempre que puedas tus sentimientos y oblígate a ponerte en el lugar de los otros.

Te propongo algo sencillo y metódico, algo para hacer cada día y aumentar tu nivel de empatía: busca un periódico, extrae de él la experiencia de otro e imagínate cómo te sentirías tú en su lugar. Te aseguro que si lo haces cada día al final tu cerebro lo hará de una manera natural.

 

El liderazgo

Al hablar de liderazgo no solo se habla de dirigir a los demás o a que los demás le sigan a uno, también se puede trabajar desde el prisma del liderazgo personal. Mi consejo es sencillo: haz una lista de cosas que quieres llevar a cabo durante toda la semana y cúmplela.

La disciplina y tu capacidad de autogobierno te darán una pista de tu nivel de liderazgo personal. Si no puedes liderarte a ti mismo no podrás esperar que los demás te sigan.

La asertividad

Aplica tu empatía a todo aquello que te resulte violento y háblale a los demás como querrías que te hablasen a ti. Si eres capaz de tratar a los otros como tú querrías que te tratasen a ti podrás decir que eres una persona completamente asertiva.

Al contrario, si necesitas mejorar, te propongo que cuando tengas que abordar una situación polémica hables siempre de los hechos y no de las personas implicadas, eso te ayudará a distanciarte emocionalmente y tus palabras tendrán menos contundencia.

Saber escuchar y prestar atención

En este apartado no hay gran cosa que decir, ¿no? Volvemos a lo mismo, haz a los demás lo que tú quieras que te hagan. Si siempre obras así te irá bien, ya lo verás.

“Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.”

-Epicteto de Frigia-

Ser bueno analizando el lenguaje no verbal de la gente

¿Te sueles fijar en cómo los demás gesticulan o en qué postura corporal adoptan? Si la respuesta es no: ¡hazlo! El cuerpo da mucha información y ya sabes… ¡la información es poder!

Aprende a interpretar sus movimientos y la postura de su cuerpo y entiende qué están pensando o qué están sintiendo. Si le demuestras a los demás que tu comprensión es así de profunda se abrirán sin problema alguno.

Ser bueno entendiendo a las personas y leer entre líneas cuando nos hablan

Personas acercándose
No solo los oigas, ¡escucha! Detrás de lo que dicen está lo que realmente piensan. ¡Cuenta todo! Lo que dicen, cómo lo dicen, la relación de lo que dicen con cómo lo dicen… Aprende a radiografiar las conversaciones y desarrollarás un magnetismo que hará que los demás quieran estar contigo.

 

Gestionar el bien físico

Sé comedido, pero tampoco seas seco y distante. No cuesta nada dar dos besos o estrechar amablemente la mano. Las personas físicamente distantes crean rechazo inconsciente.

Vestir bien y correctamente en cada situación

Una imagen vale más que mil palabras y en la esfera de lo social un millón más. Proyecta lo mejor de ti a través de tu imagen y expresa tus sentimientos gracias a ella. ¿Verdad que si eres un ejecutivo no irás a tu trabajo en chándal? O al revés, ¿si trabajases como profesor de spinning irías a trabajar con traje? No, ¿verdad? Pues ya sabes, analiza y escoge lo idóneo.

Si te parecen demasiadas cosas de golpe no te desalientes, empieza poco a poco y verás como en nada coges carrerilla. Piensa que mientras trabajas un área específica de la inteligencia social estarás generando cambios en otras.

Recuerda que todo el trabajo que realices en tu ser tendrá impacto en todas las otras áreas de mejora de tu vida. Por último, y solo si este tema te ha parecido interesante, te recomiendo un libro: Inteligencia Social, escrito por Daniel Goleman. ¡Ánimo y fuerza! ¡Seguro que puedes!

Imagen cortesía: www.convergenciahp.com


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.