Cómo perder el miedo a ser despedido
El miedo a ser despedido puede generar altos niveles de estrés en el empleado, especialmente si la empresa u organización se encuentra en una época de crisis. De hecho, suele ser uno de los temores más preocupantes y que más consecuencias negativas tiene en la persona tanto a nivel laboral como de salud.
Por ejemplo, el miedo a ser despedido puede afectar tanto a la productividad como al rendimiento, así como a las relaciones con el equipo de trabajo y al estado de satisfacción general, el cual puede llegar a transformarse en un intenso malestar. Por lo tanto, aprender a gestionar ese miedo, esa sensación de intranquilidad e incertidumbre es clave. Profundicemos.
Claves para analizar el miedo al despido
A veces, somos víctimas de miedos infundados que no se corresponden con la realidad. Las siguientes claves pueden ayudar a liberarlos:
Evaluar la situación
Analizar y reflexionar sobre lo que ocurre es el primer paso. Se trata de evaluar la situación de la forma más objetiva posible y de identificar si existen razones reales por las que se puede llegar a perder el puesto de trabajo.
Si no se encuentra ninguna evidencia que pueda probarse de verdad, entonces es probable que solo sean temores infundados y que el despido no llegue a ocurrir.
Ordenar los miedos
Si tras el análisis anterior, no se encuentran evidencias que apunten a un posible despido, se debe tratar de encontrar el origen de esos temores. Por ejemplo, algunos de ellos pueden ser el resultado de experiencias personales pasadas.
¿De dónde procede el miedo a ser despedido? ¿Para qué sirve experimentarlo? son preguntas que pueden ayudar a conocer de cerca cómo nos sentimos y cuál es el origen. La idea es mitigar los miedos irracionales que nos encadenan al malestar y nos impiden desempeñar nuestro trabajo de manera adecuada.
Relacionarse con los compañeros de trabajo
Una buena relación con los compañeros de trabajo es esencial para crear un clima de trabajo saludable. Hablar con ellos sobre cómo nos sentimos puede ayudarnos, ya que nos comprenderán mejor e incluso puede que también nos compartan cómo se sienten. Además, apoyarse en ellos puede ayudar a sobrellevar la situación.
Hablar con el superior o la dirección
Si resulta imposible gestionar el miedo a ser despedido, una conversación tranquila con el superior, la persona responsable o la dirección es otra opción. Solicitar una reunión privada con ellos puede aclarar nuestras dudas y proporcionarnos más información sobre el estado interno de la empresa.
De esta forma, será mucho más fácil saber si el empleo está realmente en peligro, además de que puede ser una oportunidad para hacer saber cuánto se aprecia el cargo.
Prepárate para el posible despido
Ser consciente de los peligros puede alertarnos y prepararnos para reaccionar, por lo que en ciertas circunstancias puede ser buena idea empezar a prepararse para un posible despido.
Actualizar el CV
Tener un buen curriculum, actualizado y ordenado, ayudará a tener más confianza para seguir adelante en la búsqueda. Por tanto, es importante añadir cualquier experiencia y habilidad que se haya adquirido desde la última actualización del mismo.
Revisar el contrato de trabajo
Nunca está de más echar un segundo vistazo al contrato de trabajo para ver si se cuenta con algún tipo de indemnización por los años de servicio en la empresa.
En ese caso, es recomendable fijarse bien en la cantidad que podría pagar la empresa en caso de despido, ya que podría ayudar a iniciar planes alternativos y a cubrir algunas necesidades, mientras se busca otra empleo.
Buscar ayudas por desempleo
El pago por desempleo puede ayudar a soportar el periodo de transición mientras se pasa de un empleo al otro. Por tanto, debemos estar informados de la existencia de este tipo de ayudas y de si cumplimos los requisitos necesarios para disfrutar de este beneficio.
Consigue referencias de tu trabajo
Antes de dejar el puesto de trabajo, es importante asegurarse sobre cómo conseguir referencias. Gracias a ello, se podrá tener un acceso más fácil a otros cargos, ya que habrá ya que habrá personas que respondan sobre nuestras habilidades y ética moral.
Además, siempre es recomendable mantener una buena relación con las personas que se tengan como referencia.
Estar disponible
Finalmente, estar disponible para que otros reclutadores nos contraten es fundamental. En este sentido, contactar con los departamentos de recursos humanos de otras empresas que sean de nuestro interés es una buena opción.