8 reglas de Schopenhauer para ser felices
Las reglas de Schopenhauer para ser felices nacieron a partir de las teorías del filósofo alemán, destacado por su pesimismo. Sus ideas giraban alrededor de la teoría de que las personas vivimos en uno de los posibles mundos en los que la felicidad no es más que una ilusión artificial.
De hecho, tras la muerte del filósofo, se encontró un manuscrito entre sus notas y pertenencias personales denominado Die Kunst, glücklich zu sein. Traducido al español, el título sería El arte de ser felices. Curiosamente, a pesar de las ideas tan pesimistas que el alemán defendió durante su vida, en esas notas había desarrollado y enumerado una serie de reglas con las que evitar el sufrimiento innecesario y, de esa manera, alcanzar cierto estado de felicidad.
1. Evita las comparaciones para no caer en la envidia
La primera de las reglas de Schopenhauer para ser felices se basa en evitar el sentimiento de envidia. Según Schopenhauer, la envidia es una emoción muy negativa y experimentarla nos sumerge en un estado constante de insatisfacción.
Esto nos alejará de la felicidad al hacer comparaciones con los demás que nos sitúan en un escalón inferior. Por tanto, para evitar este sufrimiento, es bueno que nos limitemos a evitar las comparaciones, ya que cada persona es diferente y debemos aceptar la situación de cada una.
2. No preocuparnos por los malos resultados
Otra de las reglas de Schopenhauer para ser felices nos enseña a aceptar el fracaso debido a las posibles malas decisiones que hayamos tomado en el desarrollo de cualquier proyecto. Por tanto, el filósofo alemán nos anima a esforzarnos al máximo en todo momento, de forma que no podamos sentirnos mal por un mal resultado, ya que habremos dado lo mejor de nosotros mismo para conseguirlo.
3. Seguir nuestro instinto en todo momento
Schopenhauer era consciente de que hay personas muy creativas y también personas muy lógicas. Esto hace que algunas personas se dediquen más a la acción y otras a la contemplación. En definitiva, esta regla para la felicidad nos enseña a dejarnos llevar por nuestro instinto con el fin de ser nosotros mismos y poder conocernos mejor.
4. No depender de nadie más para ser felices
La cuarta de las reglas de Schopenhauer para ser felices nos enseña a hacer que la felicidad solo dependa de nosotros. Así, no podremos sentirnos defraudados por otras personas ni las decisiones ajenas a nuestro control afectarán a nuestro estado de ánimo.
5. No sobreestimar nuestros deseos
Ser conscientes de nuestras limitaciones y no dejarnos llevar por deseos irrealizables nos permitirá no sentirnos agobiados al no poder cumplirlos. Por ello, pensemos en qué situación estamos y qué objetivos son asequibles para nosotros. No es que no podamos soñar, sino que serán realmente los pensamientos adaptados a nuestras posibilidades los que nos harán sentir bien.
6. Tener control sobre nuestras expectativas
Entre las reglas de Schopenhauer para la felicidad, podemos aprender a ajustar nuestras expectativas, además de nuestros deseos. En este sentido, podemos evitar que unas expectativas exageradas en relación a un proyecto o a una persona sean una posible causa de infelicidad. En definitiva, esto se basa en tener una visión más realista sobre nuestra vida y saber afrontar los obstáculos de una manera más adecuada.
7. Valorar lo que tenemos
A la hora de ser felices, será esencial saber mirar más allá de nuestras posesiones materiales. Esto no solo nos evitará experimentar envidia, como comentábamos en el primer punto, sino que también nos ayudará a valorar más aquello que realmente tiene importancia en nuestra vida. En este sentido, podemos conseguir una mejor relación con nuestros amigos o familiares al darles la importancia que realmente tienen.
8. Dedica más atención al presente
La última de las reglas de Schopenhauer para ser felices está relacionada con el tiempo que dedicamos a pensar en nuestro pasado y en nuestro futuro. Perdernos pensando en los problemas del pasado no nos aportará ningún beneficio, ya que debemos aceptar que las decisiones que tomamos no pueden ser cambiadas.
Por otro lado, pasar demasiado tiempo soñando con el futuro puede llegar a producirnos infelicidad al ser testigos de cómo nuestras expectativas y anhelos no se cumplen. Por tanto, disfrutemos del regalo que el propio presente nos trae.