Las 8 claves para reconocer a un mentiroso compulsivo

Quizás entre tu círculo más cercano se encuentre un profesional de la mentira. Te explicamos cómo detectarlos para que no te jueguen una mala pasada.
Las 8 claves para reconocer a un mentiroso compulsivo
Gloria Redondo

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo.

Última actualización: 23 febrero, 2024

Hay personas que dominan el arte de engañar y manipular, por lo que relacionarse con ellas es muy complicado. Ayudaría mucho detectarlas a tiempo, pero reconocer a un mentiroso compulsivo, a veces, se convierte en un auténtico quebradero de cabeza.

Afortunadamente, por muy embaucadores que resultan estos individuos, siempre es posible precisar señales que los delatan. Para ello, es necesario prestar atención no solo a las palabras, sino también a su lenguaje no verbal. Sigue leyendo y descubrirás el perfil de estos personajes, así como consejos para saber tratarlos.

¿Qué es la mitomanía?

La primera acepción del Diccionario de la Lengua Española (DLE) para la palabra mitomanía es «tendencia morbosa a desfigurar, engrandeciéndola, la realidad de lo que se dice».

Este término, también llamado mentira patológica, se refiere al comportamiento habitual de los mentirosos compulsivos. No se trata de engaños puntuales, sino de su forma cotidiana de relacionarse y tratar con los demás.

Estos son conscientes de que mienten, y suelen elaborar historias bastante plausibles. No deliran, aunque por vergüenza jamás admitirán que lo que cuentan no es cierto. Por tanto, se trata de personas acomplejadas, que no se encuentran a gusto consigo mismas e inventan un mundo paralelo de fantasía.



Señales que ayudan a detectar a un mentiroso compulsivo

Los mitómanos sienten la necesidad de falsear historias una y otra vez hasta conseguir la atención que quieren. En este afán, surgen actitudes observables que son la esencia para reconocer al mentiroso compulsivo. A continuación, te presentamos los comportamientos que deben hacer saltar tus alarmas.

1. Se muestra como una persona exitosa

Las historias que inventan los mentirosos patológicos no son para nada dentro de lo ordinario. Aparentan ser alguien exitoso en todos los ámbitos de la vida (trabajo, estudios, relaciones y ocio). Pero la realidad es que no podemos ser los mejores en todo lo que hacemos.

Hay cosas que se nos dan bien, y otras en las que nuestro rendimiento no es brillante. Reconocerlas no nos hace más débiles, tan solo más honestos y humanos.

2. No concuerda su relato con los datos objetivos

Si uno presta atención con detalle a los relatos imposibles de los mitómanos, se dará cuenta de que incurren en varias contradicciones. Descubrirás que dicen cosas imposibles en el mundo real, en cuanto a tiempo, espacio y otras dimensiones físicas. Por ejemplo, relatan que estaban en dos sitios a la vez o que han aprendido una habilidad difícil en tiempo récord.

3. Muestra actitud seductora

Al momento de reconocer a un mentiroso compulsivo, fíjate en su forma de ser embaucadora y seductora. Así consiguen enganchar a los demás y asegurarse su confianza. De hecho, esta actitud no solo es típica de los mitómanos, sino que está presente en trastornos de personalidad como el histriónico o el narcisista.

A este respecto, el Manual MSD señala que las personas histriónicas, a menudo, actúan de manera seductora y provocativa en múltiples contextos, no solo con intereses románticos. Con esto, lo que pretenden es impresionar a los demás. El mentiroso compulsivo buscaría el mismo objetivo, pero a través de otros medios.

4. Tiene una autoestima baja

Detrás de un comportamiento de mentira compulsiva se suelen esconder complejos y mucha insatisfacción personal. Por esa razón, hay quienes inventan historias fantásticas para compensar todo lo negativo que piensan de ellos mismos.

Otro uso de este patrón es conseguir la admiración y reconocimiento de los demás. Los únicos halagos que hallan provienen de quienes escuchan y se creen sus narrativas. Seguramente, son personas que experimentaron el rechazo en su infancia, y por ello no han podido construir una autoimagen sana y ajustada.

5. Parece que todo gira a su alrededor

Los mentirosos compulsivos cuentan diferentes historias maravillosas, pero todas tienen en común que son los protagonistas, como si las cosas pasasen por y para ellos.

En sus fantasías, ellos son el centro del mundo, y todo lo demás, como la gente, escenarios o lugares, es secundario. No solo se colocan en esa posición de manera estática, sino que establecen conexiones imposibles entre los diferentes agentes del relato, siempre destacando su contribución sobre el resto.

6. No aporta pruebas de sus cuentos

A pesar de las narrativas increíbles que inventan, no hay nada físico que las sustente. Creerles es incluso un acto de fe, ya que no aportan pruebas objetivas de lo que según sucedió en algún momento.

Si vas más allá y les pides alguna evidencia, como fotografías o documentos, quizás reaccionan con enfado. Al final, tratarán de darle la vuelta a esa situación, para quedar ellos de víctimas y tú como quien les cuestiona.

7. Les cuesta relacionarse con sus iguales

El complejo de inferioridad que tienen estas personalidades les hace colocarse en una posición asimétrica respecto a los iguales. Por ejemplo, con amigos o compañeros del trabajo tienen dificultades en establecer un contacto cercano.

En su lugar, ven a sus pares de una forma competitiva, como si tuviesen que demostrar de algún modo superioridad frente a ellos. Esto también genera incomodidad en los otros, porque perciben que es imposible una relación relajada y distendida con quien miente de modo patológico.

8. Está siempre a la defensiva

Mantener una vida de mentiras no es para nada una tarea fácil. Requiere mucho esfuerzo y dedicación, por lo que cualquier afán por hacerles ver que lo que cuentan no es real se vive como un ataque personal.

Su forma habitual de comportarse, aparte de manipuladora, es estar a la defensiva y responder con agresividad ante cualquier intento de llevarles la contraria. No se trata de un perfil violento, sino de un reflejo de su incapacidad para responder de una forma madura cuando se sienten atacados o amenazados.

Cómo lidiar con un mitómano

Si mientras leías las claves llegaste a reconocer en tu mente a un mentiroso compulsivo, no tienes de qué preocuparte. En la siguiente lista te damos unos breves consejos para que puedas manejar las situaciones con este tipo de personalidad:

  • Pon límites claros cuando sientas incomodidad con su presencia.
  • Insiste en que busque ayuda de un profesional para tratar el problema.
  • No culpabilices, pero sí hazle responsable de las consecuencias de sus actos.
  • Habla de emociones negativas muy presentes en este perfil, como la vergüenza.
  • Confronta sus mentiras con empatía y tratando de hacerle ver que no es un ataque personal.
  • Modera las reacciones emocionales ante lo que cuenta, para no reforzar su patrón de comportamiento.
Si las situaciones con esta clase de personas te rebasan, al punto de no poder lidiar con ellas, considera cortar la relación por lo sano. Prioriza tu tranquilidad.

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No te dejes engañar por ellos

La mitomanía es un problema mucho más frecuente de lo que parece. Lo que ocurre es que estas personas se camuflan muy bien y son capaces de adaptar sus mentiras para no hacerlas tan obvias.

Las claves que hemos descrito no son sencillas, pero si uno está alerta será más fácil darse cuenta. Si aún no te has topado con uno, considera probable que en algún momento tengas que tratar con ellos; así que esperamos que estas recomendaciones sean de utilidad.


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